El ocaso de Almeida
El alcalde de Madrid celebra un San Isidro en plena polémica, con parte de su capital político perdido y mirando a las elecciones del año que viene.
Gallinejas, entresijos, rosquillas… Madrid celebra este domingo San Isidro. Pero su alcalde, José Luis Martínez-Almeida, no vive precisamente en una pradera política. La parpusa aprieta este año la cabeza. El dirigente popular está en su peor momento político, marcado por varios frentes, del caso de las mascarillas al escándalo del espionaje pasando por su papel en la cainita guerra interna del PP.
Y es que Martínez-Almeida fue uno de los que le dio la estocada mortal al que era su muy amigo Pablo Casado. Cuando dejó la Portavocía del PP en aquellos días críticos el casadismo desapareció por completo. Le dio la espalda al hombre que le puso de candidato cuando nadie creía en él y se pasó al bando de la rival, Isabel Díaz Ayuso. Fue uno de los golpes que más dolió al entonces líder del PP, como reconocen fuentes de su entorno. Abandonaba el barco que ya todos veían tocado y hundido. Quedaba atrás esa imagen de político cercano. Llegaba la traición.
Almeida había sido impulsado por Casado como el “alcalde de España”. Durante la pandemia logró unir a los vecinos de la ciudad y hasta todos los partidos, firmándose los pactos de la villa con todos los flancos presentes, desde Vox hasta Más Madrid. Una especie de Giuliani a la madrileña, en una capital que sufría lo nunca visto en décadas. Un líder inesperado en mitad del drama.
Hoy esa imagen es un espejismo, fuera y dentro del Ayuntamiento. En el Palacio de Cibeles ya no queda rastro de consensos, tuvo que sacar los últimos presupuestos con los concejales escindidos de Más Madrid. En la calle ha dejado de ser tan popular después de aquellos días críticos del partido y especialmente por el caso de las mascarillas. Un regidor sin ninguna gran medida durante su mandato, y que acumula polémicas, como sus palabras sobre Almudena Grandes.
En aquel marzo de horror, cuando morían cientos de personas en Madrid, el Ayuntamiento firmaba un millonario contrato que no pasó ningún tipo de control. Dos comisionistas, Alberto Luceño y Luis Medina, se encargaron de traer material -en buena parte defectuso- ganando seis millones de euros para ellos, que acabarían en coches de lujo, vacaciones en Marbella, pisos en Pozuelo, fondos y hasta un yate amarrado en Sotogrande matriculado en Gibraltar.
El alcalde se defiende, no ha habido ninguna imputación hasta el momento de algún miembro del Ayuntamiento. Pero sí se ha demostrado que se conoció la estafa, como reconocía Elena Collado, y que, sabiendo lo que había pasado, el regidor trató de ocultarlo no llevando el caso hasta la Fiscalía Anticorrupción. Además, sobrevuelan las dudas sobre hasta qué punto influyeron las relaciones con el regidor. El primo de Almeida declaraba este mismo jueves ante el juez Adolfo Carretero y respaldaba la versión de su familiar al decir que se limitó a dar un correo genérico de la coordinadora general de alcaldía al hermano del duque de Feria.
Estos días convulsos para el alcalde han tenido también otro tenso momento al comparecer en la comisión de investigación sobre el supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso, el motivo por el que empezó oficialmente la guerra interna del PP y que se llevó por delante, sin explicaciones, al que era su mano derecha en el Palacio de Cibeles, Ángel Carromero. Él lo ha negado todo y dice que no se pagó con dinero público esa supuesta investigación para lograr pruebas sobre las comisiones de Tomás Díaz Ayuso, pero las dudas persisten.
Martínez-Almeida y Ayuso, Ayuso y Martínez-Almeida. Los dos han hecho las paces y él se ha plegado a ella tras la victoria en la guerra interna de la presidenta. De hecho, él era la apuesta de Casado para el eterno congreso del PP de Madrid. Pues bien, ese cónclave será finalmente este 21 de mayo y se ha convertido en una alfombra roja para ella, la única candidata. Han rehecho su relación y ella ha dicho que por él pondría la mano en el fuego. Los dos (que entre ellos se llaman partner) quieren ser de nuevo ticket electoral para mayo de 2023.
El alcalde ya mira hacia eses elecciones, donde se va a encontrar con un panorama diferente en las alianzas. Cs pasa su peor momento también en las encuestas, teniendo en Begoña Villacís a su principal figura institucional. Pero en los sondeos es Vox el que sube con fuerza, y podría exigir entrar dentro del equipo de gobierno como ha hecho, por ejemplo, en Castilla y León. Él para esa cita llevará bajo el brazo para vender la reforma de la Puerta del Sol. En frente, a la izquierda, previsiblemente tendrá como rivales a Rita Maestre (Más Madrid) y a Mercedes González, por el PSOE, que es la actual delegada del Gobierno y acaba de ser elegida líder de los socialistas capitalinos.
¿Y qué preocupa a los madrileños? Según la última encuesta municipal publicada en abril, el tráfico y los atascos son el principal problema en la ciudad, siguiendo la limpieza, la contaminación y la sanidad. El alcalde logra su mejor valoración en dos barrios de lujo y que son granero para el PP: Salamanca y Chamartín. En cambio, la peor nota se la ponen en Villaverde y Puente de Vallecas.
Otro capítulo es el estado de su relación con Cs. “Normal”, dicen fuentes municipales, que resaltan que los dos “nunca han estado mal”, pero tampoco han sido “amigos íntimos”.
“Siempre hemos sido más leales que ellos”, dicen fuentes municipales naranjas. A Villacís no le interesa ahora hacer una moción de censura para “ocho meses reales que quedan”. La derecha se echaría sobre Cs y Almeida “se libraría de la quema”. “Estamos mal, pero podría ser peor, nuestro electorado es de derechas aquí”, resumen.
Por eso, su estrategia es presentarse al electorado como el factor que puede sacar de la ecuación a Vox. “Reeditar el mismo gobierno”, tienen en mente los de Villacís. “Si estuviera sólo el PP, ancha es Castilla...”, ironizan.
Los de Villacís lo ven así: “Almeida está en su peor momento”. Para añadir las citadas fuentes: “Está nervioso, en la comisión estuvo pésimo, faltón, no era digno de un alcalde, dando zascas como en la oposición”. Y desde ese lado recuerdan, por ejemplo, que no ha desarrollado capacidad de liderazgo y ha tenido hasta cuatro jefes de prensa. Para recalcar que no sabe negociar ni saber lidiar con Vox.
Para describir además al alcalde: “Se le ha subido, no era nadie. Se creyó la leche, todo el mundo lo conocía, se embriagó de las mieles del éxito. No sabe asumir una época mala, no entiende que los medios hablen así de él, que ya nadie le haga ola”. Con una espina de Cs: el alcalde les ocultó el caso de las mascarillas.
La oposición se prepara ya también para esa batalla de 2023. Fuentes del PSOE madrileño hacen un balance “muy malo” de Almeida: “Una legislatura perdida en la que no se ha avanzado en políticas medioambientales, ni en políticas sociales, cero propuestas para Madrid desde el Ayuntamiento y la Comunidad. A Almeida solo le interesaba la portavocía nacional, igual que a Ayuso su show televisivo, solo buscan el titular del día y la permanente oposición al Gobierno de España para tapar su nula gestión y falta de interés por Madrid, faltando al respeto a los madrileños. Ahora su único interés es bailarle el agua a los nuevos jefes. Es un alcalde fallido”.
Desde el PSOE-M recalcan: “Será recordado por abrir de par en par las puertas del Ayuntamiento, cuando nuestros vecinos morían solos, para que dos sinvergüenzas se lo llevaran crudo o por priorizar su ambición de poder y las vendettas del Partido Popular, en vez de gestionar y generar nuevas oportunidades que garanticen el avance y la dignidad de todos los madrileños. Será recordado porque la etapa más oscura de las comisiones y la corrupción vuelve a ser la marca Madrid del PP, el titular nacional e internacional que vuelve a dañar la imagen de la capital y la Comunidad”.
Desde Más Madrid, hacen este análisis sobre Almeida: “Está claro que está en caída libre. Desde hace más de un año su imagen está muy deteriorada”. Las fuentes añaden: “El origen es que a mitad de la legislatura la gente se dio cuenta de que no había hecho nada relevante. Nada. Pasó los primeros dos años obsesionado por destruir cualquier cosa que recordara al mandato anterior y dedicando cero minutos a hacer cosas nuevas o positivas para la ciudad”.
“Hay que recordar que en esa obsesión además acabó con iniciativas muy relevantes y que contaban con un gran apoyo ciudadano como Madrid Central, la zona de bajas emisiones más eficaz de Europa. Y mientras no hacía nada y su gestión encima era muy ineficaz, como quedó claro en Filomena, en la gestión de la emergencia e incluso en las cosas cotidianas como escuelas infantiles, polideportivos, limpieza ciudad, tráfico”, explican desde el grupo líder en la oposición y que ganó las elecciones.
Con esta crítica: “Ha estado hasta hace dos meses centrado en el Partido Popular y en sus líos, que han sido tremendos. Y encima ahora le estalla el caso mascarillas, el caso Sinclair. Está en caída, dedicado solo a achicar agua”.
Por eso, desde Más Madrid se hace este balance de la capital: “Está como suspendida en el tiempo. Esperando que se le dé impulso. Paralizada. Esta ciudad es muy creativa, está llena de vida, pero el gobierno ha mantenido Madrid ajena a los grandes debates del siglo XXI, incluso ha dado pasos para atrás en muchas cosas. Se nota mucho que Almeida no tiene un modelo de ciudad en su cabeza. Que no tiene ideas”. “No será un alcalde recordado”, remachan.