Asuntos interiores y exteriores: la coalición choca por Ucrania y se tensa por la reforma laboral
Los socios tienen sobre la mesa dos asuntos que marcarán los próximos meses y el futuro de su relación.
El Gobierno de coalición mira hacia fuera y también para dentro. Dos asuntos tiene sobre la mesa de vital importancia y que están provocando también tensiones entre los dos socios de Gobierno: el conflicto en la frontera entre Ucrania y Rusia y la convalidación del acuerdo sobre la reforma laboral en el Congreso de los Diputados.
La situación es delicadísima en el este de Europa, donde planea la sombra de una intervención de Moscú en Ucrania en un momento en el que quiere a toda costa frenar la influencia de la OTAN en el país vecino. Vladimir Putin insiste en tener a Kiev bajo su órbita, con Bruselas y Washington preparando sus cartas para frenar esta acción.
Lo que pueda pasar en el futuro ha tensado a los dos socios de Gobierno, que ahora intentan templar los ánimos durante estas horas. Unidas Podemos ha sacado a colación el “no a la guerra” para presionar al PSOE, en tanto que desde la parte socialista se ha advertido que los movimientos que se están produciendo están aprobados por el Consejo de Ministros desde diciembre (sin que hubiera objeciones de los ‘morados’) y se ha pedido pedagogía y contención para no alterar las relaciones diplomáticas.
Con una máxima muy clara desde La Moncloa: la política internacional y de defensa la marca directamente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Las directrices del socialista son estar junto a los socios de la OTAN y apostar al máximo por el diálogo en los foros para volver a la normalidad. Esta es la primera gran crisis que va a pilotar el actual ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que desde Bruselas ha pedido abogar por las ‘cuatro’ d: “diplomacia, distensión, desescalada y disuasión”.
El roce había aumentado internamente en el Ejecutivo por las palabras de Pablo Iglesias, que ya está fuera de la coalición. Durante un acto de precampaña en Castilla y León, el exvicepresidente se preguntaba qué ganaba la OTAN extendiéndose por Ucrania, señalando que esta organización se creó para “proteger los intereses de Estados Unidos” y considerando “peligroso” ir a la guerra. Además, arremetió contra Margarita Robles, una de sus dianas predilectas, criticando que tomaba a la gente por tonta.
La ministra de Defensa ha respondido muy directa este lunes: “Pablo Iglesias tiene mucho tiempo libre”. Robles ha subrayado, en la línea de lo dicho por Moncloa este fin de semana, que España está por la paz y ha recordado: “La presencia de medios españoles, tanto por aire como por mar, es algo que está desde hace muchísimos años y tiene una única finalidad de disuasión y de estabilidad en la zona”.
El presidente del Gobierno ha estado siguiendo muy de cerca durante todo el fin de semana lo que está pasando en Ucrania, manteniendo contactos con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La consigna, según fuentes del palacio presidencial, es: “El momento de la diplomacia. Apostamos por la unidad, la distensión, el diálogo y la solidaridad con los socios y aliados para resolver la crisis con Rusia”.
En las últimas horas Podemos está rebajando el tono sobre esta situación. Su coportavoz Pablo Fernández, también candidato en las elecciones de Castilla y León, ha indicado así: “Celebramos que el Partido Socialista haya rectificado, haya cambiado de tono y por fin hable de desescalada y de diálogo diplomático”. Para lanzar que la parte socialista no comenzó hablando de diplomacia, diálogo y paz, por lo que “saluda” el “viraje” del socio.
La otra cuestión complicada que tiene la coalición en estos momentos es sacar adelante la reforma laboral en el Congreso de los Diputados. Nadie se esperaba hace un mes, cuando se acordó junto con patronal y sindicatos, que estuviera en peligro la mayoría de la investidura. En estos momentos Esquerra y el PNV siguen oponiéndose al texto remitido por el Gobierno a las Cortes.
El decreto se debe votar la semana que viene. El PSOE quiere que salga tal y como se aprobó con los agentes sociales, quiere preservar al máximo el histórico acuerdo. Las negociaciones las lleva ahora mismo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que está colgada al teléfono aunque esté pasando el coronavirus. Su opción principal, como también le presiona Unidas Podemos, es sacar adelante el texto con los socios de investidura. Se están estudiando opciones para ver cómo contentarlos e intentar no tocar el texto. Ha sorprendido mucho la actitud de Esquerra e incluso voces dentro de Podemos interpretan ese “no” por miedo a la competencia electoral. No obstante, a pesar de que Gabriel Rufián dijera que no había contactos y que no apoyaría un proyecto “personal”, sí se mantuvieran y mantienen conversaciones, según fuentes gubernamentales.
Sobre la mesa existe la opción de explorar la vía de Ciudadanos, cuya líder, Inés Arrimadas, se ha mostrado a favor de apoyar la reforma laboral si no se toca lo acordado con empresarios y sindicatos. Moncloa no descarta esa opción, aunque deja a Díaz que intente con los socios de investidura. Para Unidas Podemos sería un desastre renunciar a los socios prioritarios y sacar una normativa laboral junto a los liberales. Confían en llegar a un acuerdo, aunque parezca difícil en estos momentos. UP entiende que es prioritario seguir con el eje de la investidura y Yolanda Díaz tiene su primera gran prueba de fuego de equilibrios.
Para toda la coalición es esencial sacar adelante la reforma labora, uno de los proyectos estrella y con Bruselas siguiendo la pista con lupa. Sería un chasco para Sánchez y los suyos no encontrar el apoyo parlamentario, una vez logrado un acuerdo con los agentes sociales que parecía imposible. Tienen una semana para lograrlo, o la legislatura se volverá más gris. Asuntos exteriores e interiores.