12 juegos para entretener a los niños en la playa sin necesidad de palas ni cubos
Solo hacen falta MUCHA imaginación y recursos naturales.
La playa se convierte en la segunda casa de muchas familias cada verano. Horas y horas al lado del mar con los niños hacen que los padres tengan muchas veces que tirar de ingenio para conseguir entretenerlos. ¿Qué hacer cuándo se han cansado de saltar olas y de hacer castillos de arena?
Para que no caigan en el aburrimiento y las vacaciones no se conviertan en un auténtico horror, en El HuffPost hemos hecho una lista con 12 juegos para que los niños lo pasen bomba sin necesidad de gastar un euro ni ir cargado con cubos, rastrillos y palas. Solo hace falta MUCHA imaginación y los recursos disponibles en cualquier playa: arena, mar y algunas conchas o piedras.
Para este juego solo se necesitan un puñado de piedras pequeñas. Hay que situarlas en una zona plana o una toalla, todas relativamente cerca en círculo, tirar una hacia arriba y, mientras está en el aire, coger otra del suelo a suficiente velocidad para luego pillar al vuelo la lanzada. Si se logra, hay que dejar una piedra a un lado y repetir. Y si se falla, se corre el turno.
Así hasta que no quede ninguna en el círculo. Gana el que consiga acumular más piedras al final, la mecánica de las tabas de toda la vida. Con este juego se potencian la coordinación y los reflejos.
Este juego es tan sencillo como coleccionar conchas, aunque no vale cualquiera. Lo ideal es proponer distintos objetivos: una rayada, una pequeña, una blanca, una grande, una lisa... Hay que conseguirlas todas. Para ponerle emoción e incrementar la dificultad se puede limitar el tiempo. El vencedor será el que más conchas haya encontrado cuando el cronómetro llegue al 0.
Para jugar a la petanca en la playa no hace falta ningún kit ni ninguna bola, basta con pequeñas piedras. Se puede dibujar el campo en la arena húmeda y colocar una piedra en el centro (preferentemente blanca). El resto de la partida transcurre como cualquiera de este juego: tirando piedras e intentando que queden lo más cerca posible de la blanca.
Jugar con la arena no tiene por qué implicar rastrillo, pala y cubos. Ni tampoco castillos de arena. Para este juego basta con que cada uno construya un muro de arena en la orilla, donde llegan algunas olas (no todas). Después de unas cuantas olas, hay que comprobar qué muro ha aguantado mejor sin haberlo tocado ni reconstruido durante la llegada de la marea. Se puede cronometrar el tiempo que tarda cada uno en caer y anotarlo en la arena para superarlo cada vez.
¿Quién no ha dibujado alguna vez en la arena? ¿Qué tal si cada miembro de la familia dibuja algo y los demás lo adivinan? Como el clásico Pictionary pero sin folios, ni lápices, solo un palo o directamente con el dedo sobre arena húmeda. Se pueden hacer equipos y sumar puntos por cada dibujo adivinado.
Clásico donde los haya. El tres en raya es uno de los juegos de playa por excelencia. Basta con dibujar un tablero en la arena húmeda y coger tres piedras cada uno. El primero que haga tres en raya gana. Sencillísimo.
En esta variante del clásico pilla-pilla quien se la queda tiene que permanecer enterrado en la arena mientras el resto de jugadores salen corriendo. Cuando haya contado hasta 10 es cuando tiene que levantarse y salir a pillarlos. El primero al que cace la momia se la queda.
En la playa se puede hacer el recorrido de las canicas de toda la vida, pero con piedras. Basta con dibujar una carretera y coger una piedra plana cada uno. Cuando empiece la carrera solo hay que ir empujando las piedras hasta acabar, todo sin pisar el recorrido. El que lo pise o saque su piedra del recorrido tiene que empezar de nuevo.
Este juego se puede hacer una vez terminado ‘el coleccionista de conchas’. Basta con meter todas las conchas recogidas en una bolsa y que uno se encargue de esconderla. Hecho esto, irá dando pistas a los demás para que la encuentren.
Nota: desenterrar si no se encuentra para no ensuciar las playas.
‘Las cañerías’ consiste en cavar una serie de túneles en la arena mojada para que, cuando suba la marea, el agua los inunde y llene todo el laberinto. Toda una obra de ingeniería casera.
Para los más deportistas, este es el juego ideal. Tan sencillo como hacer una raya en la arena mojada coger carrerilla y saltar. La marca de cada uno quedará grabada en la arena por lo que resultará fácil ver al ganador. Después de cada ronda, basta con echar agua para borrarlas.
Este juego se practica en la orilla. Basta con enterrarse los pies en el agua—siempre en una zona donde no cubra demasiado— y quedarse clavad . El que más aguante después de una racha de olas será el ganador.