Se explica tras el revuelo el dueño del local de Málaga del que habla toda España por su carta
Sergio Díaz, uno de los socios de 'Grillaera': "Si esto es ser famoso yo no quiero serlo".
“Es increíble. Lo que he vivido hoy yo creo que no lo volveré a vivir en la vida”. Así de sincero se muestra al teléfono Sergio Díaz, uno de los socios fundadores y responsable de marketing de Grillaera, un local de Málaga cuya carta se ha viralizado por toda España por incluir en ella el sueldo de los camareros.
Además de por el gesto en sí, todo el país ha aplaudido las condiciones laborales que tienen los empleados de este negocio que cuenta con 18 personas en Málaga y con otras 18 en otro local que tienen en Algeciras. En total unos 40 contando al personal de oficina.
Tal y como se puede ver en la carta, un empleado de Grillaera cobra 1.648 euros al mes brutos, es decir, unos 1.430 euros al mes netos. Cuenta Díaz que esta idea la tuvo Justo, otro de los socios, mientras buscaba personal para el restaurante que querían de abrir en Málaga. Ahí se dio cuenta de que las personas a las que entrevistaba habían vivido situaciones traumáticas en trabajos anteriores: “Se llevó una sorpresa al ver que nadie de los que habíamos contratado, el 100%, nunca había estado asegurado las horas que había trabajado”.
Lo curioso es que la carta con el sueldo de los empleados hace un año que se puede consultar en Grillaera pero fue hace un par de días cuando un usuario de Twitter la compartió. Y de ahí a la fama.
“Yo no quiero ser famoso. Si esto es ser famoso yo no quiero serlo. La acogida por parte de los medios ha sido brutal. Ha sido súper emocionante ver cómo todo el mundo nos ha apoyado en este aspecto y cómo todos los medios nacionales se han puesto en contacto con nosotros para darle altavoz a esto”, reconoce un emocionado Sergio Díaz al teléfono.
Señala el hostelero que le da “pena” ser noticia en prácticamente todos los medios de España por algo así “cuando debería ser normal”: “Nosotros no estamos haciendo nada extraordinario, simplemente estamos cumpliendo las reglas del juego, que son los convenios colectivos de la provincia, que no estamos pagando el triple del convenio, pagamos simplemente lo del convenio”.
Defiende Díaz que han decidido dar este paso porque se dieron cuenta de que nadie hacía algo así, de que su margen era menor y de que “a nivel competitivo estábamos perdiendo”: “Nuestro margen es más pequeño porque tenemos unos gastos y decidimos que, por lo menos, ya que apostamos por ello, que la gente lo supiera”.
Este tema surge en medio de un debate nacional sobre la falta de camareros en la hostelería por culpa de las condiciones laborales que se ofrecen en algunos trabajos.
“Esto lo pusimos hace un año. Se ha hecho noticia ahora por esto precisamente, por este debate, y en Twitter alguien nos ha dado este impulso y ha dicho ‘oye que en Málaga está pasando esto’”, cuenta contento.
El plan de Grillaera es el de seguir creciendo por toda España: “Estamos con autofinanciación, ninguno somos ricos. No tenemos un grupo inversor por detrás. Tenemos que crecer con cabeza”.
La fama en los medios de comunicación ha provocado que aumente de forma considerable el número de personas que quieren trabajar con ellos: si antes recibían uno o dos currículum al día, ahora han llegado a recibir más de 40.
El hostelero también se moja sobre la falta de camareros y se explica: “Sabemos que hay gente que quiere trabajar y que no encuentra unas condiciones laborales dignas para lo que hacen y también hay algunas personas que no quieren trabajar. En el mundo del Señor hay de todo”.
Pide Díaz “una hostelería más unida” para poder salir adelante con iniciativas de este tipo “para que haya unas condiciones más dignas”. Eso sí, reconoce que “es difícil” y necesitan mucho volumen de ventas para poder pagar así a sus empleados: “Necesitamos que el restaurante funcione muy bien y que haya mucha rotación. Cualquiera que se ponga a echar números con la carta por delante sabe lo que nos cuesta a nosotros esos 18 empleados”.
Reconoce que el trabajo diario para poder llegar a cumplir con los objetivos de ventas para pagar todo y quedarse a cero “es duro”: “Entiendo a la gente que piense que es difícil porque hay que trabajar mucho. Nosotros estamos todo el día maquinando cómo nos podemos reinventar y ofrecer valor al cliente para que venga”.
Sergio y sus socios abrieron su primer local en Algeciras con un préstamo bancario de 50.000 euros y con eso fueron capaces de montar otro negocio en Málaga: “Hay meses mejores y meses peores. Meses que se cubre y otros que son más malos y en los que no se llega a cubrir pero estamos trabajando en ello. La fórmula de la pólvora mágica no existe, es trabajo, trabajo y trabajo”.