Otra Nochebuena de Felipe VI marcada por la sombra de su padre
El rey pronuncia su discurso más esperado tras el archivo de la causa en Suiza de Juan Carlos I pero con las investigaciones de España y Reino Unido abiertas y la negación del Gobierno de preparar residencia en España.
Se ha preparado durante semanas, con mimo. Midiendo cada palabra, sopesando cada idea, repasando la estructura. Es uno de los momentos más importantes del año para el rey: el discurso de Nochebuena. Sabe que todo será escrutado. Lo reflexiona, consulta con su equipo más cercano, lo relee junto a la reina Letizia. Es su alocución más directa a millones de españoles en las horas más especiales y familiares para casi todos.
Y el rey llega a esta cita tras un año muy difícil. Doce meses marcados por una pandemia que no cesa y por el fantasma que sobrevuela y empaña cada día su trabajo: Juan Carlos I. Su padre es el peor enemigo de la institución. El emérito vive en Abu Dabi, a 7.477 kilómetros del Palacio de la Zarzuela, pero está presente cada minuto. Salvo sorpresa de última hora, no pasará estas fechas por Madrid, aunque él anhela una vuelta a la tierra patria.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desmentía el pasado miércoles que Patrimonio Nacional esté preparando una residencia para Juan Carlos I. “No”, decía rotundamente ante una pregunta de Mireia Vehí (CUP). El Gobierno ha dejado el asunto en manos de la casa real, que vive una encrucijada dolorosa. Pero Felipe VI se comporta como rey y marca todas las distancias ante su padre.
Como una victoria ha vivido Juan Carlos I el reciente cierre de la investigación en Suiza del caso del AVE a La Meca y las comisiones que recibió de Arabia Saudí. Hasta se ha dejado ver en un partido de tenis. El fiscal Yves Bertossa no ha logrado demostrar que se tratara de comisiones y que fuera hecho delictivo. Pero esto no quiere decir que el rey no ingresase 75 millones de euros y que se articularan a través de una fundación, acabando en una donación para su examante Corinna Larsen. De hecho, en su auto, el fiscal explica que hubo claramente un intento de “ocultación”.
Esto no implica que sigan otras investigaciones abiertas sobre estas cuestiones. De hecho en España sigue viva todavía la investigación al rey por tres temas: las comisiones por el AVE del desierto, la sociedad offshore en Jersey y la utilización de tarjetas black con fondos de un multimillonario amigo mexicano. No obstante, según fuentes jurídicas, todo apunta a que se cerrarán en los próximos meses (estaba previsto concluir en diciembre pero se han prorrogado seis meses). Previsiblemente no pasarán al juzgado, pero no porque no existieran los hechos, sino porque hayan prescrito los delitos, por las regularizaciones fiscales de última hora y por la inviolabilidad que afecta a sus hechos durante su reinado.
Lo más probable es que Juan Carlos I decidiera volver a residir en España una vez concluya la investigación. El fiscal del Supremo que llevaba el caso, Juan Ignacio Campos, acaba de fallecer, pero el trabajo quedó casi listo. Pero existe otro campo de batalla en los tribunales: el Reino Unido, donde hay una denuncia de Corinna Larsen por las supuestas amenazas del CNI contra ella.
Con expectación se espera si el rey aludirá a su padre, pero no hay muchas posibilidades si se atiende a discursos anteriores. Apenas ha hecho menciones y en los actos de los cuarenta años del 23-F lo mencionó para ensalzar su papel. En la casa real siempre dicen que Felipe VI es un monarca que actúa con hechos, siempre guiado por la Constitución Española.
Pero la vuelta del rey sí supone un lío político en España. El PP y Vox defienden su regreso tras el archivo de la causa en Suiza. En Moncloa siempre apelan a que es una decisión que corresponde a la casa real, pero internamente genera mucha incomodidad ese regreso. Aunque se rebajó el tono hace unas semanas, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a decir que sería necesario que Juan Carlos I diera explicaciones a todos los españoles y que las informaciones conocidas siguen siendo “perturbadoras”.
No obstante, el presidente siempre recuerda la presunción de inocencia. Y hay, además, una muralla construida para que no afecte al actual monarca, del que siempre defiende el PSOE su “transparencia”. Unidas Podemos sigue exigiendo más responsabilidades, aunque por ahora no ha vuelto a colocar en primera línea un referéndum sobre el modelo de Estado. Lo que sí creen en la izquierda que perjudica a la corona precisamente es el intento de apropiársela del PP y de Vox.
Lo que no se han movido ni un ápice son las posibles reformas sobre la corona que han planeado durante los últimos años. Uno de los aspectos que el Gobierno ve con buenos ojos es eliminar la inviolabilidad del rey ante hechos que no tengan que ver con su cometido como jefe del Estado. Pero muchos esperan que sea el propio monarca el que lo pida o dé su beneplácito para llevarlo a cabo, pero en Zarzuela todo va siempre lento y no se ve adecuado por el momento. Lo que ha cambiado durante este año, además, es la interlocución entre Moncloa y Zarzuela, tras salir del Gobierno Carmen Calvo, hilo directo con la casa real, e Iván Redondo, que tenía trato con Jaime Alfonsín (jefe de la casa).
Ahora ese papel lo juega Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y Relaciones de las Cortes y vicepresidente político in pectore. Asimismo, a muchos ha aliviado la salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo y del liderazgo de Unidas Podemos, ya que Yolanda Díaz como referente morado en la coalición tiene formas más templadas y mayor conexión con Zarzuela.
Sí se espera que el rey mande un mensaje de fuerza para el próximo año con la esperanza de salir de la pandemia, a pesar de la variante ómicron, y de recuperar el pulso económico, especialmente por el proceso de vacunación. Además de que posiblemente trasladará un mensaje de aliento para los ciudadanos de La Palma tras estos agónicos meses por la erupción del volcán, algo que han seguido muy de cerca los reyes y hasta viajaron para estar con los vecinos.
Vuelve la Nochebuena con el rey en sus pantallas. Todos atentos. Hasta Juan Carlos I desde Abu Dabi.