Ian McEwan y la geografía de los venenos en las relaciones amorosas
Por Winston Manrique Sabogal
Hace cuarenta años Ian McEwan publicó su primera novela: Jardín de cemento. Tres años después sorprendió con El placer del viajero y entró de lleno a formar parte de una gran generación de narradores ingleses que habrían de marcar la literatura de su país e influir en la de medio mundo. Junto a McEwan (Aldershot, Hampshire, 1948) autores como Salman Rushdie, Julian Barnes, Martin Amis, Vikram Seth, Hanif Kureishi, Graham Swift y Kazuo Ishiguro, premiado con el Nobel de Literatura en 2017 y con él a su generación.
Con setenta años, McEwan sigue firme y afinando su prosa como lo demostró el año pasado con Cáscara de nuez. Firme, curioso y explorador no solo en la narrativa sino en los guiones de sus libros para el cine en los que suele participar. Su última adaptación es Chesil beach, dirigida por Dominic Cooke, y estrenada este mes de julio en España. Una de las novelas con las que McEwan amplió su público y cuya versión cinematográfica no se queda atrás de su prosa literaria.
Aunque escrita hace diez años, Chesil beach es una de las novelas de las vacaciones de mitad de año como lo contó WMagazín en blogbankia.es bajo el título Dos compañías inmejorables para el verano.Allí se recomienda también Cuando sale la reclusa, de Fred Vargas (Siruela), pero es la novela del autor inglés la que juega con ventaja porque forma parte de un catálogo de libros de McEwan llevados al cine que vale la pena disfrutar estas semanas.
En sus obras y en sus películas se mantiene al aire amenazador que rodea a las parejas y que no se sabe en qué momento ni de qué manera harán tambalear el amor y la pasión y hurgan en las sombras de la condición humana. Historias que prometen hacer felices a sus protagonistas, pero que de pronto se llenan de turbiedad y misterio. McEwan ha terminado por crear una extensa geografía de los venenos y las serpientes del amor, de cómo la felicidad del gozo amoroso es efímera y parece destinada al más cruel y doloroso de los fracasos. Entre la tristeza y la melancolía y el dolor. Solo sueño.
Bienvenidos a esta sesión de Escritores de cine de verano que inaugura WMagazín con Ian McEwan. Cada semana durante julio y agosto un videorrelato con los libros de un escritor y sus adaptaciones cinematográficas. Hoy, la función literario-cinéfila es con Ian McEwan:
'Chesil Beach', en la versión de Dominic Cooke
Esta es una historia de amor que lleva el veneno dentro del propio amor. Chesil beach es una de las novelas más populares de Ian McEwan. Una obra de 2007 con la que, seguramente, amplió el número de lectores. Es una de las novelas cortas de McEwan junto a Amsterdan (Premio Man Booker) y El placer del viajero. Chesil beach se sitúa en 1962 para narrar la historia de Florence y Edward, una joven pareja en su luna de miel. Deseosos de alcanzar la libertad, anhelantes de amor, llenos de preguntas sobre el sexo, invadidos por el miedo ante el fracaso. Aquel momento de júbilo tembloroso sirve a McEwan para abordar momentos pasados de cada uno de ellos que llegan hasta esa luna de miel y de momentos de ambos desde que se conocieron que saltarán como enemigos en la hora decisiva. Chesil beach es un retrato íntimo de esa pareja y de una generación, de las huellas de una sociedad sobre unos jóvenes cuando la liberación sexual no había llegado. Cuando los ideales se pueden convertir en un lastre.
"¿Y qué se interponía entre ellos? Su personalidad y su pasado respectivos, su ignorancia y temor, su timidez, su aprehensión, la falta de un derecho o de una experiencia o desenvoltura, la parte final de una prohibición religiosa, su condición de ingleses y su clase social, y la historia misma".
Diez años después de su publicación, la novela fue llevada al cine por Dominic Cooke con guión del propio McEwan. La joven pareja es interpretada por Saoirse Ronan y Samuel West. La versión cinematográfica es muy buena hasta la penúltima escena en la que McEwan introduce una secuencia muchos años después que no aporta y entorpece la narración porque, entre otras cosas, elimina el aliento literario de la novela y cuyo final queda en la mente del lector.
- Chesil Beach. Ian McEwan. Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama
'Expiación', en versión de Joe Wright
Las trampas de la vida para hacer fracasar un amor. Y en medio la frustración y el dolor. Expiaciónes una de las novelas más aplaudidas de McEwan por el trabajo de su prosa, una de las más literarias, por la bella historia de amor imposible, por enmarcarla durante las vísperas de la II Guerra Mundial y durante la misma, por adentrarse en la idiosincrasia inglesa y por la forma de abordar la novela sobre una novela. Es una historia de tres: la de Cecilia y Robbie y la de Briony, la hermana pequeña de Cecilia, pieza clave en el desenlace del romance. Elegante y sutil, el lector ve y siente lo que los personajes ven y sienten. Expiación está esparcida de escenas delicadamente escritas y desbordantes de sensualidad y romance, y de drama que entristece el corazón; de amor y pasión en medio del dolor de sus protagonistas.
"Cuando ella emergió unos segundos más tarde, con un pedazo de porcelana en cada mano, él se abstuvo de ofrecerle ayuda para salir del agua. Se vistió rápidamente, introduciendo con dificultad los brazos mojados a través de las mangas de seda y metiendo dentro de la falda la blusa desabrochada. Sus movimientos eran silvestres, y procuró evitar los ojos de Robbie. Él no existía, estaba abolido, y eso también era un castigo. Permaneció callado mientras ella se alejaba descalza por el césped, y observó el pesado cimbreo de su pelo negro sobre los hombros que le empapaban la blusa".
McEwan publicó Expiación en 2001 y seis años después la adaptó al cine con la dirección de Joe Wright. Una muy buena versión que capta la sensibilidad de la novela, el romance de Cecilia y Robbie y la tensión de los hechos. Como en la obra original, la película tiene escenas con alto lirismo como cuando Cecilia entra en la fuente a recoger los trozos del jarrón y luego Robbie queda solo tratando de calmar con su mano el agua, apenas tocando el agua de donde ella ha emergido.
- Expiación. Ian McEwan. Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama.
'Amor perdurable', en versión de Roger Michell
Amor perdurable contiene uno de los mejores comienzos literarios contemporáneos. Un primer capítulo de veinte páginas para describir unos minutos, donde las palabras corren y corren con el afán de salvar a un niño y su abuelo que van en un globo aerostático sin control. A partir de aquí los vericuetos del amor, la pasión, la obsesión y la locura convertidos en uno solo. Joe y Clarissa son testigos de aquel momento dramático del globo cuando conocen a Jed, un fanático religioso. Entonces este entrará en sus vidas para enturbiar su relación de pareja y el mundo de cada uno de ellos. Un thriller, como el amor mismo. El desequilibrio cuando un tercero se entromete. El amor como aquel globo que quiere elevarse a su propio ritmo y sin control y que se llevará por delante a quien sea.
"El principio es fácil de señalar. Estábamos al sol junto a un roble, parcialmente protegidos de un viento fuerte, racheado. Yo estaba arrodillado en la hierba con un sacacorchos en la mano y Clarissa me pasaba el vino, un Daumas Gassac de 1987. Aquel fue el momento, la marca en el mapa del tiempo: yo tenía el brazo extendido y, en cuanto sentí en la mano el cuello frío de la botella y su negra cápsula, oímos el grito de un hombre. Un instante después corría en su dirección".
Amor perdurable se publicó en 1997 y en el año 2004 se estrenó la película. La dirigió Roger Michell con las actuaciones de Daniel Craig, Samantha Morton y Rhys Ifans. Una película notable que captura la tensión de la novela y la manera como Jed se introduce como una serpiente en la vida de esa pareja.
- Amor perdurable. Ian McEwan. Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Anagrama.
'El inocente', en versión de John Schlesinger
En el Berlín de 1955 de la Guerra Fría donde media vida es secreta transcurre El inocente, de McEwan. En el centro está Leonard, un joven inglés virgen que trabaja en un proyecto militar que busca espiar e intervenir las comunicaciones entre el ejército soviético de ocupación y Moscú. Mientras Leonard descubre todo esto, poco a poco, conoce a una mujer mayor que él con quien entabla una relación. La inocencia de Leonard salta por los aires en todos los sentidos y McEwan la dosifica con suspense en lo profesional y personal, mientras va sembrando en secreto las semillas de la corrupción, la deslealtad y la traición. La construcción de un túnel corre paralela a la construcción de aquella relación. ¿Hay luz al final?
McEwan escribio El inocente en 1990 y John Schlesinger la llevó al cine con guión del propio escritor en 1993. Contó con los papeles protagónicos de Anthony Hopkins, Isabella Rosellini y Campbell Scott. Una buena película de espionaje que mezcla amor y las relaciones turbias entre lo profesional y personal.
- El inocente. Ian McEwan. Traducción de Maribel de Juan. Anagrama.
'El placer del viajero', en versión de Paul Schrader
Lo inquietante y más oscuro del ser humano en una pareja. En eso y en el lado sádico de la sexualidad que duerme en los amantes hurga Ian McEwan en El placer del viajero. Colin y Mary son una pareja acomodada de turismo por Venecia. Una de esas parejas que ya "encontraban el placer al cabo de una cordialidad pausada" sin mayores sorpresas y entrados en la rutina. Allí conocen a un italiano casado con una canadiense y pronto se ven arrastrados a un mundo desconocido, pero, quizás, esperado. Directo, punzante y plagado de reflexiones de sus personajes alrededor del amor, la pasión y el sexo, la forma de adquirir placer en hombres y mujeres, hace de esta novela de McEwan una de las más hondas en cuanto a la naturaleza del deseo. De los atavismos del placer que la civilización apacigua.
"¡Por qué da tanto miedo amar tanto a alguien? -le dijo entonces, medio riendo y medio llorando-. ¿Por qué asusta tanto?
Pero no se quedaron en la cama. Se recordaron mutuamente la promesa de ir a la playa y se separaron para enrollar las toallas".
El placer del viajero es la segunda novela de McEwan, 1981. Paul Schrader la llevó al cine con guión de Harold Pinter y las actuaciones de Christopher Walken, Rupert Everet y Natasha Richardson. Las sombras de Venecia, y el misterio de la ciudad entran en los personajes y cubren las escenas de la película con acierto.
- El placer del viajero. Ian McEwan. Traducción de Benito Gómez Ibáñez. Anagrama.
- Puedes conocer más de McEwan y otro libro de las vacaciones en blogbankia.es bajo el título Dos compañías inmejorables para el verano.
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