Israel mata a un alto miliciano palestino en Nablus y la ONU avisa de la frágil tregua en Gaza
La franja vuelve poco a poco a su normalidad de cerco, tratando de reconstruir lo destrozado en la última ofensiva de las IDF, rápida pero intensa.
El Ejército israelí abatió este martes al miliciano palestino Ibrahim Nabulsi, un comandante de las Brigadas de los Mártires Al Aqsa, brazo armado del movimiento político Fatah, durante una redada en la ciudad de Nablus, en la que murieron otros dos palestinos y 40 resultaron heridos.
“Se sospecha que Nabulsi llevó a cabo una serie de ataques con disparos contra civiles y soldados en el área de Nablus, incluidos ataques con disparos contra la Tumba de José”, un lugar sagrado para los judíos que recibe frecuentes visitas de colonos, confirmó un portavoz militar.
El ministerio de Salud palestino identificó a los otros dos fallecidos como Islam Sabbouh y Hussein Jamal Taha, cuya afiliación a algún grupo armado no ha sido de momento confirmada.
Soldados israelíes rodearon un edificio residencial en Nablus, norte de Cisjordania ocupada, donde se escondía Nabulsi y desde donde hombres armados dispararon a las tropas, lo que inició un tiroteo.
“Las fuerzas de la policía de Israel dispararon contra el edificio usando armamento especial, incluido un misil lanzado desde el hombro”, indicó el Ejército en un comunicado en el que confirmó la muerte durante el tiroteo de Nabulsi y de otro palestino, aún por identificar.
Según el Ejército, durante la redada decenas de palestinos instigaron un “violento motín”, arrojando piedras y artefactos explosivos a las tropas, que respondieron con medios de dispersión y fuego real.
“Se identificaron aciertos”, señaló el portavoz militar, mientras que el ministerio de Salud palestino confirmó 40 heridos en estos incidentes, de los que cuatro se encuentran en estado crítico.
El Shin Bet -la agencia de seguridad israelí- y el Ejército informaron de que se encontraron gran cantidad de artefactos explosivos y otras armas en el edificio donde Nabulsi fue abatido.
En un primer momento, la inteligencia militar israelí creyó haber matado a Nabulsi en febrero, en un operativo para desmantelar una célula de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa en el que murieron tres de sus miembros; aunque luego se vio al comandante asistiendo al funeral de éstos.
Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa son una coalición de grupos armados vinculados a una rama del movimiento político Fatah, que controla la Autoridad Nacional Palestina que gobierna en Cisjordania. A esta formación pertenece el presidente Mahmud Abbas y su antecesor, Yasser Arafat.
Según Israel, este grupo -considerado terrorista- ha llevado ataques conjuntos con las Brigadas Al Quds, ala militar de la Yihad Islámica Palestina, objetivo de la última ofensiva israelí sobre Gaza que finalizó el domingo después de tres días de ataques.
Gaza, entre la esperanza y el realismo
Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, por su parte, mostraron esta pasada noche su alivio por el alto el fuego en Gaza tras tres días de combates, pero dejaron clara su preocupación por la posibilidad de que esto sea sólo el inicio de un nuevo ciclo de violencia e, incluso, de otro conflicto a gran escala.
Reunidos de urgencia, los 15 Estados miembros del Consejo de Seguridad llamaron a todas las partes a respetar la tregua y a hacer lo posible para mantener la calma, después de que el intercambio de fuego de este fin de semana dejó más de 40 muertos, todos ellos palestinos, y centenares de heridos.
El alto el fuego entre Israel y la Yihad Islámica Palestina (YIP), que según confirmó la propia ONU se está respetando, es un arreglo “frágil”, tal y como recalcó el enviado de la organización para Oriente Medio, Tor Wennesland, que advirtió de las consecuencias “devastadoras” que puede tener un regreso de las hostilidades.
El embajador chino ante Naciones Unidas y presidente de turno del Consejo de Seguridad, Zhang Jun, subrayó que el alto el fuego es “sólo el principio” y que ahora deben seguir los contactos para garantizar su continuidad y lograr avances diplomáticos.
“Si no se abordan las tensiones y los factores subyacentes que conducen al conflicto, existe el riesgo de nuevas escaladas, terror y violencia”, subrayó el representante noruego Odd-Inge Kvalheim.
El embajador ruso, Vasili Nebenzia, mostró su preocupación por la posibilidad de que la actual situación lleve a “una vuelta a una confrontación militar en toda regla”.
En general, todos los países reclamaron diálogo y una vuelta a las negociaciones de paz para evitar que este tipo de choques sigan repitiéndose.
“Estos ciclos de violencia sólo cesarán cuando logremos una resolución política del conflicto que ponga fin a la ocupación (israelí sobre Palestina) y haga realidad una solución de dos Estados”, resumió Wennesland.
Más allá estos mensajes comunes, los miembros del Consejo de Seguridad también mostraron las diferencias posturas que mantienen en torno al conflicto de Oriente Medio.
Estados Unidos, como es habitual, insistió en el derecho de Israel a defenderse y urgió al resto de países a condenar de forma inequívoca a la YIP, mientras que otros como Rusia culparon a las fuerzas israelíes de “provocar” con sus ataques esta última oleada de violencia.
También hubo declaraciones encontradas en respuesta al alto número de bajas civiles registradas en los últimos días, que según la ONU ascienden a como mínimo una veintena, con 15 niños y 4 mujeres muertos.
En general, todos los países condenaron esa tragedia y los ataques indiscriminados, pero algunos como Irlanda fueron mucho más contundentes en sus críticas a Israel al considerar que “el impacto de los ataques israelíes en civiles de Gaza es inaceptable”.
Otros, como EEUU y el Reino Unido se centraron en condenar el lanzamiento de cohetes por parte de las milicias palestinas y apuntaron a estas últimas como responsables de la muerte de niños palestinos.
En ese sentido, Estados Unidos llamó a investigar a fondo todos los ataques contra civiles antes de sacar conclusiones y puso como ejemplo la muerte de cinco menores por un proyectil en la localidad de Yabalia, en el norte de Gaza, del que “originalmente se culpó a Israel” y que “ahora parece que fue causada por un cohete de la Yihad Islámica Palestina”.
Israel ha culpado de este episodio a la milicia y hoy presentó ante el Consejo de Seguridad supuestas pruebas, mientras que el grupo palestino sigue acusando a las fuerzas israelíes.
El enviado de la ONU apuntó que las milicias palestinas lanzaron en los últimos días unos 1.100 proyectiles, de los que alrededor de un 20 por ciento habría caído dentro de la propia Franja de Gaza, “causando daños y, al menos en tres casos, potencialmente gran cantidad de víctimas civiles”.