Juan Verde: "Biden es el hombre correcto en el momento histórico correcto"
El asesor español de los demócratas reconoce que "le queda mucho por delante al trumpismo" pero que "lo peor ha pasado" tras el ataque al Capitolio.
Juan Verde (Telde, Gran Canaria, 1971), asesor de la campaña de Joe Biden, viene de vivir su quita toma de posesión de un presidente: las dos de Bill Clinton, las dos de Barack Obama y la del propio Biden. Lleva 15 campañas electorales a sus espaldas. Mucha mili en las filas del Partido Demócrata como para proyectar la mirada y analizar lo por venir.
Habla de una “nueva era” con el flamante inquilino de la Casa Blanca, de su “certeza” de que las divisiones del país se van a arreglar con Biden y de los “duros” cuatro años que, asume, le quedan por delante al mandatario. ¿Y Kamala Harris? “Tiene todas las paleletas”, dice, para ser una presidenta de futuro.
Parece que el mundo se ha quitado un peso de encima con la marcha de Trump y todo es esperanza con la llegada de Biden. ¿Pero es esa ilusión realista?
Sí, lo es. Biden hereda un país profundamente polarizado y dividido, pero estoy absolutamente convencido de que estamos ante el comienzo de un nuevo día. ¿Por qué? Porque a partir de ahora sí hay alguien que puede reconducir el país y llevarlo donde debía estar, a una situación de país más unificado y de menos odio y división. Si alguien puede, es él. Esa división estaba ahí. ¡Imagine si hubiese ganado Trump! Sería un nuevo día... pero muy distinto, no donde estamos hoy, con un presidente cuya prioridad absoluta, y fue la temática de su discurso, es unificar el país.
Los primeros decretos ya están firmados. ¿Cuál va a ser su línea en el resto de la legislatura y, sobre todo, en los primeros cien días de mandato?
Esos 17 decretos son importantísimos porque mandan un mensaje claro e inequívoco, no solamente a EEUU, sino al resto del mundo, sobre cuáles van a ser las prioridades en esta nueva etapa. Yo los dividiría en tres categorías. En primer lugar, es esencial un plan de choque absoluto para combatir la pandemia, con el uso obligatorio de la mascarilla ya aprobado o los cien millones de dosis de la vacuna en los primeros cien días. En segundo lugar, pero de la mano, otro plan de choque absoluto paralelo para inyectar combustible y lograr la recuperación económica, fomentar esa recuperación pero a la vez que la de la sanidad. Biden no las concibe separadas, lo tiene bastante claro. Y en tercer lugar, volver a sintonizar con los valores norteamericanos, como la decencia o la solidaridad… Por ejemplo, en esos decretos se prohíbe el separar a los niños migrantes de los padres, meterlos en jaulas, como animales. Son cosas que pueden parecer menos importantes pero no, no lo son. O el decreto de la reforma migratoria, que dice que los dreamers, los menores que llegaron a este país en brazos de sus padres, son americanos, han vivido en EEUU y ahora los querían mandar a países que ya no son sus países. Él va por ahí, redefinir los valores que hicieron que éste sea un país aspiracional para muchísimos millones de personas en el mundo. Y manda con todo ello, también, el mensaje al mundo de que EEUU vuelve a ser un jugador solidario y que cree en el multilateralismo.
Pero todo eso se promete y se firma con 25.000 soldados en las calles de Washington, con un ambiente desconocido...
Sí, jamás antes se había producido un relevo así en la historia de EEUU. Las medidas de seguridad han sido absolutamente férreas, no había tantos soldados en la capital desde la Guerra Civil, había más soldados que los desplazados en Irak, Afganistán y Siria juntos. Es un indicador claro de que el país está absolutamente dividido. Lo que pasó el 6 de enero en el Capitolio no podemos ignorarlo y, por eso, es importantísimo saber que tenemos un presidente que entiende perfectamente bien que la unificación del país tiene que ser lo absolutamente prioritario.
¿Qué medidas concretas debe tomar para sanar al país y recomponerlo?
Primero hay que definir un enemigo común, y el enemigo común de todos es la pandemia y la crisis económica. La narrativa que salga de la Casa Blanca tiene que ser de conciliación, pero con un fin común: todos somos norteamericanos, todos nos estamos viendo afectados por el coronavirus y por los problemas económicos o de empleo. En el momento en que logras definir un enemigo común y que todas tus medidas, comentarios y narrativa se orienten a llegar a un fin común, casi por definición el país tiene que buscar áreas de encuentro, comunes, de colaboración. Esa es la idea.
Fácil no parece...
¡Ojo, es que no es fácil! Pero soy optimista porque creo que Biden es el hombre correcto en el momento histórico correcto. Un hombre con 40 años de trayectoria en el Senado, casi 50 años en política, siempre caracterizado por ser una persona moderada, capaz siempre de tender la mano a los republicanos. Los grandes proyectos legislativos que sacó adelante fueron siempre históricos precisamente porque tenía el apoyo y el consenso de los republicanos.
¿Encontrará interlocutor en la otra parte, con lo perdido que está el Partido Republicano?
Hay un Partido Republicano dividido, es verdad. A nivel nacional, no hay un político que le pueda hacer sombra a Trump, no existe aún, hay que reconocerlo, y eso traerá complicaciones. Pero a creo que hay voces más moderadas que van a reemplazar la visión pasada, y eso nos da una oportunidad de trabajar a nivel de Senado y Congreso, donde tenemos mayoría en ambas cámaras. Durante los dos próximos años eso nos va a dar mucha opción para llevar a cabo las medidas que creemos que son absolutamente necesarias para unificar el país.
Trump no desaparece en su retiro de Florida, ¿verdad?
No, no. Este señor quiere seguir jugando un papel importante en la escena política durante los próximos cuatro años, todos lo sabemos. Sin embargo, creo que su influencia va a ser más regional, en aquellos estados donde él goza de gran popularidad y de mayoría. En estados donde tiene aún un 70 o 75 % de popularidad, en este tiempo va a poder quitar y poner senadores, congresistas, jueces... y eso le da un poder incalculable. Le queda mucho por delante al trumpismo. Esa estrategia que ha usado de poner en cuestión la legalidad del proceso electoral, de hablar de fraude, ha sido efectiva y por eso va a seguir siendo un actor político importante en EEUU y un líder dentro del Partido Republicano. Ha sido una estrategia brillante en ese sentido, se queda como un mártir para 74 millones de personas que creen que ha ganado las elecciones.
¿Se puede recuperar la tierra quemada de su gestión?
Lo primero es reconocer que hay una división y una polarización del país tremenda. Y eso el presidente Biden lo entiende y es su prioridad. Sí, yo creo que se puede recuperar el terreno perdido, se tiene que recuperar. Esas personas que creen que este es el inicio del declive, del fin de la hegemonía de EEUU, están completamente equivocadas. No deberían desestimar a la que sigue siendo hoy la gran potencia mundial, la gran potencia militar y la gran potencia de influencia o poder blando. Sigue siendo un referente por sus universidades, sus centros de excelencia, sus empresas, su espíritu emprendedor, la capacidad que tiene de generar innovación… y seguirá siendo un gran país. Eso no ocurre de manera fortuita, sino porque la esencia de esta tierra es formidable. El sueño americano sigue ahí, no se ha evaporado. Por eso creo que hay materia prima con la que trabajar.
¿Qué viene a aportar la novedosa figura de Kamala Harris?
Creo que va a ser la presidenta [desliz]... la vicepresidenta más relevante en la historia de EEUU. Normalmente los vicepresidentes no suelen jugar un rol determinante en el día a día operativo de la Casa Blanca, pero este no es el caso. Los retos a los que se enfrenta Biden son tantos y tan grandes que no le queda más remedio que tirar de la vicepresidenta para que ejerza un papel de liderazgo en numerosos frentes. También tienen un acuerdo entre ellos que es precisamente ese, que la vicepresidencia va a jugar un papel importante y no va a ser simbólica. Y ella es una mujer joven, dinámica, con ímpetu, que se ha caracterizado siempre por ser luchadora y emprendedora. Es una oportunidad para EEUU, sobre todo tomando en consideración que su ascenso es histórico, por ser la primera mujer, la primera afroamericana, es un momento de oportunidad.
¿Será presidenta?
Tiene todas las papeletas para llegar a ser presidenta de EEUU. Por edad es probable que Biden no quiera repetir, pero cuatro años son una eternidad en política.
A Biden lo critican los más izquierdistas de su partido porque se ha rodeado de un equipo conservador, por demasiado templado.
El hecho de que sea un líder moderado creo, una vez más, que da fe de que es el hombre correcto. Ante un país tan dividido, no puedes irte a la izquierda (más allá de que sea lo correcto o de que a mí me pueda parecer bien), no te puedes aferrar a medidas que representen al ala más extremista del partido, cuando sabes que al otro lado tienes exactamente eso, un país absolutamente dividido. Tenemos que ser moderados en nuestra visión. Luego hay críticas que dicen que no, que trumpistas son personas que no escuchan, que tienen una realidad paralela y que no debemos escucharlos. Esa es una visión miope, cortoplacista, que no lleva al objetivo final de la reconciliación. Su visión moderada es la que va a sacar verdaderamente el país adelante.
En Europa, partidos más socialdemócratas también querrían que fuera un poco más progresista...
A esos críticos les diría que cuando se gobierna no se hace todo lo que uno quiere, se hace lo que te deja hacer la oposición y la realidad. Y la realidad del momento es tal que lo que tenemos que hacer es avanzar, progresar y mover al país en la dirección en la que tiene que moverse. Hacer otra cosa de manera inmediata es poco realista, dada la situación. La política es el arte de la negociación, tienes que ser capaz de llegar a puntos intermedios y tú no puedes unificar el país y actuar de forma unilateral e ignorar a las personas que no piensan como tú.
Usted es español pero lleva media vida en EEUU. Pasados unos días tras el asalto al Capitolio y con Biden en el cargo, ¿siente que ya se está recomponiendo algo en el alma de EEUU, como rogaba el presidente?
Sí, aunque eso no significa en absoluto que esas personas que votaron por Trump de la noche a la mañana ahora crean en Biden. Sí creo que el intento de golpe de estado fallido del 6 de enero marcó un antes y un después, y millones de republicanos se dieron cuenta de que no todo vale, que no puedes aceptar bajo ningún concepto un ataque a la democracia y a los valores que definen a este país. Por eso creo que es el comienzo de una era de reconciliación y unificación del país, un punto de inflexión y de optimismo. Lo peor creo que ha pasado.