Junqueras y Puigdemont: el reencuentro en Waterloo
Los dos exdirigentes catalanes se reencuentran después de 1.349 días, el mismo en el que declararon la fallida independencia de Cataluña. Pero sus caminos han sido muy distintos.
El expresident de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont y el ex vicepresident Oriol Junqueras han vuelto a verse. Waterloo ha sido el escenario de un reencuentro para el que han tenido que pasar 1.349 días desde aquel 27 de octubre de 2017. La misma fecha en la que proclamaron la independencia de la república catalana durante unos instantes. Desde entonces, sus caminos se separaron. Dos días después, Puigdemont puso rumbo al extranjero, mientras que Junqueras acabaría en prisión.
Uno eurodiputado y otro recientemente indultado. Con este telón de fondo ha llegado el exdirigente de ERC a la residencia del aún considerado huido de la Justicia española. Con todo, no se ha tratado de una visita cualquiera. Ha estado cargada de simbolismo por las líneas separadas que mantienen sus respectivos partidos en relación con el apoyo al Gobierno.
También estaba sobre la mesa una suerte de revalidación del rol o la figura de Puigdemont como ‘president en el exilio’, del que Junts lleva tiempo esperando un reconocimiento. Una cuestión que se ha puesto de relieve desde las últimas elecciones autonómicas celebradas en Cataluña, en las que Esquerra superó a la formación de Puigdemont.
La llegada a la residencia de Puigdemont
Junqueras ha acudido acompañado de los otros tres expresos de ERC que han sido recientemente indultados: Raül Romeva, Carme Forcadell y Dolors Bassa, así como de la exconsellera Meritxell Serret. Por parte de JxCat y del Consell per la República completan la comitiva los exconsellers Toni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig. Entre todos ellos, se ha colado en la icónica fotografía del reencuentro otro español huido, el rapero mallorquín Josep Valtònyc.
Junqueras ha llegado pasadas las 14.00 horas junto a la expresidenta del Parlament, Carmen Forcadell, y los exconsellers, Raul Romeva, Dolors Bassa y Meritxell Serret. El último trecho hasta la casa de Puigdemont lo han hecho a pie, momento en el que han saludado a media docena de simpatizantes independentistas que les han recibido al grito de Unidad y con banderas esteladas.
En un primer momento el líder de ERC ha subido la escalinata de la casa sin que nadie le haya recibido, aunque minutos después Puigdemont ha escenificado el reencuentro independentista con una foto de familia. Podría ser una metáfora de cómo se reconducirán las relaciones políticas entre ambos.