La carrera que tuvo al mundo en vilo: lo que sabemos un año después sobre las vacunas
La meta aún está lejos. La aparición de ómicron lo ha complicado todo, obligando a las farmacéuticas a reinventarse. España quiere contar en ese proceso.
Una carrera larga, de obstáculos y con una meta que no está fija en un punto. Un año después de su llegada, la vacuna ha cambiado el mundo, que se agarra a ella en la batalla incesante contra el coronavirus.
Todo, todo ha cambiado. El conocimiento del virus, la implicación social y hasta el trato frente a la enfermedad son radicalmente distintos a lo que se hacía hace 365 días. Verbos como ‘administrar’, ‘inmunizar’ y ‘proteger’ no han dejado de conjugarse, junto con términos como ‘ARN mensajero’, ‘vector viral’ y expresiones inimaginables tiempo atrás.
Así sucede desde que el 8 de diciembre Margaret Keenan recibiese el primer suero de Pfizer, en Reino Unido, y 19 días después ocurriese lo mismo en España con Araceli Navarro. Dos iconos que ponen el rostro a una labor incesante en los laboratorios y centros sanitarios. “Es el principio del fin”, apuntó Salvador Illa, por entonces ministro de Sanidad. Un año y casi 9.000 millones de pinchazos después, ese fin es la gran ilusión de la humanidad.
Pero el desafío muta como lo hace el virus. Si la variante delta obligó a cambiar los cálculos de la inmunidad de grupo del 70% al 90% de vacunados, ahora ha surgido ómicron, la última preocupación. Con ella se ha reabierto un debate que no deja de colear. ¿Terceras dosis en el país o apuesta por la vacunación, aunque sea parcial, de los países menos desarrollados? La OMS aboga desde hace meses por la segunda vía y ómicron ratifica su propuesta. Los países menos protegidos son un “caldo de cultivo” para que el virus siga mutando sin dificultad, como acaba de ocurrir en el sur de África.
Se sabe que el virus aprovecha toda oportunidad para expandirse y adaptarse al entorno y en un continente con un levísimo 8,84% de pautas completas la oportunidad no puede ser mejor para que surjan variantes. El contraste de porcentaje de vacunación entre España, la UE y África no ofrece dudas:
La carrera no deja de plantear obstáculos en forma de incertidumbres. Tras ómicron, en plena escalada de terceras dosis, nadie descarta que puedan aparecer otras variantes. ¿Bastará con ese refuerzo o la vacuna se convertirá en un proceso anual como la de la gripe?
“Lo que sabemos es que la tercera dosis proporciona unos niveles de anticuerpos más alto que los que proporcionaba la segunda, con una eficacia del 95%. Además, confiamos que la respuesta inmunológica sea más madura. Esto nos da una cierta confianza de que la duración de la protección pudiera ser más larga. ¿Cuánto más larga? No lo sabemos. Confiemos en que, al menos, sea de un año. Sin embargo, son los sistemas de vigilancia epidemiológica los que detectarán por cuanto tiempo dura la protección después de la dosis de refuerzo. Como ha ocurrido con la tercera dosis, solo la experiencia real nos va a proporcional los datos necesarios para evaluar si son necesarias más dosis y si estas van a tener que ser administradas anualmente o a más largo plazo”, responde a El HuffPost Sergio Rodríguez, director general de Pfizer en España.
El reto de ómicron: lo que saben las farmacéuticas
La aparición de la llamada variante del sur de África, ha reabierto otro asunto, la actualización de las vacunas. Lo que hasta ahora era eficaz contra delta y otras derivaciones, podría no serlo ya. En los laboratorios de las principales farmacéuticas se suceden los test para saber cómo y cuándo actuar.
El gran puntal de la estrategia de inmunización es Pfizer. Además de una actualización farmacológica del suero, que podría estar prevista para marzo de 2022, ven resultados satisfactorios cuando se aplica una triple dosis de la vacuna actual. Los estudios de eficacia han probado que la protección con dos dosis es menor ante ómicron, pero el blindaje se multiplica en el caso de una tercera inyección.
“Una tercera dosis de BNT162b2 aumenta los títulos de anticuerpos neutralizantes en 25 veces en comparación con dos dosis contra la variante ómicron”, detalla el encargado de la compañía en España.
Sus resultados son los primeros que publicaba una farmacéutica en relación a la nueva variante. La conclusión es similar a la que plantea el Ministerio de Sanidad: “Asegurar que tantas personas como sea posible estén completamente vacunadas con la primera serie de dos dosis y un refuerzo sigue siendo el mejor curso de acción para prevenir la propagación de COVID-19”.
Poco antes, el responsable de Moderna, Stéphane Bancel, fue uno de los más rápidos en adelantar que haría falta una actualización porque era “poco probable” que los sueros combatiesen la infección por ómicron igual de bien que hasta su aparición. Las previsiones podrían ser peores, ya que el jefe médico de la compañía, Paul Burton, apuntó a la BBC que una nueva versión no estaría disponible hasta “principios de 2022”.
Janssen, farmacéutica perteneciente al gigante estadounidense Johnson & Johnson también trabaja bidireccionalmente, en una actualización de su vacuna, aunque sin precisar fechas para su implantación, y el refuerzo de la actual, el único monodosis de los aprobados en España aunque paralizado en el país. La compañía insiste en pedir confianza en su producto, aunque Sanidad está administrado una dosis de refuerzo de otra ‘marca’ a quienes recibiesen el pinchazo de Janssen.
“Seguimos confiando en la robusta inmunidad que aporta nuestra vacuna”, explican fuentes corporativas a El HuffPost, todo ello en colaboración con sanitarios y científicos de Sudáfrica. De hecho, ponen como ejemplo que la EMA avala el uso de su medicamento como refuerzo para adultos a los dos meses del primer pinchazo ‘propio’ y a los seis meses cuando sea un refuerzo a vacunas como Pfizer o Moderna.
Las mismas fuentes añaden que, sobre ómicron, “estamos analizando el suero sanguíneo de los participantes en estudios específicos para buscar un elemento que lo neutralice”, unas tareas que realizan en colaboración con científicos de Sudáfrica y alrededores.
España también quiere jugar un papel relevante. Hay varias bazas, como las del CSIC y especialmente la de Hipra, que podría adaptarse a una nueva cepa en cuatro meses, como explicó su presidente, David Nogareda.
La ministra de Ciencia, Diana Morant, amplió la valoración optimista del fármaco nacional tras conocer los últimos detalles de la investigación. “Presenta como mejora frente a las vacunas que todos nos hemos puesto que está basada en una plataforma de proteínas recombinantes de las variantes alfa y beta”. Estas novedades frente a las de Pfizer o Moderna, sitúan a la de Hipra como “una vacuna posible para el refuerzo de las pautas ya incluyendo estas variantes nuevas”.
Los antivacunas, una campaña que sigue un año después
“El miedo y la desconfianza son legítimas, la desinformación y el engaño no”, asegura Sergio Rodríguez. Para el director general de Pfizer en España “lo último nos preocupa mucho, y es un problema muy grande, a nivel mundial. Yo creo que lo que se necesita, en primer lugar, es una información constante y rigurosa y, sobre todo, transparente de los datos, la mayoría de la gente lo que quiere es que se les informe de los beneficios y de los riesgos para que ellos puedan ejercer su derecho a evaluar”.
Las redes sociales sirven de altavoz para los postulados más radicales de los antivacunas, hasta un límite. Redes sociales como Facebook o Twitter han llegado a bloquear determinados comentarios por “falta de comprobación científica”. Desinformación sobre los efectos secundarios, bulos en relación a la carga farmacológica del antiviral... todo vale en la campaña contra la vacuna.
Sin embargo, esta cuestión no deja de ser muy minoritaria en España. El país es un ejemplo de compromiso vacunacional, como lo pondera Sanidad, a diferencia de otros donde el rechazo al fármaco gana puntos. Rodríguez considera que “no se puede demonizar a la gente que se hace preguntas acerca del riesgo que pueden tener las vacunas y yo creo que es importante que lo hagan y debe haber respuestas con todos los datos al alcance, para inspirar confianza”.
“A aquellos que todavía son escépticos, yo les diría primero que el proceso de aprobación de vacunas es extremadamente riguroso y transparente. Todos los datos están disponibles en los websites de la FDA o EMA para que sean analizados por todos. Y si aun así les quedasen dudas, que hablen con sus médicos, para que les puedan transmitir confianza en el proceso, remata el encargado de la farmacéutica en España.
Los niños también importan en esta carrera
“Y tanto que importan”, respondía recientemente la pediatra Reyes López de Mesa a este medio al preguntársele por el suero de Pfizer para los pequeños de 5 a 11 años. Esta es la primera vacuna pediátrica aprobada por la EMA y ya está en funcionamiento en toda la UE desde el miércoles 15 de diciembre.
Los niños representan alrededor del 10% de la población española y dado que la inmunidad grupal ahora se estima en un 90% de vacunación, son fundamental para proteger a toda la sociedad. España ya está administrando el primer paquete de 1,3 millones de dosis.
En enero llegarán otros dos millones para dar respuesta a los 3,3 millones de habitantes en ese rango de edad. Vendrán más y no solo de Pfizer. La EMA ya estudia los datos del suero de Moderna, en su caso reducido a la mitad de carga que la versión adulta.
Unos tanto, otros tan poco: la carrera en el tercer mundo
Una pandemia global de la que ningún país es ajeno. Es el principio que rige la política de acción y de comunicación de la OMS, que no pierde ocasión en pedir donaciones de vacunas a los países pobres, a través del programa COVAX. No poner freno al virus en un continente como África abre la puerta a que el virus gane fuerza y regrese a Europa o América bajo una nueva configuración.
Un informe de Amnistía Internacional (AI) pone el foco en posibles falsedades en el reparto de vacunas comprometido al tercer mundo. Detalla la situación de Pfizer, aunque no la limita exclusivamente a esta ya que, apunta, “por mucho que estas empresas quieran maquillar los datos, las cifras son cristalinas: siguen suministrando la mayoría de sus dosis a las partes más ricas del mundo”, cita Patrick Wilcken, director de Empresas y Derechos Humanos de AI.
“Sabemos que hay una necesidad imperiosa de vacunar a más personas con
rapidez”, responden desde la compañía, citando su plan para suministrar “unos
4.000 millones de dosis de nuestra vacuna en todo el mundo en 2022, de los que 2.000 millones irán a los países de ingresos bajos y medios en 2021 y 2022″.
En su versión, las farmacéuticas defienden su responsabilidad social corporativa. Así lo justifican desde Janssen, que cifra en 900 millones las dosis que van a suministrar a África hasta 2022 a través de COVAX, con el compromiso de proporcionarlas sin fines de lucro. Desde la matriz estadounidense inciden en su “firme creencia” de que el acceso desigual a los sueros anticovid solo prolongarán la pandemia.
Un año después de comenzar, la carrera de las vacunas aún tiene camino por delante antes de intuir la meta. De todos depende no alejarla más.