Investigan en Brasil la muerte de 200 personas utilizadas como cobayas en un estudio contra la covid-19
Este podría ser uno de los "episodios más serios y graves de infracción ética" en la historia de América Latina, según la Unesco.
La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP) investiga la muerte de unos 200 pacientes ingresados en diferentes centros del país. Estos participaban en un estudio irregular para probar en pacientes con coronavirus la proxalutamida, una droga experimental que se aplica para algunos tipos de cáncer, según ha informado este jueves el diario El País.
La proxalutamida no está registrada en Brasil y no se utiliza en ningún tratamiento en el país. A pesar de esto, el 18 de julio el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, citó el fármaco como un posible medicamento eficaz contra la covid-19. Sin embargo, subrayó que “esto existe en Brasil, pero aún no está probado científicamente”.
La CONEP, órgano del mInisterio de Sanidad que gestiona los protocolos de investigación con seres humanos, autorizó a principios de 2021 un estudio clínico para evaluar la seguridad y eficacia de la proxalutamida, aunque señala varias irregularidades contrarias a sus indicaciones.
Cobayas en un estudio irregular
Ahora ha salido a la luz que los paciente que participaron en el estudio fueron utilizados como cobayas. El CONEP estima que se produjeron al menos 200 muertes entre los participantes, y ninguna se analizó de forma adecuada. Familias de varias de las personas afectadas ya han presentado una demanda y exigen que se aclare el caso.
En concreto, el órgano señala que en el Estado de Amazonas el estudio implicó a más personas de las que se había aprobado inicialmente (645 participantes, cuando el número permitido era de 294), y se llevó a cabo con “pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos”, lo que tampoco había sido aprobado.
“Hay indicios de irregularidades en el estudio, así como transgresiones de las normas vigentes sobre ética en investigación con seres humanos”, asegura un informe de la CONEP que recoge El País.
El pasado 9 de octubre, investigadores de la Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco hicieron público un documento en el que señalan que este podría ser uno de los “episodios más serios y graves de infracción ética” y de “violación de los derechos humanos” de pacientes en la historia de América Latina.
Mientras, el médico Flavio Cdegiani, responsable del estudio, señaló en una nota que las afirmaciones de los investigadores de la Unesco “se basan en falsas premisas”. “El medicamento en prueba no produjo eventos adversos graves”, aseguró. Según el médico, la Comisión Nacional de Ética intentó invalidar el estudio “tras el interés que demostró el presidente Bolsonaro en la proxalutamida”.