Jesús Cintora: "Es muy fácil decir las cosas desde una mesa, lo complicado es ir al territorio contrario"
El periodista estrena este martes 'La Línea Roja' (Cuatro, 22:45h), donde junta a personas con pensamientos opuestos.
El periodista Jesús Cintora regresa a la parrilla de Cuatro con un formato novedoso en el que tratará temas tan polémicos como la homofobia, la okupación y la tauromaquia. Sobre este último asunto versará este martes a las 22:45 horas el primer episodio de La Línea Roja, un formato novedoso en el que Cintora juntará a personas con pareceres absolutamente opuestos.
Personajes antagónicos como el torero Juan José Padilla y una joven antitaurina, a los que el periodista llevará a plazas de toros, ganaderías y pueblos donde se celebran encierros. Allí les veremos, no sólo confrontar ideas sino también reaccionar ante lo que están viendo.
¿Cómo surgió la idea del programa?
La clave del programa es tratar temas polémicos en la sociedad, temas que incluso marcan una época. Arrancamos con la tauromaquia, porque creemos que vivimos un momento en el que hay cada vez más gente sensibilizada con que se haga un espectáculo del sufrimiento animal, al mismo tiempo que también se defienden quienes la consideran un arte y un espectáculo.
También vamos a tratar temas como la okupación, algo muy propio del tiempo que vivimos. La esencia del programa es no conformarnos con confrontar ideas sino ir al lugar de los hechos y llevar a personas que piensan distinto al territorio contrario.
En este primer programa, ¿dónde los lleváis?
Les hemos llevado a plazas de toros, a correbous, a encierros como San Fermín y a ganaderías. Nos hemos metido en el ojo del huracán y en camisa de once varas.
¿Ha sido muy duro?
Pues mira, de un pueblo nos tuvieron que sacar escoltados por la Guardia Civil, porque sólo por preguntar nos empezaron a lanzar objetos, a amenazar, empujaron a los cámaras, de una plaza de toros nos echaron.... En fin, no ha sido del todo fácil porque la gente que defiende la tauromaquia lo hace con gran fervor. Así que se ve que hay dos posiciones muy encontradas.
¿Os ha sido fácil convencer a la gente para hablar con alguien que piensa lo opuesto?
Ahora que Padilla está siendo tan polémico por haberse puesto la bandera franquista, tiene su aquel verle con una antitaurina y cómo entra con él en la plaza de toros y en la capilla. Ni para Padilla es plato de buen gusto encontrarse con una antitaurina que le dice a la cara lo que piensa sin cortarse un pelo, ni para ella lo es entrar en una corrida de toros o estar con un torero antes de que vaya a torear. También veremos si la antitaurina aguanta.
¿Ha habido tensión?
Ha habido de todo, momentos de tensión y momentos en los que se puede hablar. Tiene un punto tragicómico el programa, porque hay tanto actitudes y declaraciones que te cabrean como que te hacen reír. A veces los argumentos que se dan para defender la tauromaquia pueden hacerte enfadar, pero también lo puedes ver grotesco y te puedes reír.
¿Y acercamiento de posturas?
Hay puntos de acercamiento, sí. Sobre todo porque hemos grabado en tantos sitios que te encuentras lugares donde hay gente que acepta que el animal sufre pero te dice que sigue yendo a las fiestas. Hay contradicciones.
¿Alguien ha cambiado de postura y se ha replanteado sus posiciones?
Tanto los protagonistas como el público, o bien cambian de opinión o bien se reafirman o igual se quedan con dudas. Tampoco el interés del programa es convencer a nadie de la opinión contraria, lo que pretende es mostrar realidades yendo al lugar de los hechos. Hay un ejemplo muy gráfico: ver a Padilla reaccionar cuando una animalista entra con él a la plaza, a la capilla, al hotel... eso no se ha visto en televisión.
Aparte de la tauromaquia, ¿qué más temas vais a tratar?
Trataremos las okupaciones, porque lo consideramos un tema muy polémico y muy de nuestro tiempo, porque entran en colisión el derecho constitucional a una vivienda digna como el derecho a la propiedad de quienes tienen su casa y se la encuentran okupada. Y tiene muchos matices porque no es blanco o negro. El otro tema es la homofobia, en un momento en el que hay asociaciones declaradas de interés público que están haciendo campañas en las que señalan la inclinación sexual de niños. Son asuntos controvertidos y muy del tiempo que vivimos.
¿Cuál ha sido el tema más espinoso de los que lleváis grabados?
Todos tienen su aquel, pero el de tauromaquia nos ha costado porque nos han echado de festejos y ha tenido su historia. Pero al final se ven opiniones muy diversas que no te dejan impasible.
¿Qué conclusiones crees que sacará el espectador al ver el programa?
Tocar la tauromaquia es interesante porque cada vez hay más gente sensibilizada al mismo tiempo que cada vez hay más gente que considera que hay que defender la tauromaquia porque cree que es esencia de España.
Tal y como están las cosas, ¿pondrías a Rajoy y a Puigdemont cara a cara?
La verdad es que el formato de La Línea Roja se presta a tratar el tema del independentismo en Cataluña, sin duda. Además, siempre ves la reacción de cada uno cuando va a territorio comanche, tanto lo que se atreve a decir como lo que le dicen a la cara, como su reacción. Es muy fácil decir las cosas sentado en una mesa, pero lo complicado es ir al territorio contrario y decirlo.
¿Se lo recomendarías?
Sin duda, mucha gente nos está pidiendo que tratemos este tema en el programa. Pero va para largo lo de Cataluña, ni mucho menos se va a resolver el 1 de octubre.
¿Te gustaría hacerlo?
A mí todo lo que sea actualidad me interesa porque, por encima de todo, lo que tratamos es de hacer un trabajo digno y tocar temas que están en la sociedad y en la actualidad, dando protagonismo a la gente de la calle. Para nosotros es un gusto hacer temas de actualidad, no tenemos la pretensión de hacer grandísimas audiencias sino un trabajo que aborde asuntos que están en la sociedad con respeto y profesionalidad.