España huye del gafe con un heroico Unai Simón y se mete en semifinales de la Eurocopa al ganar a Suiza en los penaltis
Dos manos salvadoras del portero del Athletic desde los 11 metros coronan a los de Luis Enrique, después de 120 minutos de dominio sin acierto. En semis espera Italia.
Esta España ya no cree en gafes. Ni la maldición tantas veces referida de los cuartos y los penaltis —que Cesc comenzó a tumbar en 2008— se ha cruzado en el camino de los de Luis Enrique. La Roja ya está en semifinales de la Eurocopa 2020 después de vencer a Suiza en los penaltis, con un Unai Simón providencial y un último remate de Oyarzabal que llevó la locura a jugadores, técnicos y aficionados. Y dice la historia que cuando hemos pasado de cuartos en la Euro hemos acabado levantando la copa... De momento, espera Italia este martes.
Qué lejos quedan esos otros gritos desaforados del lunes que cantaban el ‘seguro’ pase de España a semifinales después del penalti fallado por Mbappe que echaba a Francia frente a la sorprendente Suiza. Como si la Euro no nos hubiera regalado ya bastantes sorpresas... Hoy también las hubo y aún pudo ser peor.
Suiza da para lo que da. De su once no va a salir el próximo Balón de Oro, pero maneja a la perfección sus recursos. Dos ataques rápidos nada más comenzar mostraron buena parte de sus cartas, para bien y para mal. Velocidad en cuanto pudieran y falta de calidad creativa, especialmente sin su timón, Xhaka, hoy ausente por sanción el del Arsenal.
Pacto tácito para que el balón lo controlase España, que llegaba a cuartos embalada por ánimo y goles (diez en los dos últimos partidos). Lo que no entraba en el ‘acuerdo’ es lo que pasó en el minuto 7. Un remate de volea lejano de Jordi Alba a la salida de un córner dio en la pierna de Zakaria y se coló en la portería de Sommer. Otra vez España se ponía por delante ‘gracias’ a un rival.
Tiempo para el fútbol control, eufemismo de ‘aburrimiento’. Azpilicueta la tuvo en otro córner, de lo poco llamativo que pasó desde el afortunado tanto de Alba hasta el descanso. Suiza, incapaz de sujetar el balón ante la presión hispana, solo conseguía llevar algo de peligro también desde el saque de esquina.
Más velocidad... y más Suiza tras el descanso
La entrada de Dani Olmo por un tocado Sarabia a la salida del vestuario dio al partido una nueva velocidad. España volvió al césped de San Petersburgo con fuerza, pero se fue diluyendo en favor de una Suiza cada vez más cercana y cada vez más peligrosa en los terrenos de Unai Simón. Ya no solo a balón parado.
Suiza, paso a paso, ganaba terreno y balón, con un buen Vargas, que entró en el 22′ por Embolo. Zuber la tuvo en el 64′, mano a mano con el guardameta español. Era el presagio. Cuatro minutos más tarde, un error en defensa entre Laporte y Pau Torres —la suerte del minuto 7′ se volvió en contra— dejó solo a Freuler de camino a la meta del portero del Athletic. ‘Solo’ tuvo que regalársela a Shaqiri, que no falló en uno de esos momentos en los que no se puede fallar.
Comenzaba un nuevo partido en el 68′ y lo hacía con España tocada (la moral cambiante es uno de los puntos flacos de este equipo) y con los centroeuropeos venidos arriba. Suiza, tan históricamente neutral, comenzó a sentirse eufórica y volvió a asustar a los de Luis Enrique, antes de que Freuler se autoexpulsara en el 77′ con una entrada muy fea, tacos por delante, sobre Gerard Moreno, que salió de relevo de un Morata hoy menos protagonista.
Otra vez, otra historia bien distinta, después de la que apenas había durado nueve minutos. España comenzó a hacer valer su superioridad numérica, con numerosas acciones en el área suiza, todas inocentemente resueltas. Los helvéticos, por su parte, lo basaban todo en salir corriendo a la contra, por si alguna salía bien. Se consumió el tiempo sin más historia.
Monólogo español en la prórroga
Con uno más e indudablemente más talento técnico, España se echó al ataque nada más abrirse la prórroga. Un monólogo en el área de Sommer, un nombre que iba ganando protagonismo con cada minuto. Por sus paradas (¡la que le sacó a Gerard a bocajarro en el 100′! y otra a Oyarzábal) y por su temido talento parando penaltis, una idea que ya no escapaba a nadie.
Solo quedaba un tiempo y el guion no cambiaba. España, dueña y señora del esférico, sin acierto de cara a portería. Llorente, Dani Olmo, Gerard Moreno... No había manera. Consignas de grupo, indicaciones técnicas y algún que otro rezo. ¡A los penaltis!
El héroe esperado y el héroe inadvertido
En los penaltis todo podía pasar y aunque se preveía el papel de Sommer, el protagonista inesperado fue Unai Simón. Dos manos providenciales del meta vitoriano resolvieron una tanda en la que pasó, básicamente, el que menos falló.
España comenzó mal, con el capitán Busquets mandándola al palo izquierdo y Gavranovic poniendo el 0-1. Dani Olmo, muy protagonista desde que salió, no falló... ni nuestro portero, que sacó su primera mano a Schar. La tercera ronda, como si no la hubieran tirado. Sommer y Simón anularon los tiros de Rodri y Akanji, respectivamente. Gerard Moreno no perdonó en el cuarto intento... y Vargas sí lo hizo. El centrocampista helvético la mandó de vuelta a su casa.
Solo hacia falta un gol más, el de Oyarzabal. Ese que tampoco se puede fallar y que, claro está, tampoco falló. Ahora vendrá Italia: ‘vendetta’ contra la historia reciente española. De momento, esta ilusión no hay quien la pare.