Guy Verhofstadt: “Si no hacemos nada contra Polonia y Hungría, será nuestra autodestrucción”
Entrevista con el eurodiputado liberal y copresidente de la Conferencia sobre el Futuro de Europa: "La libertad no significa que puedas hacer o decir cualquier cosa".
ESTRASBURGO (Francia).- Guy Verhofstadt ha venido en principio a hablar de su libro —en este caso, la Conferencia sobre el Futuro de Europa, de la que es copresidente—, pero no deja sin contestar una sola de las preguntas que le plantea El HuffPost al terminar el primer pleno de los paneles de ciudadanos en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Verhofstadt es, en palabras de un asesor parlamentario, el miembro “más dinámico” del Consejo Ejecutivo de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, de ahí que haya sido el elegido para dar su discurso de apertura. En el hemiciclo lo escuchan atentos 200 ciudadanos escogidos aleatoriamente de entre toda la Unión, gente que probablemente nunca antes había oído el apellido Verhofstadt, pero que ha aceptado viajar a Estrasburgo para dar sus propuestas sobre economía, justicia social, educación, cultura y juventud en este primer panel, que se completará con otros tres sobre democracia, medioambiente y migración.
Una iniciativa “histórica” para que la ciudadanía cuente (más)
La iniciativa es “única”, “histórica”, se atreve a decir Verhofstadt, pues es la primera vez que la democracia participativa se lleva a cabo a nivel transnacional y paneuropeo. A lo largo de los próximos meses, 800 ciudadanos se reunirán para debatir sus propuestas, de las que se extraerán unas recomendaciones que tendrán que ser discutidas, aprobadas o rechazadas en el pleno europeo.
Verhofstadt no disimula su emoción y sus expectativas con esta idea. No sólo es la mejor manera de que “los ciudadanos se impliquen” y desechen la idea de que en Europa “todo es muy tecnocrático”, sino que, en su opinión, es la mejor manera de evitar una desafección como la que acabó desembocando en el Brexit.
Reconoce el eurodiputado liberal, y primer ministro belga entre 1999 y 2008, que “hay que reforzar la democracia europea”, y de eso se trata en esta Conferencia. “No podemos tener una Unión Europea sin una democracia europea. De ahí que hayamos creado esta experiencia única”, destaca.
Verhofstadt insiste en que esto “no es sólo un ejercicio de escucha”, sino que los ciudadanos acabarán “debatiendo con los políticos sobre cómo hacer realidad su visión y sus sueños sobre la Unión Europea”. Su esperanza es que “de aquí salga un buen número de propuestas que superen la clásica reticencia y la actitud conservadora de algunos Estados miembros para reformar Europa”. “Está ciego quien no vea que hace falta reformar Europa para el mundo de mañana”, lanza.
La falta de control en redes sociales, “una amenaza para la democracia”
A Guy Verhofstadt no le pesa hacer autocrítica con la institución para la que trabaja, y tanto en Twitter como en esta entrevista se despacha a gusto, pues tiene muy claro lo que defiende. Si se le pregunta por el aumento de los discursos de odio, responsabiliza a “las redes sociales” por su falta de control. “Quienes deberían controlarlo, las empresas estadounidenses responsables de esas redes sociales y de internet, no lo están haciendo porque ganan dinero con esto. Esa es la realidad, y es un problema enorme”, advierte.
Para Verhofstadt, “que la gente pueda poner lo que quiera en redes sociales sin demasiado control es una amenaza para la democracia”. “En una democracia, en el Parlamento o en la prensa, hay límites”, recuerda, y echa mano de la clásica definición que dice que “la libertad de uno termina donde empieza la de otro”. “La libertad individual no significa que puedas hacer cualquier cosa o decir cualquier cosa”, recalca. “Y eso está ocurriendo en las redes sociales”, opina el eurodiputado, que no cree “en la autorregulación que ellos [las grandes empresas tecnológicas] proclaman”.
Verhofstadt admite que el auge de la extrema derecha también tiene que ver con la difusión de este tipo de discursos, pero es que “las redes sociales son el terreno perfecto” para la ultraderecha y su incitación al odio, sostiene.
“La UE tiene una dictadura creciendo en sus entrañas”
A Europa le preocupa todo esto, claro, pero Verhofstadt —y como él, mucha gente— está cansado de que la postura oficial de la UE sea lanzar un comunicado en el que asegura estar “deeply concerned” (profundamente preocupada) por cada asunto concreto. Así lo expuso Verhofstadt claramente hace un par de meses, cuando una noticia sobre el espionaje a periodistas llevado a cabo por el Gobierno del húngaro Víktor Orbán le hizo estallar en Twitter.
“Ya basta de ‘deeply concerned’. La UE tiene una dictadura creciendo en sus entrañas. ¡El Parlamento Europeo tiene que investigarlo a fondo!”, exigió el eurodiputado haciéndose eco de un tuit de otra parlamentaria húngara, Katalin Cseh, que criticaba que la UE permitiera en sus instituciones la presencia de Orbán, un “criminal totalitario”, según sus propias palabras.
Preguntado sobre la postura de la UE frente a Hungría y Polonia —que siguen una misma senda anti derechos LGTBI, derechos de las mujeres y libertad de prensa—, Verhofstadt no se corta. “La Unión está empezando a imponer sanciones, pero demasiado tímidas”, critica. “Hay países donde no se están respetando los valores básicos de la Unión”, lanza.
La Comisión Europea ya ha abierto sendos expedientes contra Hungría y Polonia por las violaciones del derecho europeo, entre otros en materia de separación de poderes e independencia judicial. La UE debe aprobar todavía las propuestas de estos dos países para los multimillonarios fondos destinados a superar la crisis del coronavirus, y las multas a las que pueden enfrentarse ambos podrían ascender al millón de euros diarios. Sin embargo, aún no se ha puesto en marcha este castigo.
En opinión de Verhofstadt, la UE tiene “suficientes instrumentos”, y ahora es sólo “cuestión de valentía”. De lo contrario, “si no hacemos nada contra ello, será nuestra autodestrucción”, advierte. “¿Cómo puede proclamarse la UE una comunidad de valores, cómo puede hablar de China, Rusia o Hong Kong, si dentro de su familia tiene ejemplos tan malos como esos?”, plantea el eurodiputado.