Israel y Hamás acuerdan un alto el fuego en Gaza

Israel y Hamás acuerdan un alto el fuego en Gaza

La tregua comienza mañana, tras 11 días de bombas sobre suelo palestino y cohetes contra suelo israelí, con un saldo final de 244 muertos a los dos lados de la frontera.

Ha costado 11 días, 232 muertos en Gaza y 12 más en Israel pero, al fin, hay tregua. Este viernes entra en vigor. El Gobierno israelí, tras una intensa reunión de su gabinete de seguridad y presionado por EEUU para dar el paso, ha aprobado aceptar el alto el fuego con la milicia palestina de Hamás. La negociación para acallar las armas -bombas y artillería a un lado, cohetes a otro- ha tenido lugar mientras los ataques con cohetes continuaban sobre Gaza y las Fuerzas Armadas de Israel aún atacaban “puestos terroristas”. Apurando hasta el final. Pero ya se acaba.

El gabinete de seguridad de Israel ha votado unánimemente a favor de una tregua “mutua e incondicional” en Gaza, pero ha dicho que la hora de implementación aún no se había acordado. Hamás ha confirmado igualmente que comenzará mañana. “Hemos obtenido garantías de los mediadores de que la agresión contra Gaza se detendrá”, afirmó el portavoz del movimiento islamista en Gaza, Hazem Qassem, sobre el papel de Egipto y la ONU, informa EFE.

El alto el fuego ha tenido lugar día después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instase al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a buscar una reducción de la escalada de violencia. Un funcionario de Hamás ha confirmado a Reuters que el alto el fuego sería “mutuo y simultáneo”.

No se cierra un episodio más, sino la peor escalada bélica en la zona desde 2014. Esta Operación Guardián de los Muros ha durado como la de noviembre de 2012, pero ha puesto sobre la mesa una rabia, una intensidad, una capacidad mortífera y de amedrentamiento como no se recordaba ni a un lado ni a otro de la frontera de la cercada Gaza.

Esta misma mañana, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, había convocado una reunión de los principales mandos de seguridad para estudiar, entre otras cosas, la propuesta de alto el fuego que pondrá fin al cruce de ataques a ambos lados de la frontera de la Franja de Gaza, una hipótesis que Hamás también ha sugerido en las últimas horas.

Netanyahu se ha negado en estos últimos días a cualquier mínima concesión a las milicias palestinas, insistiendo en que no autorizaría el cese de las operaciones militares hasta que no se hubiesen alcanzado todos los objetivos y la seguridad de Israel estuviese garantizada. La mediación había sido intensa, desde países del Golfo a Egipto, pasando por la presión del enviado especial de EEUU.

Aunque Biden inicialmente ha tratado de que el tema no le salpicase, aunque se posicionó sin dudas a favor del “derecho de defensa” de Israel, ahora se ha visto obligado a poner a su socio de siempre en la tesitura de parar, tan grave estaba siendo la escalada, tantos movimientos se estaba viendo forzado a vetar en Naciones Unidas para que no llegara un rapapolvo a Tel Aviv. Hasta dentro de su partido estaban pidiendo ya que no se le vendieran armas, algo inédito.

Desolador

Las últimas horas habían sido tan desoladoras como los días previos. Once palestinos han sido asesinados en Gaza, incluidos al menos siete civiles, dos de los cuales eran niñas. Ha habido al menos 190 heridos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

En su informe diario, destaca que otros dos palestinos han resultado muertos este jueves en Cisjordania y otros 60 heridos en choques con la policía de fronteras de Israel, en protestas ante la masacre de Gaza.

Los datos verificados de la ONU dicen que, desde el 10 de mayo, han confirmado la muerte de 230 palestinos, incluidos 65 niños, 38 mujeres (de las cuales cuatro estaban embarazadas) y 127 hombres. El número total de bajas incluye a tres personas con discapacidad, entre ellos, un niño. Al menos 128 de los muertos eran civiles, señalan. Al menos 14 familias en Gaza han perdido a tres o más familiares en el mismo incidente, con un total de 77 muertes. Israel siempre dice que su diana son los milicianos y que las bajas civiles son efectos colaterales del hacinamiento en Gaza o del uso de escudos humanos.

Según el Ministerio de Salud, 1.760 palestinos han resultado heridos, incluidos 540 niños, 361 mujeres (de las cuales tres están embarazadas) y 859 hombres desde el inicio de las hostilidades.

Según el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda, desde el inicio de la escalada se han destruido 258 edificios, que comprenden 1.042 viviendas y unidades comerciales. Además, 769 unidades resultaron gravemente dañadas y quedaron inhabitables. Otras 14.536 unidades han sufrido daños menores.

La OCHA pone el dedo en la yaga de lo que se viene: una franja destrozada de nuevo. Eleva el número de desplazados internos a unos 91.000, incluidos 66.000 que han buscado protección en 58 escuelas de la UNRWA -la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos- en Gaza y más de 25.000 que se han quedado con familias de acogida. “Si hay un infierno en la tierra, es la vida de los niños en Gaza hoy”, ha dicho gráficamente el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres.

Desde Médicos Sin Fronteras, por su parte, se exige “acceso inmediato y seguro a Gaza para ampliar urgentemente su respuesta humanitaria”, ante semejante crisis. “El personal humanitario y los suministros médicos siguen sin poder entrar a la Franja de Gaza. El sistema sanitario, que ya de por sí contaba con graves carencias de medicamentos y de equipamiento médico antes de los bombardeos, se ha quedado sin algunos materiales que resultan esenciales para tratar a los heridos”, denuncia en un comunicado de prensa.

El sistema sanitario, que ya de por sí contaba con graves carencias de medicamentos y de equipamiento médico antes de los bombardeos, “se ha quedado sin algunos materiales que resultan esenciales para tratar a los heridos, como por ejemplo las bolsas de sangre para transfusiones”, explican.