González Pons: “No creo que Pablo Iglesias sea peligroso”
Entrevista al europarlamentario del PP: “Me encantaría ser el guionista del Borgen español”.
“Siempre he querido ser escritor”. Esta era la vocación secreta de Esteban González Pons, vicepresidente del Grupo Popular Europeo. Y durante tres años y medio ha aprovechado los viajes en avión entre Bruselas y Madrid para hacer su sueño realidad. El resultado es Ellas, una novela de amor.
La vuelta al amor de juventud, a la Valencia de sus recuerdos, a un universo lleno de mujeres que marcan. “Soy feminista hasta los tuétanos”, confiesa sentado en el centro de Madrid, muy cerca del Congreso de los Diputados. Pero a esa Cámara ya no quiere volver, él piensa acabar sus días en política -no pone fecha de caducidad- en el Parlamento Europeo.
Habla sosegado de literatura y política. En estos días de nuevo Ejecutivo, defiende que le gustaría que hubiera un Gobierno de coalición entre el PP y el PSOE, lamenta el drama del fracaso del centro político y avisa: “Lo que nos falta a los políticos españoles es libertad para decir lo que realmente pensamos”.
Vivir fuera le ha dado otra perspectiva: en España sólo se habla de Cataluña y en Europa no está ni en la agenda. Y ante el auge de la extrema derecha lanza esta opinión: “El nacionalismo español es tan peligroso como cualquier otro”. Tiempo de ideas y letras. ¿Lo próximo? Una novela en la que habrá crímenes.
¿Por qué escribe una novela?
Siempre he querido ser escritor y al cumpllir los 50 me dije a mí mismo: ahora o nunca. Me he atrevido por primera vez a desnudarme, porque escribir una novela es desnudarte.
¿Y qué hay de autobiográfico? ¿Hay muchas cosas suyas en el protagonista?
La novela no es autobiográfica, pero sí autocrítica. No está lo que soy, pero sí lo que pienso.
Un de las cosas que más llama la atención es ese poder femenino en la novela, la importancia de la mujer. ¿Es González Pons feminista?
Sí, hasta los tuétanos. Es una novela de amor, creo que sin el feminismo no habría verdadero amor. El amor de nuestro tiempo es mucho más libre y verdadero porque ahora sí las personas se aman en igualdad de condiciones con independencia del género.
Otra de las grandes protagonistas es Valencia, impregna toda la novela y con esos saltos de tiempo. ¿Cómo está su tierra? ¿Cómo es la Valencia que recuerda? ¿Y la de excesos que se ha quedado en la memoria de los españoles?
Valencia es mi infancia, y la que yo amo es la de cuando era pequeño. Una Valencia más pequeña, en la que los vecinos nos conocíamos y nos saludabamos con el nombre, con comercios en los bajos y que le importaba a todo el barrio lo que le pasaba a las personas. Como el resto de España, se vio afectada por la ola de dinero que cubrió al país a principios de este siglo. Lo que sucede es que después del estallido de la burbuja inmobiliaria con la crisis, en Valencia se ha pagado un precio más alto que en el resto.
Hablando de Valencia y de esos años, viene a la mente Rita Barberá. La conoció muchísimo. ¿Fue injusto e ingrato el PP con los últimos años de la exalcaldesa?
Todo el mundo fue injusto con Rita al final, pero el final de las grandes figuras políticas siempre es así. Rita llegó a identificarse con Valencia de tal modo que nadie de mi generación es capaz de imaginarse la ciudad sin Rita Barberá de alcaldesa. Al final la Historia le hará justicia. Sus aciertos y sus errores serán ponderados y ocupará un lugar privilegiado.
Más de 500 páginas tiene Ellas. ¿Tanto tiempo se puede sacar en el Parlamento Europeo? ¿Cómo ha sido el proceso?
Una de las mayores satisfacciones que el libro me dio fue cuando la editorial me dijo que no había que recortar ninguna. Está escrita en los aviones principalmente, en los trenes y en la salas de espera. En el trabajo que tengo ahora en Bruselas paso muchas horas viajando y en ese tiempo en los últimos tres años y medio lo he dedicado íntegramente a escribir. Me pongo auriculares, me aíslo, no suena el teléfono y tengo paz, también he dedicado las vacaciones.
Una vida entre España y el Parlamento Europeo. ¿Qué España se encuentra cuando baja del avión?
Bruselas es un lugar extraordinario para ver España, recomendaría a todos los políticos que fueran allí aunque solo sea para ver cómo es percibido el país desde lejos. En los siglos XIX y XX España estuvo aislada y pagamos muy caro nuestro aislacionismo. Ahora estamos aislados otra vez, nos hemos encerrado en una burbuja. La conexión con Europa que conseguimos después de la Constitución y el ingreso en el mercado común la hemos perdido. El cero por cien de los temas que se discuten en Bruselas se discuten en el Congreso y el cero por cien de los temas que se discuten en el Congreso se discuten en el Parlamento Europeo. No existe ningún tema en el Congreso que se debata también en la Eurocámara, y al revés. En Europa se están hablando de todos los conflictos que la globalización que nos trae y aquí siempre sólo de Cataluña.
¿Preocupa todavía mucho Cataluña en Europa?
Para nada. Cataluña es un tema que no está en la agenda europea. Estuvo las semanas o meses posteriores al falso referéndum y desapareció. En este momento nadie habla de Cataluña en Europa. Carles Puigdemont ya forma parte del paisaje del Parlamento Europeo sin despertar ningún tipo de reacción ni a favor ni en contra, está ahí.
¿Lo ha visto por los pasillos?
Incluso he coincidido con él en un ascensor.
¿Y qué tal?
He procurado salir antes que él para que no pudiera decir que le había cedido el paso.
Uno de los temas continentales es la irrupción de las fuerzas eurófobas y el auge de la extrema derecha, cosa que en España no habíamos experimentado hasta las elecciones de abril. Ahora Vox es la tercera fuerza con 52 diputado. ¿Qué piensa?
Yo diría, a riesgo de no ser entendido, que lo que estamos viviendo en Europa no es tanto un auge de la extrema derecha cuanto una vuelta del nacionalismo. Y Vox no es tanto un partido de extrema derecha cuanto un partido nacionalista español. En ese sentido, se parece mucho a las fuerzas que han llevado al Reino Unido al Brexit, al Frente Nacional, al partido de Salvini o a Alternativa para Alemania. Lo que no habíamos vivido hasta ahora en España es el fenómeno desde la Transición de tener un partido nacionalista español. Y el nacionalismo español es tan peligroso como cualquier otro.
Por cierto, sus colegas europeos en Alemania y Francia establecen un cordón sanitario a partidos como Vox. Aquí no ha sido así, sino que el PP está pactando en comunidades y ayuntamientos. ¿Se siente cómodo? ¿Lo entienden sus colegas europeos?
Dependiendo de cada país, el Partido Popular ha ido dando una respuesta distinta al fenómeno del nacionalismo. En países como Francia y Alemania les han establecido un cordón sanitario y en otros, como en Italia, están intentado establecer algún tipo de alianza. Mi experiencia es la de Parlamento Europeo y lo que hemos hecho es no tener ninguna relación con las fuerzas nacionalistas de extrema derecha. Exactamente lo que ha ocurrido ahora en el Congreso de los Diputados, impedir que no ocupen ningún puesto en ninguna comisión.
Regulación de la eutanasia, ¿sí o no?
La ley ya ha pasado el trámite de toma en consideración, por lo tanto va a haber ley. Abogo por una ley en la que todo el mundo pueda sentirse cómodo y representado. Detesto el uso partidista de la ley que he visto las pasadas semanas.
¿Le parece que es para ahorra costes como decía su compañero del PP José Ignacio Echániz?
Creo que hablamos de un asunto muy delicado al que, por desgracia, todos alguna vez nos hemos enfrentado. Hay que tratar con infinito respeto y el debate debería ser más serio y profundo que el mero debate político de todos los días. Por desgracia cuando hablamos del final de la vida, es algo que a todos nos toca el corazón. Me gustaría que no se utilice el fin de la vida como un arma arrojadiza en política y que el debate se abra a la sociedad. Si es posible, que el texto final sea uno en el que nos sintamos todos cómodos y que si cambia el Gobierno, no cambie la ley.
¿Qué novela se parece más a la vida política española?
La vida política española de hoy no tiene novela, hay que escribirla. Desgraciadamente no hay novelistas en España haciendo ficción de la política como sí existen en el mundo anglosajón. Falta una serie de televisión sobre política española y el Congreso. Quizá me ponga a escribir eso.
¿Le pica el gusanillo de volver al Congreso?
No, creo que estoy prestando un servicio a España en el Parlamento Europeo. Y si los electores y mi partido quieren, seguiré trabajando allí hasta que me retire. No preveo ninguna carrera política posterior a la carrera europea.
¿Se pone fecha de caducidad en la política?
No, mientras esté en condiciones de prestar un servicio a mi partido y los votantes, seguiré. Y mientras mi editorial siga creyendo en mí, seguiré publicando novelas.
Flashback, noviembre de 2011. Todos los periodistas pusimos su nombre en las quinielas del primer Gobierno de Mariano Rajoy. ¿Por qué no fue ministro? ¿Se lo pidió? ¿Lo rechazó?
No, no lo sé. Supongo que alguien se tenía que quedar en el partido y me tocó a mí. Cuando un equipo gana un título, siempre tiene que haber uno que se tiene que quedar en el vestuario vigilando las botas.
Por cierto, ¿ha leído el libro de memorias de Rajoy?
Sí.
¿Y qué tal?
Me ha gustado mucho. Como escritor, Rajoy escribe cómo piensa. Y leer su libro es como conversar con él. Me ha dado la sensación de haber pasado seis horas a su lado y no respondiéndole más que con monosílabos.
A pesar de monosílabos, ¿una personalidad muy compleja la de Rajoy?
Monosílabos por mi parte.
Él lo era también.
He sido portavoz del grupo en el Senado con Aznar y portavoz en el partido y en el Parlamento Europeo con Rajoy. Todos los presidentes del Gobierno son complejos. Cuando uno llega a presidente, tiene que tener una personalidad muy acusada. Solo Zapatero llegó por casualidad.
¿Y Pedro Sánchez? ¿Cree que fue casualidad la moción?
Pedro Sánchez es un oportunista y, como tal, le aprovecha más a él la Presidencia del Gobierno que él al Gobierno de España.
Hablando de Sánchez. En aquella convención que organizó el PP europeo en Madrid, con Merkel y Berlusconi, en 2015 estaba en plena ebullición Podemos y se avisaba del fantasma de lo que había pasado en Portugal, un Gobierno socialista pactado con los bloques de izquierdas. Hoy no es que sólo haya habido un pacto de este tipo en España, sino que existe un Gobierno de coalición. ¿Se imaginaba algún día que Pablo Iglesias fuera vicepresidente? ¿Le da miedo?
Primero, en Lisboa la extrema izquierda no está en el Gobierno, apoya desde fuera. Somos el único Gobierno de Europa con ministros que se declaran comunistas. Lo cual es un problema porque la mitad de continente sufrió una dictadura comunista hasta 1989 y en la mitad del continente el comunismo es recordado con tanto dolor como el propio nazismo. En el Este de Europa y en buena parte de Alemania jamás tendrían un ministro comunista como tenemos ahora. No creo que Pablo Iglesias sea peligroso, se va a transformar ejerciendo de vicepresidente, no descarto que antes de que acabe la legislatura se corte el pelo y se ponga corbata. A Pablo Iglesias creo que le gusta mucho ser vicepresidente del Gobierno. Lo que sí me preocupa es que el PSOE se esté escorando hacia la extrema izquierda.
¿Cómo está su relación con Pablo Casado?
Casado es amigo mío.
¿Y no lo ve demasiado a la derecha en esa competición de Vox y se está dejando demasiado hueco en el centro? Usted siempre ha sido muy defensor del espacio de centro derecha...
El camino de Pablo a la Presidencia es largo y no va a ser fácil. No se encuentra todos los días en situaciones fáciles de resolver, no todos los días es bien entendido y no todos los días nos explicamos lo bastante bien, pero creo que Casado es un político de centro derecha moderado tolerante, con gran capacidad de diálogo y todos los requisitos para ser presidente. Era amigo mío antes de ser mi presidente y sigue siéndolo.
¿El nivel de los políticos españoles es más bajo que el de los parlamentarios europeos?
El país más importante del mundo, una de las democracias más antiguas del mundo y el que tiene la Constitución escrita más antigua en vigor tiene de presidente a un tipo que se llama Donald Trump. El nivel de los políticos en todo el mundo se ha reducido. Si el presidente de EEUU es Donalda Trump, es que cualquiera puede ser presidente en cualquier lugar. La política se ha desprestigiado, devaluado, ha perdido capacidad de transformación, está desconcertada ante la revolución tecnológica y la digital, se siente impotente ante el cambio climático, no sabe explicar el mundo que estamos viviendo. El fenómeno de la depreciación de lo político no es solo en España.
Una de las causas de esa mala imagen de los políticos fue la corrupción. Le tocó dar la cara en muchos momentos en los años más duros de la investigación del caso Bárcenas. Ahora han citado a Rajoy y Aznar como testigos en el juicio por la caja B. ¿Se va a poder quitar la losa el PP algún día? ¿Pidieron perdón lo suficiente? ¿Siguen penalizando los ciudadanos a los populares por eso?
Al PP se le está haciendo pagar una época en la que no sucedía en el PP nada diferente de lo que sucedía en otros. Este tiempo ya pasó, el nuevo PP no tiene nada que ver con el anterior Partido Popular. El PP no es solo unas siglas, es una ideología y el pasado pasado está. El PP mira al futuro.
Y en ese futuro, ¿mejor ir con Cs en las listas? ¿Le gusta ese Mejor Unidos?
Lo que representa Ciudadanos antes formaba parte del PP. Si Casado y Arrimadas pudieran recomponer lo que antes fue el PP, no voy a ser yo quien critique la fórmula.
¿No hay espacio para el centro? ¿O no lo han sabido aprovechar los partidos?
En toda Europa y en todo el mundo el centro político está fracasando y las sociedades se están polarizando. Si hoy tuviéramos las elecciones norteamericanas, el Partido Republicano se presentaría con el candidato más a la derecha que ha tenido jamás y el Partido Demócrata con el candidato más a la izquierda que ha tenido jamás. Si en Francia no gana Macron las próximas elecciones, posiblemente la próxima presidenta francesa será Marine Le Pen. En Italia si fracasa la coalición de Gobierno, el próximo primer ministro será Salvini. En las elecciones de los landers del este de Alemania, el primer partido está siendo Alternativa por Alemania y el segundo los antiguos comunistas. El fracaso del centro político es el gran drama político de nuestro tiempo. Sin centro político, no puede existir democracia liberal. La democracia representativa está basada en la existencia de una clase media y un centro político donde pueden entenderse izquierda y derecha para trabajar juntos.
¿Es imposible que en España hubiera alguna vez una gran coalición como en Alemania?
Somos el único país de Europa en el que el PP y el PSOE no pactan, eso es una anomalía que habría que corregir. Apuesto por entendernos con los socialistas tanto cuanto sea posible. Me gustaría que un día en España pudiera haber como en otros países un Gobierno de coalición o de cohabitación.
¿PP-PSOE?
De hecho, como eurodiputado he servido los cinco años siempre a un Gobierno de coalición PSOE.PP y liberales.
¿Cuáles son los grandes problemas que tiene Europa? ¿Los grandes retos y miedos que ve uno sentado en Bruselas?
La UE está enferma y hemos olvidado las razones por las que la fundamos. La hemos convertido en un mero mercado. Si Macron no gana las próximas elecciones en Francia, el futuro de la Unión tal y como hoy la conocemos estará en entredicho. Creo que los europeos hemos olvidado demasiado rápido la Guerra Mundial y hemos permitido que el nacionalismo vuelva a ocupar posiciones en política olvidándonos de los peligroso. Todas las guerras de Europa las ha causado el nacionalismo. El nacionalismo ha matado más personas que la peste. Hoy estamos permitiendo que los nacionalistas pasen otra vez por políticos que no tienen peligro.
¿A qué políticos le gusta escuchar? ¿Quién es el más interesante?
El más interesante es Pablo Casado. Cualquier político español de cierto nivel cuando lo sacas de España y lo escuchas en Bruselas es interesante. Cuando se quitan el corsé de lo que obligatoriamente tiene que decir en el Congreso de los Diputados o en las ruedas de prensa y hablan con libertad son interesantes. Lo que nos falta a los políticos españoles es libertad para decir lo que realmente pensamos. He conocido políticos interesantísimos que jamás dieron una rueda de prensa interesante.
¿Qué le pareció la siestecilla de Margallo en el Parlamento Europeo? ¿Es tan aburrida la Eurocámara?
De aquella foto el que salió peor parado fue el que estaba haciendo el discurso, el exprimer ministro de Polonia Buzek. Cuando vio la foto en la prensa española, pensó qué van a decir de mis discursos. Margallo es un genio, eh.
¿Qué está leyendo estos días?
Recomiendo un ensayo que se llama El Universo en un junco, que es una historia de los libros. Delicioso.
¿Tiene autores de referencia que le hayan inspirado a la hora de escribir?
Tengo que decir que le debo mucho a Eduardo Mendoza.
¿En qué está trabajando ahora?
En otra novela. En la próxima habrá crímenes.
¿Qué tipo de crímenes? ¿De Estado, políticos?
De Estado.
¿No puede avanzar nada más? ¿Está inspirado en hechos reales?
No. Por ahora.
¿Se atrevería a hacer una película?
Yo escribo, me encantaría hacer el guión de una serie. Me encantaría ser el guionista del Borgen español.