La BBC logra documentar los estragos del cólera y el hambre en Yemen
Pese a que Arabia Saudí había intentado impedir la entrada de prensa internacional en el país, un equipo ha superado el cerco y ha mostrado al mundo el infierno que vive el país.
Naciones Unidas ya no sabe cómo gritarlo: Yemen necesita ayuda. El país árabe está sufriendo "el peor brote de cólera en el mundo en medio de la mayor crisis humanitaria del mundo". La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha constatado que sólo en los últimos tres meses se han producido "casi 1.900 muertes asociadas al cólera y unos 400.000 casos sospechosos de haberla contraído".
Los servicios sanitarios, de agua y saneamiento "están paralizados por más de dos años de hostilidades y han creado las condiciones ideales para que las enfermedades se propaguen", indica en la nota difundida a los medios esta semana.
El país, además, "está al borde de la hambruna", abunda la ONU, ya que "casi el 60% de la población no sabe de dónde vendrá su siguiente comida" y, entre ellos, "casi dos millones de niños yemeníes sufren de una desnutrición severa".
Este es el cuadro. Un infierno. Pero en los tres años de guerra que lleva el país a sus espaldas es casi imposible que la prensa internacional entre a Yemen y documente lo que está ocurriendo. Hace apenas nueve días se supo que un equipo de tres periodistas de la cadena pública británica BBC -los últimos valientes que se han atrevido a intentarlo- no iba a poder viajar a Saná, la capital controlada por los rebeldes chiitas hutíes, a bordo de un vuelo de la ONU que debía partir de Yibuti. La culpa la tenía Arabia Saudí.
Según explicó la agencia AFP, los vuelos humanitarios con destino a Saná y territorios conquistados desde 2014 por los rebeldes se realizan en coordinación con la coalición militar árabe que, bajo comando saudí, impone desde hace dos años un embargo aéreo a los insurgentes. El gobierno del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, con sede en Adén (al sur), que es su capital provisional, indicó en un comunicado de su ministerio de la Información, que "deplora una tentativa de la ONU de embarcar periodistas en vuelos que van a Yemen", porque teme por su seguridad.
Sin embargo, los reporteros no dieron la batalla por perdida. Y ahora se ha sabido que han logrado su propósito de documentar la verdad que hay tras esas advertencias de la ONU. La periodistaOrla Guerin, corresponsal de la BBC en Oriente Medio con base en Egipto, ha superado los intentos de Arabia Saudí de impedirle entrar con su equipo y ha visto por ella misma ese sufrimiento.
Los sistemas de salud, agua y saneamiento de Yemen están "colapsando", señala en la web de su medio, después de casi tres años de guerra; el 70% de la población necesitada de ayuda.
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Guerin ha ido publicando en Twitter diferentes imágenes que dan cuenta del drama del país. Por ejemplo, en un hospital de Adén, vio al personal sanitario peleando para salvar la vida de un anciano llamado Abdullah Mohammed Salem, víctima del cólera, que llegó al edificio sin pulso.
El equipo -con Nicola Careem en la producción y Nicolas Hameon como camarógrafo- también retrató a algunos de ese 60% de yemeníes que no saben de dónde vendrá su próxima comida; los médicos informaron a la BBC que el país está en peligro de perder su próxima generación, con 500.000 niños ahora gravemente desnutridos.
Cuenta historias como las de Malak -cuyo nombre significa ángel-, a quien su madre tiene que ayudar a mantener la cabeza porque ya no le quedan fuerzas, y la de Hussein, "un niño malnutrido que pelea por cada aliento". "Si no recuerdas nada de Yemen", dice, recuérdalo a él. Porque ahora sí han entrado medios independientes para contarlo.
EL ORIGEN DEL CONFLICTO
La crisis de Yemen se ha ido agravando desde el golpe de estado de 2014. Los separatistas del sur y las fuerzas leales al gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, con sede en Aden, entraron en conflicto con los hutíes y sus milicias, leales al ex-presidente Ali Abdullah Saleh.
A la guerra civil se sumaron islamistas como Al Qaeda y el Estado Islámico y, más tarde, una coalición árabe liderada por Arabia Saudí contra los hutíes, a los que -denuncia- apoya Irán. Casi 1.500 niños han sido reclutados por alguna de las partes enfrentadas, principalmente los rebeldes hutíes, sostiene el ACNUR.