El gobierno de Colombia excluye a escritores prestigiosos como invitado en la Feria del Libro de Madrid
El país llegará a la cita española con una lista muy incompleta de la riqueza de su literatura contemporánea en favor de lo "neutro".
Un reportaje de Winston Manrique Sabogal publicado originalmente en WMagazín.
El gobierno de Colombia acaba de escribir una página triste e inmerecida en la historia de la gestión literaria, cultural y política. El retrato de la literatura colombiana contemporánea en la 80ª Feria del Libro de Madrid como País invitado es muy incompleto porque ha primado el sectarismo político. No porque los autores que van a participar no lo merezcan, ¡claro que sí!, entre ellos están Darío Jaramillo (uno de los mejores poetas y narradores actuales), Melba Escobar o Jorge Franco; sino por las grandes e incompresibles ausencias: escritores que no fueron invitados y otros que declinaron por múltiples factores lo que deja como resultado final un cuadro incompleto que no se corresponde con la realidad. Más aún si se tiene en cuenta que varios de esos nombres son los que han hecho brillar la literatura colombiana desde finales del siglo XX.
Lo que debía ser una celebración de la riqueza y calidad de la literatura colombiana actual y confirmación pública de su prestigio internacional, del 10 al 26 de septiembre de 2021, ha sido empañada. Entre los escritores consagrados, pero ignorados para representar a la literatura colombiana están Piedad Bonnett, Laura Restrepo, William Ospina, Héctor Abad Faciolince, Pablo Montoya, Fernando Vallejo y Santiago Gamboa; y autores relevantes que han empezado a pisar fuerte en el extranjero como Pilar Quintana.
Entre los autores prestigiosos que declinaron por motivos personales, laborales o de compromisos previos están Evelio Rosero, Tomás González y Juan Gabriel Vásquez.
Entre los nombres ya conocidos o emergentes que tampoco fueron invitados están Antonio Ungar, Giuseppe Caputo, Marbel Sandoval Ordóñez y unos cuantos más.
Todos ellos, y otros, han colocado a la literatura colombiana del siglo XXI en primera línea y contribuido a ser tenida en cuenta por editoriales, críticos, expertos, profesores y la prensa especializada mundial. (Las primeras reacciones de los escritores colombianosa por este episodio las puedes ver en este enlace).
Varios de los escritores ignorados por el Gobierno del presidente Iván Duque han expresado en diferentes momentos sus críticas a dicha administración, y a las que la han precedido, no al país. No es extraño, no porque sea Duque, sino porque es lo que los ciudadanos esperamos de sus creadores e intelectuales: miradas analíticas, reflexivas y/o críticas que ayuden a entender y comprender mejor la realidad desde sus libros y/o artículos de opinión. Esperamos que nos den a la población argumentos y herramientas para enfrentar el mundo, la vida. Eso es el Arte. Eso es la Literatura. Eso es la Cultura. Eso es la Convivencia.
Pero no contentos con ningunear a ciertos escritores se ha insultado a los autores invitados y revelado tics de intolerancia y asomos de incultura. El criterio de selección, según el embajador de Colombia en España, Luis Guillermo Plata, en la presentación del programa, según Libertad Digital, fue: «Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. (…) Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra». ¿Quiere decir que los autores no invitados no son buenos, a pesar de la buena crítica internacional que tienen, de los premios y de los millares de lectores? Sin embargo, sí está en la programación la presentación de un libro del presidente Duque con él en el escenario, por ejemplo.
El deber de un gobierno, cualquiera, es ser objetivo, promocionar, divulgar, apoyar y resaltar lo mejor de su país al margen de ideas políticas, censuras y sectarismos. Al fin y al cabo, el sueldo de los empleados públicos los pagan sus ciudadanos. Y una de las muchas cosas que se espera es que su país siempre esté lo mejor representado posible en el extranjero. La cultura de un país no pertenece a un gobierno, es de los ciudadanos, del pueblo.
La administración de Iván Duque ha perdido una gran oportunidad y ofendido a escritores y lectores; además de tratar a la feria madrileña como una más al negarles la oportunidad de mostrar y reconocer el valor de muchos de sus autores y ponerla como una pieza de su tablero de juego. Más aún si se tiene en cuenta que varios de esos nombres han mostrado al mundo que Colombia es muchísimo más que el mítico universo extraordinario de Gabriel García Márquez, el inolvidable de Álvaro Mutis o el de aperturas de rutas como el de José Eustasio Rivera, por citar tres nombres capitales del siglo pasado.
Diversa y vital es el eslogan con el que se presenta Colombia. Pero no es del todo cierto. A pesar de que en el dossier se diga que “el objetivo será mostrar el progreso de una nación que, desde 2019, conmemora 200 años de historia republicana, aprovechando la ocasión para reflexionar sobre la vitalidad del territorio colombiano, su capacidad de sobreponerse a los desafíos y los avances alcanzados en materia institucional, social y económica”.
Bien es verdad que en la selección de autores invitados se intuye una apuesta por nuevos nombres, varios de ellos de literatura infantil y juvenil, y la diversidad. Algo que no es incompatible con los grandes nombres y los que van camino de serlo seguramente. Si la cuestión era económica o por los inconvenientes de restricciones por la covid-19 estaba la opción de una presencia dual, analógica y virtual, como hacen hoy en día las grandes citas literarias en el mundo.
El gobierno colombiano, insisto, ha desaprovechado una grandísima ventana, la primera de esas características que tiene en España. No porque sea España, sino por lo que significa de repercusión entre los propios lectores españoles los cuales han leído a muchos de los autores excluidos y por su reflejo a nivel panhispánico. España no solo es la cuarta industria editorial del mundo, sino que la venta de libros en este país representa, más o menos, lo que es el mercado de América Latina. Además, el alma de la Feria del Libro de Madrid es el encuentro de los autores con sus lectores, la interacción entre creador y público. Esa es la gran fiesta de esta feria. ¿No lo sabían?
La falta de tiempo no es una excusa en este caso. Colombia fue invitada desde el verano de 2019 para la edición de 2020, pero la pandemia impidió hacer una feria presencial y se optó por aplazar todo a 2021. Manuel Gil, director de la feria madrileña, apostó por Colombia, a pesar de tener sobre la mesa opciones de otros países.
Surgen muchas preguntas: ¿Cuál fue el criterio de selección de los autores? ¿Quién o quiénes fueron sus curadores? ¿Por qué ha ocurrido este desplante? ¿Desconocimiento, prejuicios, política, negligencia, censura, incultura? ¿O todo a la vez? Quedan las palabras del embajador: «Se ha tratado de tener cosas neutras». Neutro debe ser un gobierno frente a sus ciudadanos y su cultura.
Gracias a los autores que representarán a Colombia en esta 80ª Feria del Libro de Madrid: Darío Jaramillo, Melba Escobar, Jorge Franco, Margarita García Robayo, Dasso Saldívar, Juan Esteban Constaín, Rómulo Bustos, Adelaida Fernández Ochoa, Andrea Cote, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Juan Luis Mejía y una quincena más de escritores.
WMagazín ha invitado a cuatro de los grandes autores colombianos ignorados por su gobierno para conversar con otros cuatro escritores emergentes o poco conocidos en sendos encuentros virtuales dentro de nuestra programación de la Feria del Libro de Madrid. Estarán Laura Restrepo, Piedad Bonnett, William Ospina y Pablo Montoya junto a nombres que les sorprenderán. Queremos mostrar la riqueza, la fuerza y la belleza de la literatura colombiana en un diálogo intergeneracional y plural donde lo importante es la literatura.
Siguiente entrega: Hablan los escritores colombianos.
La 80ª Feria del Libro de Madrid se realizará en el Paseo de Coches del Parque del Retiro del 10 al 26 de septiembre.