La falsa denuncia de Malasaña y la homofobia
Estamos dispuestos a combatir, con más fuerza si cabe, la intolerancia con todos los medios democráticos a nuestro alcance.
A pesar de la falsa denuncia de Malasaña, desde el colectivo LGTBI denunciamos que en nuestro país nos enfrentamos a una ola homófoba, hecho confirmado con datos oficiales.
Ante ella, la gran mayoría de los homosexuales no sentimos miedo, al contrario, estamos dispuestos a combatir, con más fuerza si cabe, la intolerancia con todos los medios democráticos a nuestro alcance, como son las denuncias ante la justicia, las manifestaciones de repulsa y condena, las opiniones y mensajes en redes sociales, las iniciativas legislativas y normativas, el impulso de las acciones de las ONGs en colaboración con las instituciones públicas... ¿Miedo a qué y a quién?
Lo que sí sabemos es que quienes difunden el odio tratan de atemorizarnos y nos quieren encerrados en los armarios, volviendo a unas normas sociales castrantes que repriman la afectividad, los sentimientos y el amor entre personas del mismo sexo. Pero esas conductas represoras e ilegales no tienen cabida en nuestra sociedad democrática y en nuestro Estado de Derecho.
La valentía del colectivo y de los individuos que lo componemos frente a estos sucesos no es suficiente. También requerimos que ante estas agresiones no cunda el miedo en el resto de la sociedad. Que entre todos le hagamos frente a estos bárbaros que son minoría. Que toda la sociedad manifieste con rotundidad su repulsa a los delitos de odio, dando muestras de la solidaridad de todos con el colectivo LGTBI.
Sin miedo alguno, los homosexuales también nos mostramos firmes en la defensa de nuestros derechos y en la libertad de poder amar a personas del mismo sexo. No estamos dispuestos a dar ni un paso atrás, al contrario, nos queda mucho para alcanzar el respeto, la igualdad y la integración social.
Desde el colectivo LGTBI pedimos firmeza a las Instituciones Públicas, para que prevengan los ataques homófobos, para que erradiquen la violencia y la discriminación al colectivo LGTBI, para que investiguen los sucesos y consigan atrapar a los culpables y sobre ellos recaiga el peso de la ley. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Justicia, los servicios sanitarios y demás estamentos públicos deben contar con información, formación y protocolos eficaces que protejan al colectivo LGTBI frente a la minoría de bárbaros que atenazan la convivencia pacífica.
Los homosexuales exigimos seguir avanzando en la igualdad real, en el respeto a la diversidad sexual y en la integración social y laboral . Pedimos a nuestros representantes públicos, entre los que me incluyo, que sigan avanzando en normas democráticas que eviten ser agredidos, discriminados o humillados, normas que protejan nuestra dignidad y nuestros derechos. Pedimos que se apruebe lo antes posible la Ley LGTBI, la Ley de Igualdad de Trato, también denominada Ley Zerolo y cuantas normas sean necesarias para seguir avanzando hasta conseguir la igualdad real.
Pero la ola homófoba que sufrimos hoy no es algo casual. Es consecuencia del empoderamiento del negacionismo a la LGTBIFOBIA. Este negacionismo, que hará bandera de la falsa denuncia de Malasaña, lo esparce el partido de la ultraderecha Vox. Un partido que niega que sea un problema la violencia y discriminación al colectivo LGTBI, que condena las agresiones pero que a su vez se las imputa a los inmigrantes. Un partido que niega la necesidad de avanzar en derechos para evitar estas agresiones, posicionándose en contra de todas las iniciativas legislativas que nos defienden y protegen. Un partido donde no hay homosexuales y los que haya tienen que vivir encerrados en el armario de la hipocresía y de la doble vida. Un partido que desde su aparición no para de esparcir odio y discriminación hacia los colectivos más vulnerables de la sociedad.
Pero mientras quienes votan a Vox no se den cuenta de todo el daño que hace esta fuerza política, aquí nos encontrarán al colectivo LGTBI con valentía y sin miedo en la defensa de los valores democráticos, de la igualdad y de la convivencia pacífica.