Por qué las fugas de los gasoductos Nord Stream no serán fáciles de reparar
El plazo de reparación de los gasoductos Nord Stream, cuyas fugas agitan el mar Báltico desde el martes, es aún imposible de estimar.
No será una tarea sencilla. El plazo de reparación de los gasoductos Nord Stream, cuyas fugas agitan el mar Báltico desde el martes 27 de septiembre, es aún imposible de estimar.
“Puede que pasen una o dos semanas antes de que la zona esté lo suficientemente tranquila como para ver lo que ha ocurrido”, advirtió el miércoles el ministro de Defensa danés, Morten Bødskov, en el marco de una reunión con el secretario general de la OTAN en Bruselas. “Ha sido una explosión muy grande, así que pasará un tiempo antes de que podamos bajar”, explicó sobre las tuberías, que están a unos 80 metros de profundidad.
Los gasoductos están construidos con tubos de acero ultrarresistente de 12 metros de largo, 1′2 metros de diámetro, 15 centímetros de grosor y 24 toneladas de peso cada uno. También están bañados con una capa externa contra la corrosión y otra capa extra de hormigón. Los tubos deben ser soldados entre ellos con extrema precisión, algo que es muy complicado de hacer bajo el agua. En estas condiciones, además, existe riesgo de corrosión del interior del tubo.
Esta colosal obra quedó parcialmente destruida el martes 27 y su reparación promete ser un dolor de muelas, todo ello en medio de una crisis energética y de tensiones internacionales entre la OTAN y Rusia. Tras las acusaciones de sabotaje, Moscú anunció el miércoles que los servicios de seguridad rusos (FSB) habían abierto una investigación por “actos de terrorismo internacional”.
“Cerca de la isla danesa de Bornholm se han cometido actos intencionados para dañar los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, situados en el fondo del mar Báltico”, dice el comunicado. “La Federación Rusa ha sufrido graves daños económicos como consecuencia de estos actos”, ha añadido la fiscalía rusa.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá el viernes a petición de Rusia sobre este sabotaje, anunciaron el miércoles Suecia y Francia. Moscú, objeto de todas las sospechas tras estos acontecimientos, contraatacó exigiendo esta reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles y señalando a Estados Unidos.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.