Greta Thunberg llega a Lisboa, escala previa a la Cumbre del Clima de Madrid
“Estamos enfadados y frustrados y es por una buena razón. Dejen de darnos motivos para enfadarnos”, ha señalado nada más desembarcar.
Greta Thunberg ya está en la Península Ibérica. La joven activista medioambiental, de 16 años, ha atracado a las 12.45 horas (una hora más en Madrid) en Lisboa (Portugal), después de cruzar el Atlántico en un catamarán no contaminante, tras 20 días de compleja travesía, en plena temporada de temporales.
En el puerto de Santo Amaro, numerosos simpatizantes y autoridades la esperaban como agua de mayo, justo antes de que emprenda camino hacia Madrid, donde tiene previsto participar en la Cumbre del Clima (COP 25). Ha llegado unas cuatro horas tarde sobre el programa previsto.
Su primer mensaje fue una llamada a la movilización: “No dejen de luchar por su futuro”. “Estamos en emergencia climática, precisamos de un punto de vista global, trabajar en conjunto para garantizar condiciones de vida para la humanidad en el futuro”, afirmó
Greta ha querido mostrar su confianza en que “los líderes mundiales” reunidos en la capital española “perciban finalmente la urgencia”. “Mucha gente dice que no importa y que no va a pasar nada, pero empezamos a ver los resultados. Tenemos que pensar a largo plazo, no podemos pensar solo en hoy, hay que pensar en el futuro”, volvió a insistir.
La joven activista ha admitido que los jóvenes de su generación “estamos enfadados y frustrados y es por una buena razón. Dejen de darnos motivos para enfadarnos”, ha llegado a señalar.
Aunque la adolescente sueca no desveló su agenda para los próximos días, ha adelantado que viajará a Madrid y asistirá a la marcha convocada el viernes contra el cambio climático y que pasará la navidad en casa. Según medios locales, descansará hoy en un hotel de Lisboa.
Su llegada ha sido todo un acontecimiento. Según se iba acercando a tierra, la joven sueca ha salido a la cubierta de la nave para saludar a los medios que iban cubriendo en directo el final de su viaje y, kilómetros después, a su seguidores, que la han ovacionado intensamente y han lanzado cánticos a favor del planeta, baucada incluida. Lo hacía acompañada de su padre, con quien ha hecho toda la travesía, y de la familia australiana que puso el buque a su disposición desde Virginia (EEUU). De paso, ha aprovechado para comer tranquila, antes del ajetreo que se le avecina.
Cuando ya había superado la Torre de Belem y comenzaba a encontrarse con más barcos en la bocana del puerto, ha sido también recibida con bocinas y cánticos por parte de pescadores y personal del muelle.
La familia compuesta por Elanya Carausu (de 26 años), su esposo Riley Whitelum (de 32), y su bebé de 11 meses, lleva meses navegando por el mundo en La Vagabonde, su catamarán con paneles solares e hidrogeneradores. Relata su travesía en las redes sociales y se ofreció a llevar a Thunberg a España, después de que la activista se viera bloqueada: pretendía llegar a Chile para participar en la Cumbre del Clima que, finalmente, por cuestiones de seguridad, se celebra al final en nuestro país desde ayer.
¿Y ahora qué?
Empiezan aquí las grandes incógnitas del paso de Thunberg por Lisboa, que será lo más breve posible, según fuentes conocedoras de los preparativos. Ofrecerá una rueda de prensa, se reunirá con jóvenes activistas y conversará con el alcalde, Fernando Medina, y una delegación de parlamentarios lusos.
Luego seguirá camino con el objetivo de cumplir su verdadero anhelo: llegar cuanto antes a Madrid. La principal pregunta es cómo lo hará. Desde el entorno de la activista se da como opción más probable el tren, lo que deja dos posibilidades, o bien el diurno, que atraviesa Extremadura y obliga a realizar hasta tres cambios de ferrocarril, o bien el nocturno, el Lusitânia, que pasa por Salamanca.
Ambas opciones superan las 10 horas de trayecto, y dado que el diurno parte a las 8.15 de la mañana y ya lo ha perdido, se especula con que el nocturno, que emprende camino a las 21.35 hora local, sea el elegido.
Si no se producen retrasos en el camino, Thunberg llegará a Madrid a las 08.15 del miércoles tras un viaje de 10 horas y 15 minutos que desafortunadamente incumple los estándares de sostenibilidad deseados por la activista. Y es que aunque la totalidad de las vías que el tren recorre en tierras lusas están electrificadas, el tramo de 100 kilómetros entre la frontera hispanoportuguesa y Medina del Campo no lo está, y ahí el Trenhotel depende de una locomotora diésel que produce el doble del CO2 producido por los trenes eléctricos.
Pese a ello, la activista ha optado por este método de transporte en vez de recurrir al coche eléctrico que le ofreció la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad de la Junta de Extremadura. La oferta fue criticada por la plataforma medioambiental Salvemos la Montaña, que pidió que Thunberg rechazara la oferta del coche -que opera con baterías de litio- para denunciar la decisión autonómica de dar luz verde a una mina de litio cerca de Cáceres. El equipo de la joven no ha revelado si la petición de la asociación fue valorada cuando se decidió optar por el transporte ferroviario.