Interior admite fallos en la detección de la célula de Ripoll y en su compra de explosivos
Zoido reconoce que ha podido faltar "algún control" pero insiste en la "buena colaboración" policial.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha admitido este lunes que "ha podido faltar algún control" y han podido cometerse fallos en la detección de la célula terrorista que atentó en Barcelona y Cambrils, dado que no levantaron sospechas en la vivienda de Alcanar (Tarragona) pese a acumular un centenar de bombonas de gas y pese a comprar enormes cantidades de compuestos para fabricar explosivos.
En una entrevista en la Cadena Cope, el ministro insistió no obstante que entre el Gobierno y la Generalitat hubo "coordinación leal desde el primer momento" y entre las diferentes fuerzas de seguridad -Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil- hubo "buena colaboración".
Zoido negó por tanto la denuncia que el sindicato SUP de la Policía Nacional y el sindicato AUGC de la Guardia Civil realizaron a través de un comunicado para criticar el aislamiento de ambos cuerpos en las investigaciones de los atentados y para alertar de que habían sido excluidos por los Mossos de la vivienda de Alcanar, que estalló cuando los terroristas preparaban los explosivos.
Sobre este hecho en concreto, el ministro dio a entender con el silencio que ocurrió algo así pero no quiso "entrar" a dar explicaciones sobre el supuesto enfrentamiento entre miembros Tedax de los Mossos y de la Guardia Civil, dado que la actividad que los terroristas llevaban a cabo en la vivienda ocupada "está dentro de la propia investigación" judicial de la Audiencia Nacional.
"Tengo que instar a la unidad de todos. Ya habrá momentos en los que entrar a analizar lo que ha pasado", afirmó después de insistir en que, en términos generales, los protocolos de coordinación entre todas las fuerzas de seguridad "funcionaron de manera muy buena desde el primer momento".
"Siempre quedará algún fleco que se pueda tratar pero estos no son los momentos de profundizar en ellos, estos son los momentos de profundizar en la unidad", añadió el ministro para evitar que la polémica vaya a más.
CÓMO CONTROLAR LOS EXPLOSIVOS
Zoido reconoció además que "ha podido faltar algún control" a la hora de detectar a los terroristas, sobre todo a la vista de que en Alcanar acumulaban más de un centenar de bombonas de gas para utilizar en los atentados y de que previamente habían comprado 500 litros de acetona para la fabricación de explosivos.
A su juicio, en los próximos meses habrá que "determinar de qué manera pueda volver a suceder" algo parecido para adoptar las medidas oportunas e insistió en que 11 de los 12 integrantes de la célula terrorista no tenían antecedentes relacionados con terrorismo ni habían dado síntomas de radicalización. Incluso expuso que la investigación ha analizado tras los atentados los perfiles en redes sociales de los terroristas y ni siquiera así ha encontrado pruebas de que estuvieran pensando pasar a la actividad criminal.
En el caso del imán de Ripoll, Abdelkaki Es Satty, recordó que fue encarcelado por un delito de drogas, que "en su día estuvo siendo seguido" por la lucha antiterrorista y, sin embargo, "no se encontraron pruebas suficientes de radicalización para actuar contra él".
Por último, confirmó que la célula que residía en Ripoll (Girona) pretendía atentar contra "algún monumento emblemático de Barcelona" -sin querer precisar que el objetivo fuera la Basílica de la Sagrada Familia- y no sólo buscaba "matar personas", sino que también anhelaba "destrozar el monumento para que la repercusión internacional fuera mayor".