Conversación entre Javier Cercas y Manuel Vilas, con Cataluña de fondo
El ganador y el finalista de los premios Planeta hablan de felicidad y sentimientos nacionalistas. "Llegar aquí y ver a un chaval enfundado en una bandera me produce una sensación como de subdesarrollo".
Son más de la 1:30 horas de la madrugada. Javier Cercas y Manuel Vilas saborean los últimos minutos de su primer día como ganador y finalista del premio Planeta 2019. Llevan dos horas sin descanso hablando de Terra Alta y Alegría, las novelas que les han llevado, respectivamente, hasta aquí. Primero lo han hecho sobre el escenario, luego en la rueda de prensa y por último en entrevistas con medios.
Sin descanso y sin parar. Cuando se sientan con El HuffPost en la penúltima entrevista de la jornada y la primera conjunta de su inminente tour planetario, que arrancará el próximo noviembre. La conversación fluye entre ambos y la periodista queda en un segundo plano. Los protagonistas son ellos y tienen mucho que decir, aunque no sea de sus obras
“Es que hasta que los periodistas no se lo lean…”, comenta Manuel Vilas sobre Alegría, su historia sobre un hombre de mediana edad atormentado por sus demonios y de la que, dice, es en cierto modo una continuación de la exitosa Ordesa (2018) con toques autobiográficos.
A Cercas tampoco le va demasiado bien hablar de Terra Alta, no quiere exponerse a hacer spoilers, aunque hay una cosa que deja muy clara una y otra vez. “No es un libro político aunque pueda inteprpretarse como tal”, asegura al hablar de este thriller sobre un exdelincuente convicto, ahora Mosso d’esquadra en Gandesa y héroe en los atentados yihadistas de Cambrils en 2017, que investiga el asesinato de un matrimonio mientras se enfrenta a un juicio pasado.
Hay demasiadas cosas de las que hablar. Mientras ambos subían al escenario del Museo d’Art de Catalunya de Barcelona, la ciudad era un polvorín por los disturbios callejeros originados como protesta tras la sentencia del procès y que dejaron más de 200 heridos en la ciudad condal. Comentarlo es inevitable, como también hablar de la alegría que describe Vilas o de la catarsis hecha por Cercas en su libro. La charla empieza por ahí y luego ellos le van dando forma.
Queda claro qua la conversación de esta pareja literaria promete ser intensa y extensa durante los próximos doce meses.
Enhorabuena antes de nada. Menuda noche para ganar el Planeta. ¿Cómo vivís lo que está pasando en Barcelona estos dos últimos días?
Manuel Vilas: No soy catalán, soy aragonés. Venir a una ciudad y no poder salir a la calle me genera un grado de anormalidad que no entiendo.
Javier Cercas: Claro, tú estabas en el centro.
Vilas: Sí. Yo es que lo veo todo en clave humorística y me resulta muy difícil poder comprender nada seriamente, pero no quiero meterme en ese tema.
Cercas: No nos vamos a meter.
Vilas: Aunque sólo voy a decir una cosa.
Cercas: Tú métete si quieres.
Vilas: Llegar aquí y ver a un chaval de 20 años enfundado en una bandera me produce una sensación como de subdesarrollo. Enfundarse en una bandera… No se concibe. ¿No hay cosas más interesantes en las que enfundarse? Yo con 20 años no me hubiese enfundado en una bandera ni de coña.
Cercas: Es curioso porque lo vemos de una forma muy distinta. Yo sí vivo aquí.
Vilas: Soy como un extraterrestre que aterriza y dice: ‘¡Hostia! Un tío que va enfundado en una bandera’.
Cercas: Sabíamos que esto iba a pasar. Sabíamos lo que estaba pasando. Aquí ya estamos muy acostumbrados y esto se veía venir.
Vilas: Hay una cosa que sí voy a decir, una agresión que ha vivido mi mujer. Ella vive fuera y se ha tirado seis horas en un aeropuerto prisionera. No sé qué justifica ese mal rollo que ha tenido que tragarse. ¿Por qué se tiene que tirar mi mujer seis horas en un aeropuerto esperando a que alguien decida dejarla entrar en el espacio público que es la calle?
Cambiemos de tercio...
Cercas: Por mí sí.
Vilas: No estoy articulando temas políticos, sino simplemente temas de ciudadanía, como un usuario que quiere tener una vida ciudadana sana y saludable, no estar seis horas en un aeropuerto esperando no se sabe qué.
Javier, en la presentación decías que Terra Alta no es una novela política pero sí que de todo lo que has escrito sobre Cataluña, esto es lo más profundo. ¿En qué sentido?
Cercas: Este libro surge de una serie de sentimientos y experiencias que tienen que ver con vivido en los últimos dos años en Cataluña, pero este no es el tema del libro. Es el carburante. Tú vives una experiencia traumática, una situación tremenda y luego escribes una fábula sobre un gato y un perro. Esa fábula de algún modo surge de tus sentimientos, de tu experiencia… Es lo que hacemos los escritores, nuestros sentimientos adoptan una forma, pero eso lo he entendido después. Mientras lo escribía era todo lo contrario. Estaba ocurriendo esto y yo estaba feliz, asombrado de mí mismo por ser capaz de meterme en una especie de refugio antiatómico. Me metía en mi despacho y escribía una cosa que aparentemente no tenía nada que ver con lo que estaba pasando. Pero han sido situaciones muy tensas, y de esa tensión y de esas experiencias surge el libro. Un libro que, insisto, no tiene nada que ver con el asunto.
¿Habla de todo eso sin que lo supieses?
Cercas: Te doy mi palabra de honor de que no me he dado cuenta de que el libro surgía de esas experiencias hasta cuando lo he releído al final.
¿Esas experiencias son el 1-O o también los atentados de Barcelona?
Cercas: Es todo lo que pasado en este tiempo, un tiempo en el que se han vivido experiencias especiales. Se han vivido cosas que sinceramente nunca creí que iba a vivir.
Ni hubieses querido, ¿no?
Cercas: En absoluto, pero así somos los escritores, las malas experiencias son las mejores para nosotros. Las buenas experiencias, la felicidad, es improductiva. ¿Verdad, Manuel?
Vilas: Precisamente mi novela nace del dolor. Javier hablaba de la alquimia y yo también he hecho alquimia, del dolor a la alegría. Es uno de los misterios más interesantes de la literatura. Los griegos usaban la literatura casi como catarsis, como transformación de los sentimientos negativos en sanación y curación, en luminosidad y conocimiento. El origen de la literatura es nombrar aquello que nos duele para que una vez nombrado se convierta en algo con lo que se pueda convivir.
Cercas: Muchos escritores rechazan el cliché de que la literatura es catarsis, pero todos los clichés tienen una parte de verdad. Ver el horror representado te alivia de algún modo porque estás viendo fuera lo que tienes dentro. Así ha funcionado siempre.
Vilas: Lo que hace un escritor es nombrar y ponerle palabras al horror. Una vez que le pones palabras, estás en condiciones de tratar con él.
En realidad es lo que hacemos todos. Cuando lo dices en alto, el dolor es menor.
Cercas: Es psiconálisis. Nosotros somos especialistas en eso. Los escritores somos putos especialistas, nos dedicamos a esto, a utilizar la basura, a reciclarla. La personal y la colectiva.
Vilas: Nos hacemos adictos a esto.
Cercas: Por eso la felicidad no sirve para nada. Es totalmente improductiva. Si eres feliz, te quedas ahí y no escribes.
Hay que buscar la alegría, ¿no?
Vilas: La alegría es un sentimiento activo, la felicidad es un sentimiento pasivo.
Cercas: A mí me gusta mucho lo de la alegría porque creo que la felicidad es una quimera y la alegría no.
Vilas: La alegría es movimiento, es energía, es carburante…
Cercas: Y es real. La felicidad es una cosa gaseosa que dura en el tiempo pero la alegría es instantánea. Es real. Yo soy un partidario total de la alegría. La felicidad es una pregunta mal planteada. ‘¿Eres feliz?’
Qué vas a contestar a eso…
Vilas: Qué vas a contestar… Es que en el momento en que vivimos si dices que no eres feliz parece que es por tu culpa, que eres un desgraciado, porque estamos en una sociedad de gente feliz.
Pero es una felicidad impostada, de cara a la galería.
Vilas: Es absolutamente artificial, de sonrisas en Instagram, de cartón-piedra. La alegría es un sentimiento más misterioso, un sentimiento maravilloso, y en mi novela la alegría viene de la catarsis del dolor.
En realidad se aprende de ese dolor, ¿no?
Vilas: Se aprende con la exploración, conociendo la grandeza de la vida. Hay muchas cosas que a mí sí me importan. Diría que tanto Javier como yo somos vitalistas. La mayoría de los escritores lo somos aunque tratemos temas complicados, tristes, dolorosos. A mí me gusta poner el ejemplo de Kafka, cuando leía sus novelas tan tristes y existenciales y se moría de carcajadas. Y eso que ha trascendido como icono del existencialismo.
Cercas: No existe Kafka sin humor. Kafka es un humor, pero lo que pasa es que es un humor un poco especial. No es el de las castañuelas, pero es un humorista. Lo que pasa es que lo leemos mal.
Por primera vez en muchos años ganan el Planeta dos escritores consolidados. ¿Es tan difícil vivir de la literatura en España?
Cercas: Es dificilísimo. Hay poquísima gente que lo hace por eso me siento un privilegiado total y absoluto. Hay poquísimos escritores que se pueden permitir el lujo de vivir de literatura y esto es maravilloso. Esto es un regalo que nunca jamás pensé que me pasaría.
Vilas: Yo digo lo mismo y digo también que un país sin escritores profesionales es un país que tiene un problema grave con la cultura. El trabajo de escritor es un trabajo como cualquier otro.
Cercas: Sobre todo los novelistas. Un poeta también puede trabajar en la universidad, pero un novelista necesita tiempo.
La sensación es que no hay ‘promesas’ de las letras españolas, ¿no? Autores que hayan nacido en los 80 y 90.
Cercas: Hay decir las cosas como son, tanto Manuel como yo empezamos a ganarnos la vida y ser reconocidos muy tarde. Yo tenía 39 años.
Vilas: Uno más tarde que tú.
Cercas: Con 39 publiqué Soldados de Salamina, que fue el libro que me hizo tener lectores, y me permitió ganarme la vida con la literatura. Ahora veo a chicos de 25 que dicen ‘no me puedo ganar la vida con la literatura’. A los 25 años o a los 35 ni se me pasaba por la cabeza ganarme la vida con la literatura. Era un profesor de la universidad, pensaba que toda la vida iba a ser un profesor y no tenía ningún problema.
Vilas: A mí me pasaba igual, lo que ocurre que luego te vas dando cuenta de que eres un escritor dominguero. Por la mañana das tus clases y por tardes te pones a escribir… Si tienes 35 años tienes una energía vital para todo pero con más de 40 dices: ‘Coño, necesito tiempo’.
Cercas: Cuando digo que hay muy pocos escritores que se ganan la vida escribiendo, quiero decir muy pocos.
Vilas: Y lo hacen ya tarde. Pero en otros países la profesionalización es más fácil. Por ejemplo, en EEUU.
Cercas: EEUU; Inglaterra, Alemania…
Vilas: Los que tienen renta per cápita más alta.
Cercas: Y son más grande grandes. Nosotros tenemos una lengua muy grande…
Vilas: Una lengua muy grande pero el mercado editorial sigue siendo España.