La crónica de 'Barcelona Beer Fest' que no verás en otro sitio
No paraba de dar vueltas entre las sábanas. Estaba nervioso. Dormí tres horas la noche previa al mayor evento cervecero de España. El Barcelona Beer Festival se celebró del 16 al 18 de marzo en Hospitalet de Llobregat. No lo he pasado bien. Lo he "pasao" de **** madre, que es distinto. Llegué el viernes a la estación de Sants con una maleta y la ilusión de un crío chico.
Me esperaban casi 500 cervezas de 27 países. Tenía por delante un fin de semana apasionante. Solo lamento perderme el Barcelona Beer Challenge, el concurso del evento. La gala aconteció mientras regresaba del festival, pero la seguí a través de Twitter. La catalana Wylie Brewery ganó el premio a la mejor cervecera novel; mientras que los italianos de Il Birrificio di Cagliari se alzaron con el título a la mejor cervecera del certamen.
En esta séptima edición, la cervecera estadounidense The Alchemist (Vermont) preparó una cerveza conmemorativa solo para el Barcelona Beer Festival 2018. El lúpulo protagoniza esta India Pale Ale tan exclusiva. Para garantizar su frescura, The Alchemist enlató el 5 de marzo la cerveza. Luego viajó en transporte aereo refrigerado hasta Barcelona. Cuatro latas de medio litro costaban 25€.
Cabe señalar también a la cervecera finlandesa Kallio (Helsinki). Para celebrar su debut en el Barcelona Beer Festival, ideó una cerveza llamada Crema Catalana con canela, vainilla y albahaca. Media pinta de esta Imperial Brown Ale costaba tres fichas. Sí, el festival funcionó con fichas. Cada ficha costaba un euro, y el precio de las cervezas oscilaba entre dos y cinco fichas. La entradas, desde siete euros, daban acceso al festival, el vaso donde catábamos la cerveza (22cl), una guía, un mapa y dos fichas.
Mi experiencia en el Barcelona Beer Festival 2018
Durante treinta horas, incluidas las de sueño, probé cerca de veinte cervezas. Es decir, unos tres litros de birra repartidos en día y medio ¿Parece lascivo? Ya lo imaginaba, así que me preparé para tamaña labor. No bebí nada de alcohol durante la semana anterior al Barcelona Beer Festival. "Afortunadamente llevo un régimen muy estricto (...) para mantener la mente ágil, ya sabes", que dijo El Nota en El Gran Lebowski.
Registré las cervezas que me cautivaron. Desde Hungría, Mad Scientist trajo su Mango Bay; una Pale Ale con lactosa y puré de mango. La sensación es la de un delicioso batido de frutas. Me sorprendió Basta de Triporteur, una cerveza belga elaborada con pasta y tomate. Rendí homenaje a San Patricio con Alma Negra, una Porter con cayena de la microcervecera segoviana 90 Varas: suave, ligera y agradable.
He bebido cervezas que no creerías. Confieso que disfruté lo que no está escrito. Vuelvo a casa todo sudado, fatigado hasta las cejas y con la batería del móvil a medio morir mientras ensayo estas líneas. Suspiro mientras pienso cuándo me veré en otra como esta. Me quedo con una cerveza de entre todas las del festival. Una a la que solo pude pegar un sorbo me sorprendió por encima de las demás. Sin lugar a dudas, la mejor cerveza fue