Justicia inicia los trámites para exhumar siete cadáveres del Valle de los Caídos
Ya está tomando muestras a los familiares que han logrado que un juez avale su derecho a recuperar los cadáveres y trasladarlos.
Técnicos del Instituto Nacional de Toxicología han tomado hoy muestras de ADN de la sobrina de José Antonio Marco de Viedma, fusilado en 1936 y enterrado en el Valle de los Caídos, dentro de una operación con la que se quiere exhumar también a los hermanos Lapeña Altabás y a otros cuatro represaliados del franquismo.
Los restos mortales de Marco de Viedma, un industrial natural de Calatayud fusilado en esa ciudad zaragozana en septiembre del 36, se encuentran en los osarios existentes en el Valle de los Caídos.
Con la toma de muestras de ADN de su sobrina, explica en un comunicado el Ministerio de Justicia, se pone en marcha la compleja operación de localizar su cadáver y entregarlo a su familia, proceso que se repetirá con otras seis víctimas enterradas en el recinto ubicado en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial.
Es el caso de los hermanos Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, naturales de Villarroya de la Sierra (Zaragoza), también fusilados por las tropas franquistas en 1936 y reinhumados en el Valle de los Caídos en 1959.
En marzo de 2016 el Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Lorenzo de El Escorial reconoció a sus familiares el derecho a recuperar sus cadáveres y trasladarlos a su localidad natal y la dirección de Patrimonio Nacional les reconoció después el derecho a la exhumación.
Patrimonio tomó la misma decisión con la familia de Marco de Viedma y tramita las peticiones de exhumación de familiares de otros cuatro fusilados en 1936 y cuyos cadáveres acabaron en el Valle de los Caídos tras las órdenes cursadas por el Ministerio de la Gobernación en una circular de mayo de 1958, con motivo de la inauguración del recinto.
Como la sobrina de Marco de Viedma reside en Madrid, explica el Ministerio, la toma de muestras de ADN se ha realizado en la sede central del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que depende de Justicia y está ubicada en las afueras de la capital.
Pero dada la elevada edad de los familiares a los que hay que someter a este proceso en el resto de los casos, para evitarles desplazamientos sus muestras se tomarán en laboratorios de Valladolid, Zaragoza y Oviedo, que posteriormente las remitirán al instituto madrileño.
El director general para la Memoria Histórica, Fernando Martínez López, se han reunido este viernes con el director del Instituto Nacional de Toxicología, Antonio Gómez, para analizar los pasos necesarios para crear un banco nacional de ADN que permita identificar a las miles de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo que aún permanecen enterradas en fosas comunes de todo el territorio español.
Para la creación de ese banco nacional de muestras genéticas será necesario conectar el Instituto con los distintos laboratorios dependientes de las comunidades autónomas, muchos de los cuales han empezado ya a recopilar datos de ADN en sus respectivos territorios.