La escena de Borrell que arrasa en medio mundo: 13.000 'me gusta' y subiendo
La clave está en los micrófonos.
El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, protagonizó hace unos días una escena que está dando la vuelta al mundo y mucho juego en Twitter... aunque él, en realidad, poco tuvo que ver.
El momento tuvo lugar mientras atendía a un grupo de periodistas junto al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Borrell le cedió la palabra y entonces los periodistas trasladaron los micrófonos, sujetos con pértigas, hasta donde estaba el político de EEUU.
Se produjo entonces un efecto curioso, con los micrófonos moviéndose de forma desordenada, en una especie de caótica coreografía, en una escena que lleva ya más de 13.000 ‘me gusta’ y que ha provocado reacciones como estas:
En sus declaraciones Borrell ha asegurado que el bloque europeo no busca un cambio de régimen en Rusia con las duras sanciones aplicadas por la guerra contra Ucrania, aunque ha responsabilizado al líder ruso del conflicto y le ha pedido poner fin a la invasión.
“Es la guerra de Putin y solo Putin puede ponerle fin”, ha afirmado el jefe de la diplomacia comunitaria después de la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en el que los ministros europeos se han reunido con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que ha pedido a la UE mantener la respuesta ante la posibilidad de que el conflicto se alargue en el tiempo.
En todo caso, ha negado que las medidas busquen un cambio de régimen en Moscú. “Las sanciones son provocadas por la guerra y el propósito es debilitar a la economía rusa para que sientan las consecuencias”, ha subrayado, huyendo en todo caso de una confrontación con el pueblo ruso y enmarcando la crisis en las acciones militares ordenadas por Putin.
“No es la guerra de los rusos, sino la guerra del régimen de Putin”, ha apuntado Borrell en varias ocasiones durante la rueda de prensa. Según ha explicado, las sanciones europeas también tienen el objetivo de fortalecer a los ucranianos de cara a su resistencia y a las negociaciones en Bielorrusia, que suceden en paralelo a la ofensiva total de Rusia contra el país vecino.