Ideología, pero no solo ideología
Es posible que haya sido una casualidad que el gobierno gallego del PP haya aprobado su reforma sanitaria en pleno puente de la Constitución. Lo que no es casual es su contenido. Responde, como es lógico aunque se use como arma arrojadiza según los intereses, a una ideología definida y a una forma de hacer política muy concreta. El principio rector de una sanidad universal y de calidad como instrumento de cohesión social no es de común aplicación. No lo es cuando de discrimina a parte de la población, la rural en este caso, se abre la espita de nuevos recortes o se busca abonar el terreno para la sanidad privada.
Estas son las principales objeciones planteadas por los colectivos que han estado y están en la lucha por una asistencia en igualdad de condiciones para todos y para todas. Desde la llegada del nuevo gobierno valenciano del cambio, quienes defienden intereses particulares por encima del bien común insisten en achacar a la ideología el cumplimiento del compromiso electoral sobre la devolución a lo público del Departamento de Salud de La Ribera.
Lo hacen con un tono acusatorio, como si tener un ideario fuese un delito, y además con un premeditado simplismo que busca ocultar una realidad más compleja. Hay ideología, pero no hay solo ideología. Hay formas diferentes de gobernar. Se puede hacer desde la convicción de que la asistencia sanitaria es un derecho de la persona o desde la premisa de que es una potencial oportunidad de negocio. Sin duda, el gobierno valenciano, y así lo evidencian las decisiones, se adscribe al primer supuesto y no se esconde por ello.
En concreto, fue el 16 de junio pasado cuando el Consell aprobó la nueva Ley de Salud autonómica que apuesta por la gestión directa, garantiza la universalidad y la equidad y evita cualquier tipo de discriminación ¿Se parece en algo al texto del PP gallego? Con esta normativa se crean grandes áreas para compartir recursos, el trabajo en red y, principalmente, se garantiza a la totalidad de los usuarios (incluidos los más de 20.000 que no contaban con asistencia sanitaria integral con el PP y que ahora sí la tienen) el cien por cien de las prestaciones.
Sí, esto también es ideología. En más de dos años de Legislatura, el PP de la Comunitat Valenciana ha sido incapaz de respaldar de manera explícita que todas las personas tengan derecho a la salud, que una de cada cuatro sean beneficiarias de ayudas frente al copago para que puedan tratarse sus enfermedades, que en los Presupuestos para 2018 haya casi 900 millones de euros más que con su último gobierno, que más de 11.000 pacientes de hepatitis C puedan salvar su vida al recibir los fármacos que necesitan, que las infraestructuras sanitarias vayan a ser más modernas y mejores gracias a una inversión de 359 millones de euros ¿Con qué no está de acuerdo la misma derecha que recortó y saqueó el dinero público? Oponerse o, en el mejor de los casos, callar, también es ideología.