Felipe VI, la nueva instrumentalización del PP
El objetivo es trasladar la idea de que nada detendrá al nuevo Gobierno y que una de sus primeras víctimas será el monarca, atendiendo al concepto guerracivilista de Vox
Las víctimas de ETA no parecen ya suficientes. Así que Felipe VI se ha convertido este martes en el nuevo juguete del PP y de Vox.
Cuatro vivas al rey seguidos han resonado desde la bancada popular cuando Pablo Casado ha subido a la tribuna. Y otro más ha cerrado el discurso xenófobo de Santiago Abascal. Se trata de difundir la sensación de que el rey está en serio peligro por la llegada de la coalición progresista a Moncloa.
El objetivo es trasladar la idea de que nada detendrá al nuevo Gobierno y que una de sus primeras víctimas será el monarca, atendiendo al concepto guerracivilista de Vox. “La nueva imagen del Frente Popular”, ha dicho Casado.
A lo que Aitor Esteban ha respondido: “Ustedes han hecho un flaco favor al Rey, lo han identificado con su postura”. “El rey ha elegido a Sánchez como candidato”, ha añadido. Una advertencia que Pablo Iglesias ya había hecho en su intervención, aseverando que nadie pone más en peligro al rey que la apropiación de su figura por la derecha.
Los fantasmas del pasado, los que la generación ya casi extinta que vivió la Guerra Civil ha soñado con borrar para que no se volviera a dividir el país en dos, camparán a sus anchas en la nueva legislatura en el Congreso. Y a las víctimas, más víctimas que nunca, las obligarán a estar presentes en el hemiciclo. Da igual que sea el Rey, las víctimas de ETA, las mujeres víctimas de violencia de género a quienes VOX tiene entre dientes como un hueso un perro. Cualquier víctima sirve para arrojarla a la Cámara.
Los fantasmas del pasado, los que la generación ya casi extinta que vivió la Guerra Civil ha soñado con borrar para que no se volviera a dividir el país en dos, camparán a sus anchas en la nueva legislatura en el Congreso. Y a las víctimas, más víctimas que nunca, las obligarán a estar presentes en el hemiciclo. Da igual que sea el Rey, las víctimas de ETA, las mujeres víctimas de violencia de género a quienes Vox tiene entre dientes como un hueso un perro. Cualquier víctima sirve para arrojarla a la Cámara.
De poco ha servido después de Abascal y el uso que ha hecho de las víctimas de ETA —además de las de la violencia de género— que Pablo Iglesias lea desde la tribuna el mensaje de la hija de Ernest Lluch, rechazando el espectáculo de utilización nauseabundo que se está haciendo.
Tras las víctimas de todos los ámbitos sociales, la otra figura sobada y manipulada hasta apestar es el presidente de la República, Manuel Azaña, citado no solo por Pedro Sánchez y Casado, sino hasta por el líder de la ultraderecha, Santiago Abascal. Habría que saber qué han leído de Azaña, muerto en el exilio, intelectual por encima de político.
Desde las tribunas donde los de Unidas Podemos distinta a la de los socialistas han soportado imperturbables los insultos y las imprecaciones lanzadas por los bancos de derecha y ultraderecha. Aunque no han empezado aplaudiendo juntos Vox y PP, la similitud en los mensajes de Casado y Abascal ha sido notoria.
El líder del PP ha vuelto a machacar a Abascal, aunque el golpe de efecto del de Vox, utilizando la violencia de género -según el, violaciones hechas por extranjeros en los siete días que van de año- le resulte rentable dentro de su electorado.
De lo más comentado por ahora, la ausencia de los dos barones disidentes, Garcia Page y Lambán, mientras que Miquel IUceta casi ejercía de anfitrión de Susana Díez, Gabilondo o Tximo Puig en la tribuna.