La España de las nacionalidades y regiones acampa en el Congreso
Más de una decena de partidos desembarcará en la Cámara Baja para pelear por los intereses de sus comunidades.
Las nacionalidades y regiones de España tienen más representación en Madrid que nunca desde 1977. El próximo 3 de diciembre, cuando el Congreso y el Senado resultantes de las elecciones del 10-N se constituyan, desembarcarán en la Carrera de San Jerónimo 42 diputados de 11 partidos -ERC, JxCat, CUP, Bildu, PNV, BNG, Teruel Existe, Coalición Canaria y Nueva Canarias, Navarra Suma, PRC y Más País Coaliciò Comprmís- que pelearán, desde ideologías dispares, por los intereses de sus comunidades.
Estos diputados aterrizan en las Cortes respaldados por el 12% de los sufragios en todo el país y los votos de la mayoría de ellos serán imprescindibles para que Pedro Sánchez supere su tercera investidura. En Moncloa y en Ferraz están atentos, especialmente a los 13 diputados de ERC, que este miércoles ha avanzado que consultará a sus bases la posición en para fijar postura en el Congreso.
Algunos de estos partidos persiguen la independencia de sus territorios, otros más inversión del Estado central para paliar los efectos de la aspiradora madrileña, que cada año se lleva alrededor de 100.000 inmigrantes de otras comunidades, según el Instituto Nacional de Estadística, en busca de las salidas laborales que no tienen en sus provincias de origen.
Teruel Existe, que nunca ha tenido representación en el Parlamento, se estrena y sentará a Tomás Guitarte en el hemiciclo para alzar la voz de los turolenses en Madrid. El independentismo catalán suma un nuevo partido en la capital, la CUP, que tampoco había sentado nunca a ningún representante entre los leones del Congreso, la próxima legislatura tendrá dos: Mireia Vehí y Albert Botran
El BNG vuelve a ocupar asiento tras cuatro años de ausencia. Néstor Rego será la voz de la izquierda nacionalista de Galicia, que clamará por los intereses gallegos como ha hecho desde 1996. ¿Pero el asalto regionalista al Congreso es una moda o viene para quedarse?
“Todo dependerá de cómo lo haga el PSOE en el Gobierno”, opina a El HuffPost el politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid Guillermo Cordero. “Lo que hagan los socialistas en el Ejecutivo en cuestión territorial marcará el auge de Vox. Si el PSOE es percibido como un partido débil en la negociación con ERC -y con el independentismo en general-, a Vox le irá bien en las encuestas. Y eso irá acompañado de una mejoría de los partidos nacionalistas”.
Frente a los 42 diputados regionalistas, nacionalistas e independentistas habrá 52 de Vox. Y no es casualidad, porque el alimento de un nacionalismo es otro nacionalismo. En este caso, el español. Así funciona la identidad: necesita otra enfrente para diferenciarse. Si se confrontan mutuamente, ambas crecen.
“Junto al nacionalismo español de Vox salen movimientos de reafirmación territorial”, comenta a El HuffPost el también politólogo del grupo Politikon Pablo Simón, quien aclara que “España es un país complejo y compuesto, con diferentes identidades”. Por eso, el analista aclara que “junto a la izquierda y la derecha que se fragmentan, emerge el polo territorial”. Las Españas.
El diputado electo del BNG, que trabajará por la autodeterminación, cuenta a El Huffost que en Galicia “ha habido una gran decepción con las fuerzas que irrumpieron en 2015. Podemos, sin ir más lejos, ha votado a favor de un presupuesto que redujo la partida económica para los gallegos y negó la formación de un grupo propio gallego en el Congreso. La recentralización del Estado ha justificado el auge de estos partidos. Y ha puesto de manifiesto el fracaso de España en el encaje de sus naciones”.
El sistema de partidos español saltó por los aires en 2015. El bipartidismo imperfecto de PP y PSOE murió. Entonces, Podemos y Ciudadanos emergieron como fuerzas alternativas. Y los morados, gracias a las confluencias con formaciones regionalistas de izquierda en la periferia del país (Valencia, Andalucía...), lograron situar en mínimos históricos el número de diputados regionalistas e independentistas (25). Solo en 1982 hubo menos (24), cuando el PSOE de Felipe González conquistó, casi literalmente, el Congreso con 202 diputados.
Una diputada de Ciudadanos que ha perdido su escaño este 10-N por el batacazo de su partido ve “con preocupación” el auge de diputados soberanistas y regionalistas: “Puede ser un signo de que el Estado Autonómico no está dando respuestas a las necesidades de muchos ciudadanos”.
“Hay comunidades donde los ciudadanos se sienten españoles de segunda y tienen la sensación de que son los nacionalistas quienes consiguen más réditos para sus regiones porque los partidos grandes necesitan sus votos. Teruel o Cantabria parecen haber tomado nota. Y mañana podrán ser Soria Ya, Por Ávila, etc”, cuenta a El HuffPost la exrepresentante naranja.
El 28-A este tipo de formaciones se hizo con el 10,1% de los votos. Y sentaron durante seis meses a 38 diputados que igualaron el hasta entonces máximo histórico del 2011, cuando el PP de Mariano Rajoy consiguió la última mayoría absoluta del bipartidismo.
El Congreso no debería ser el Senado
Ahora, el PSOE de Pedro Sánchez ha tejido con Podemos los mimbres del primer Gobierno de coalición desde la restauración de la democracia hace más de cuatro décadas. Ambos partidos prevén cambiar el funcionamiento del Senado para que sea la institución que canalice los conflictos territoriales del país sin que tenga que mediar el Estado central.
La disfuncionalidad de la Cámara Alta es evidente también para la exdiputada de Cs: “El regionalismo en el Congreso probablemente es también expresión de que la cámara que debiera servir a la representación territorial, el Senado, no está funcionando. Así, esa función se está traspasando al Congreso, pero al coste de socavar la cohesión y la soberanía nacional”, lamenta.
La apuesta por un Gobierno de izquierdas que cuente con el respaldo de fuerzas catalanas y vascas es el camino previsible que tomará España en la nueva década que está a punto de empezar. Esa mayoría hizo a Pedro Sánchez presidente del Gobierno en junio de 2018, al triunfar la moción de censura que que sacó al PP de La Moncloa.
“Gobernar así no será fácil. Requerirá de menos especialistas en relatos, y de más trabajo parlamentario. De menos expertos en campañas, y de más en políticas públicas y presupuestos. El día a día no será fácil, y menos con una fuerza de extrema derecha con más de cincuenta escaños en el Congreso. Pero si se opta por esta vía, la alternativa al Gobierno estará liderada por una fuerza democrática”, opina el politólogo José Fernández-Albertos en una tribuna en El País.
Este tipo de formaciones, al final, presiona con políticas y reivindicaciones muy locales. Los canarios, que ya han anunciado que no bloquearán la investidura de Sánchez, reclaman el cumplimiento de los “derechos reconocidos de las islas” y el respeto al “hecho diferencial canario” que les granjea una fiscalidad propia. Mientras que Teruel Existe, pelea inversiones e infraestructuras para frenar la despoblación de la provincia. El resto de partidos pide en función de sus necesidades. Y eso se escuchará en el Congreso. En varios idiomas.
Los partidos y diputados regionalistas
- ERC | Cataluña: 13 diputados independentistas de izquierda
- PNV | País Vasco: 6 diputados nacionalistas de centro-derecha
- Bildu | País Vasco: 5 diputados independentistas de izquierda
- JxC | Cataluña: 8 diputados independentistas de centro-derecha
- CUP | Cataluña: 2 diputados independentistas de izquierda
- CCa y NCa | Canarias: 2 diputados regionalistas de izquierda y derecha canarios
- Navarra + | Navarra: 2 diputados regionalistas de derecha
- BNG | Galicia: 1 diputado nacionalista de izquierda
- PRC | Cantabria: 1 diputado regionalista de centro
- Teruel Existe | Teruel:1 diputado regionalista de centro
- Más País Coaliciò Compromis | Valencia: 1 diputado regionalista de izquierda
Muchos españoles votaron el 10-N con la identidad en el sobre electoral. Lo que hagan los diputados y el Gobierno en esta probable legislatura de coalición entre PSOE y Podemos determinará si la próxima llamada a las urnas arroja más diputados regionalistas, nacionalistas o independentistas.