Un puñado de bots a favor (o en contra) del Gobierno
Detectan un ejército de bots actuando para mejorar el perfil del Ministerio de Sanidad en Facebook, pero ¿a quién sirven?
Un ejército de bots ha invadido el perfil del Ministerio de Sanidad en Facebook. La noticia ha corrido como la pólvora y algunos titulares han resonado con la fuerza de profecías autocumplidas: “El Ministerio de Sanidad emplea bots para mejorar su cuenta de Facebook”. Pero, ¿a quién sirven esos robots? Pueden ser una herramienta profundamente equivocada del gobierno, pero también pueden ser parte de una campaña para atacarlo.
Facebook ha confirmado a El HuffPost que ha abierto una investigación y el ministerio ha asegurado que denunció “la actividad fraudulenta” de esos bots el pasado viernes.
Pero la bola sigue girando, especialmente en redes. Después de que el jefe del Estado de Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, sufriese un lapsus al dar a entender que las fuerzas policiales dedican parte de sus esfuerzos a evitar las críticas a la gestión del Gobierno durante la crisis del coronavirus, el descubrimiento de un ejército de robots rubios instruidos para quemar el botón de “me encanta” en los vídeos de Fernando Simón es algo tremendamente jugoso para la batalla ideológica que la pandemia sirve todos los días en redes.
Ni las disculpas del general Santiago, casi entre lágrimas, ni el desmentido de varios ministros ha servido para borrar del argumentario de muchos la idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez practica el control ideológico de los españoles, así que cabe albergar poca esperanza sobre lo que va a ocurrir con la guerra de los bots, dado que es muy improbable que llegue a saberse quién los ha contratado.
José Rosell, socio director de la empresa de ciberseguridad S2 Grupo, asegura que “es muy difícil rastrear quién articula una red de bots, porque suelen hacerlo usuarios desde la dark web y escondidos en máquinas que están en países que no podemos rastrear”. “Ni siquiera en investigaciones policiales”, explica, “se llega a veces al final del asunto”. Coincide con ello Hervé Lambert, de Panda Security: “Si tienes pasta, mucho tiempo y programas, igual consigues saber algo. Si no, es muy complicado porque los bots han evolucionado mucho. Los que han evolucionado, claro”, asegura.
Algunas dudas razonables
El punto original en común de todas esas informaciones es un vídeo de Youtube en el que un hombre muestra en tiempo real cómo decenas de usuarios no humanos dan like como locos en las publicaciones de la oficina dirigida por Salvador Illa. Casi todo son mujeres rubias de ojos claros, con cuentas de reciente creación y sin actividad anterior ni amigos. Salta a la vista que son una red de bots.
Pero no conviene sacar conclusiones precipitadas sobre a quién sirven. ¿Son una herramienta de Sanidad o son una maniobra de alguien o algo para acusar al Gobierno de usar esas herramientas? Es una duda razonable que comparten tanto Rosell como Lambert. Ángel Sopeña, CEO de Bluecell, añade que “esto se hace desde hace años como venganza, porque la gente sabe que Facebook te cierra la cuenta. Yo puedo ahora mismo, en 5 minutos, enviarte una a ti para que te lo cierren”. Al comprarlos, asegura, “se puede elegir si los quieres rusos, latinos, pakistaníes…”.
Hemos seguido las palabras del experto y es cierto: no hace falta tener grandes conocimientos de informática para comprar seguidores en Instagram, likes o interacciones en Facebook o incluso visualizaciones en Youtube. Basta con entrar en una web, seleccionar el producto que queremos (el que hemos elegido es el más vendido y está de oferta, afortunados nosotros), elegir a qué cuenta queremos enviarlos (a la nuestra, a la de un cliente o a la de un rival que queremos que cierren) y pagar mediante PayPal. 10.000 likes se compran a 35 euros.
Lo cutre de los robots identificados en el perfil de Sanidad es otro indicio. Aunque, como argumenta Rosell, “es difícil que no sean chapuceros, porque mantener una red de bots en condiciones cuesta mucho dinero”, los robots que se han identificado actuando en la cuenta de Sanidad tienen una pinta un tanto sospechosa. Lambert, que ha analizado un poco la cuestión por interés profesional, asegura que ha encontrado “bots superbásicos y tiene pinta de que alguien ha hecho algo muy rápido”.
Sopeña refuerza esa idea. “Mi opinión es que esto es de aficionado, alguien está en su sofá, le llega el mensaje para comprar likes y le da por meter 30 o 40 euros, porque tampoco es más. Parece la acción individual de alguien con poco conocimiento”, razona.
Los dos COVID
El clima de tensión política que España vive en las últimas semanas, la falta de escrúpulos de algunos actores sobre el tablero y la crispación y el ruido que abundan en redes sociales son razones para no descartar ninguna posibilidad sobre lo que puede haber detrás de este pequeño ejército de robots. “Hay dos COVID: el COVID y el ciberCovid”, asegura Lambert.
“Durante este tiempo hemos visto un gran esfuerzo para reforzar y enfatizar algunos mensajes concretos. La situación de tensión se presta mucho y algunas veces el objetivo de reforzar determinados mensajes está claro, pero otras veces no lo está tanto y es muy preocupante”, explica.
Ángel Sopeña es más tajante: “No me casaría con nadie, pero me parece poco probable que un Gobierno, de cualquier color, hiciera esto. Primero, por cómo está el tema y segundo porque queda rastro y si hay una denuncia, se puede llegar a saber”.