Javier Maroto: “Mi canción favorita de la historia de Eurovisión es ‘Euphoria’, de Loreen”
Una charla ‘eurovisiva’ con el portavoz del PP en el Senado: “La que más me gusta de este año es la de Chipre”.
Europa se para este sábado por la noche. Después de que el covid obligara a suspender el año pasado por primera vez en su historia el festival de Eurovisión, vuelve la gran cita musical del continente que traspasa fronteras. Todos en el salón viendo el gran espectáculo que ha preparado Países Bajos en Rotterdam y dispuestos a votar al mejor temazo. La, la, la, la.
Uno de los que estará siguiendo todo sin perderse detalle será Javier Maroto, portavoz del PP en el Senado y fan de este festival. Con él analizamos en esta charla eurovisiva lo que supone para el continente esta cita. “El origen está en que era una manera de mostrar que Europa tenía más valores en común que cosas que diferenciaban a las naciones. Empieza en 1956, es casi un ambiente de posguerra mundial. Es una apuesta más por tratar de unir a los países y eliminar las fisuras. Es lo que significa y sigue significando”, reflexiona.
Pero a partir del año 2000, explica, se da otro salto: “Se convierte en la tendencia de todo lo que se va a hacer en un escenario en materia musical. Cosas que pasan en Eurovisión acaban en los Grammy, en los Oscar y en la Superbowl”. Y pone Maroto ejemplos: “las cámaras simultáneas en el escenario, los efectos audiovisuales en las pantallas”. “Ha ido creando tendencia, hasta el punto que es un espacio en el que quieren participar cantantes internacionales. Me acuerdo de Justin Timberlake, no como participante pero para cerrarlo, o Madonna en Israel”.
La gran pregunta es cuál es la mejor canción y su favorita de la historia. A lo que contesta Maroto: “La respuesta típica es Waterloo, de Abba”. Pero él pone una por delante: “Diría que Euphoria, de Loreen. Fue número en España, estuvo en todos los charts. Es una canción sueca, siempre son una referencia”. De las españolas que han pasado por el escenario elige Quédate conmigo, de Pastora Soler. “Una voz increíble”, resume.
Sobre nuestro país, dice que normalmente se eligen canciones que pueden funcionar en España pero no en Eurovisión: “Elegimos canciones que nos gustan a los españoles”. Y recuerda que en otros países, por ejemplo, se introduce a jurados extranjeros durante la preselección. No señala a quién mandaría porque subraya que el festival es una “gran oportunidad pero tiene un altísimo riesgo”, por lo que las voces más exitosas suelen evitarlo. “Lo que se hace es mandar jóvenes promesas”, apostilla Maroto.
Hay que mirar al día de hoy. ¿La que más le gusta de este año? “La de Chipre, que se llama El diablo”. ¿Por qué? “Me gusta que el festival sea una fiesta en el momento y después, que la canción acabe siendo cantada. Ese efecto contagio inmediato. Recuerda a Alejandro de Lady Gaga, con una puesta en escena muy importante”. ¿Pero ganará? No lo cree, haciendo estos vaticinios: “Quizá Francia o Malta, dos canciones completamente distintas. Francia va con una balada pasional y Malta con una canción muy disco, pegadiza, muy diva del pop”.
Para él, la “receta” para ganar es una “canción pegadiza y que tenga una muy buena puesta en escena”: “La final son 26 canciones, la gente lo ve en familia y pandilla. La mitad de puntos viene del televoto. Se vota a canciones memorables”. A veces, señala, se premia a la canción de máxima calidad y de gran sensibilidad, como Amar pelos dois, del portugués Salvador Sobral. “Nadie lo sospechaba”, comenta, pero “es la excepción de la regla”. Con esta reflexión final: “Normalmente lo que funciona es una canción muy potente que conecte con el público desde el principio con una brutal puesta en escena con efectos audiovisuales. Eso es Eurovisión, es un espectáculo de entretenimiento”.