La atleta bielorrusa que pidió asilo: "Un psicólogo me dijo que personas en situaciones como la mía se quitan la vida"
Kristsina Tsimanuskaia atiende a 'El País' desde Polonia, donde está refugiada por miedo a represalias al volver a su país.
La historia de la atleta bielorrusa Krystina Tsimanouskaya ha conmocionado al mundo. Esta velocista inscrita para participar en los Juegos de Tokio 2020 fue expulsada por su propio comité olímpico tras sus críticas deportivas. Obligada a regresar a Bielorrusia sin aviso previo, la deportista rehusó regresas por miedo a represalias políticas de su gobierno y consiguió un visado humanitario para ser acogida en Polonia.
Desde Varsovia, donde ha encontrado refugio, atiende a El País en una entrevista conjunta con varios medios. No se habla de deporte, que era lo que Tsimanouskaya hubiera deseado en plenos Juegos. Se va sin competir y asegura que “no entiende nada de lo que está sucediendo”, aunque al menos puede volver a dormir, “protegida por las autoridades polacas y la diáspora bielorrusa”.
Sus críticas al régimen de Lukashenko y sus contactos con la disidencia bielorrusa se le han vuelto en contra hasta hacer de su país un lugar peligroso para ella. Se dio cuenta “cuando los empleados del Comité Olímpico bielorruso me llevaron al aeropuerto”. “El entrenador y otros miembros seguían diciéndome que tenía que irme a casa; que tenía que empaquetar todas mis cosas de inmediato; que si me resistía, actuaría en contra de la voluntad de las autoridades, porque la decisión venía de representantes de los niveles superiores, y que me esperaban graves consecuencias”.
“Más tarde vino a verme un psicólogo que intentó presionarme; y me asustó. Me dijo que tenía problemas en mi cabeza. Comenzó a decirme cosas terribles sobre algunos estados de locura; decía que algunas personas en situaciones parecidas a la mía se quitaban la vida”, explica.
La corredora de 200 metros había expresado sus críticas contra el comité bielorruso por obligarla a correr en relevos sin tiempo para prepararse. El equipo nacional reaccionó retirándola de la competición debido a su “estado emocional y psicológico”. Ella no esperaba que un tema deportivo acabara así: “Ni que tendría que pedir ayuda a un policía japonés de un aeropuerto con un mensaje escrito en un traductor online: “Ayuda, intentan llevarme a mi país por la fuerza. Estoy en peligro”.
Después de lo que se publicó en los medios oficiales, añade, “mis padres me dijeron que no debía volver a Bielorrusia en este momento. Les creí. Incluso pensé que alguien pudo contactar con ellos y advertirles de que me esperaban problemas si regresaba. Tal vez la cárcel o un hospital psiquiátrico. La gente no sale de ellos fácilmente”, continúa su relato.
Sus padres se han quedado, por ahora. ”Él sufre del corazón, desafortunadamente, y toda esta situación hizo que su condición se deteriorara. Estamos en contacto constante”. Sí se ha marchado su esposo, “lo supe cuando llegó a Kiev. Después de mis declaraciones sentía que yo no volvería a Bielorrusia y que él también se encontraba en peligro”.
Ella ha alzado la voz desde sus redes sociales, pero sostiene que “los deportistas en su país están más amenazados que nunca y se piensan mucho qué van a decir en Bielorrusia porque puede haber consecuencias desagradables. Yo no me contuve esta vez... afortunada o desafortunadamente”.