Esto es lo que cambiará en Estados Unidos con Biden como presidente

A sus 77 años, el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, aspira a continuar con el legado de Obama y dar portazo a los últimos cuatro años de Donald Trump para “volver a unir a Estados Unidos” en un momento clave.

Biden, quien ya fuera vicepresidente entre los años 2009 y 2017 con Obama, hace gala de su experiencia en el Gobierno y se postula como una mano firme y experimentada para recuperar el control del país en plena crisis mundial.

¿Qué implicará su victoria para EEUU? Estas son algunas de sus propuestas:

Ampliación del Obamacare

La posible derogación de la reforma sanitaria estrella del expresidente Barack Obama y que lleva su nombre, Obamacare, ha estado en el foco desde que Trump llegó al poder.

Los demócratas han acusado al mandatario de manipular el Tribunal Supremo para acabar con la ley en numerosas ocasiones. Algo que se ha intensificado aún más durante la actual campaña electoral.

“No hay ningún misterio en lo que está pasando: el presidente de EEUU está tratando de eliminar la Ley de Cuidado Asequible. El Partido Republicano ha intentado eliminarla durante una década”, recalcaba Biden.

La reforma, aprobada en 2010, fue rechazada desde el principio por la mayoría de los miembros del Partido Republicano, que la han llevado por vía judicial ante el Tribunal Supremo y también al Congreso, a pesar de que hasta ahora todos los intentos de frenarla han fracasado.

Actualmente, gracias a ley sanitaria unos 22 millones de estadounidenses pueden acceder a un seguro médico. Biden, sin embargo, ha prometido que, en caso de ser elegido, ampliará su alcance para dar cobertura al 97% de los estadounidenses.

Si bien no llega a ser una propuesta de seguro médico universal por la que abogan los miembros más progresistas de su partido, el demócrata quiere garantizar a sus conciudadanos la opción de inscribirse en una opción de seguro médico público similar a Medicare, que brinda beneficios médicos a los ancianos, y reducir la edad para su acceso de 65 a 60 años. Un plan que, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo no partidista, tendría un coste de 2.250 millones de dólares en diez años.

“Trump es un pirómano climático”, decía el demócrata sobre el hasta ahora presidente en referencia a sus políticas medioambientales, en medio de la oleada de incendios que arrasaba el oeste del país.

El progresista ha reiterado en diversas ocasiones que Estados Unidos necesita “un presidente que respete la ciencia” y que comprenda “la gravedad de la  crisis”.

Biden ha asegurado que dará solución al calentamiento global, hará que el país vuelva a formar parte del Acuerdo de París del que Trump se retiró, y dará marcha atrás a numerosas medidas centrales del republicano para paliar su impacto. Se ha comprometido a alcanzar una “economía de energía limpia” al 100% para 2050.

Frente a la pasividad de Trump con respecto a este asunto, Biden ha prometido asumir como propio el problema, “hacer frente al racismo institucional”, y crear un organismo de supervisión policial en sus primeros 100 días en el cargo, si es elegido.

Se ha esforzado durante toda la campaña en mostrar el contraste, en enseñar lo que supondría una presidencia demócrata conciliadora frente a la “polarización violenta” que se ha intensificado en los últimos meses.

La mayoría de esas protestas, que se han repetido sucesivamente en todo el país, han sido pacíficas. Sin embargo, algunas desembocaron en disturbios y saqueos provocados por alborotadores violentos que se unían a las marchas, en respuesta a actuaciones policiales excesivas o por las provocaciones de facciones de ultraderecha.

Biden se postula como una “influencia positiva” que sirva de unión para hacer frente a lo que considera “una lacra en el país”.

“Si llego a la Casa Blanca me encargaré de deshacer el daño causado por esta Administración”, prometía.

A través de un plan denominado ‘Batalla por la nación’, el demócrata ha puesto nombre a un conjunto de propuestas entre las que se incluye “asegurar los valores de EEUU como nación de inmigrantes”.

Plantea:

- Acabar con la separación de las familias. Biden promete dar marcha atrás al enjuiciamiento de inmigrantes por infracciones menores, poner fin a las redadas en lugares de trabajo y ubicaciones “sensibles” como hospitales, escuelas o lugares de culto, y dirigir los esfuerzos de las autoridades “hacia las amenazas a la seguridad pública y la seguridad nacional”.

- Detener las políticas de asilo de Trump.

- Terminar con la detención prolongada. Frente a la detención de niños por “tiempo indefinido”, Biden apoya opciones alternativas a la privación de la libertad y respalda programas de acompañamiento de migrantes liderados por organizaciones sin fines de lucro.

- Revertir la “carga pública”. Esta norma permite denegar visados o permisos de residencia a migrantes ante la posibilidad de que requieran recurrir a programas oficiales de ayuda. “Socava el carácter de EEUU como tierra de oportunidades y acogida para todos, no solo para los ricos”, critica el demócrata.

- Restablecer el programa para los dreamers o “soñadores”. El candidato promete su restablecimiento, así como la adopción de medidas adicionales para proteger a las familias de los llamados “soñadores” ante la “cruel y contraproducente” decisión de Trump de terminar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

- Rescindir prohibiciones de viaje. Desde su llegada al poder, Trump ha aprobado varios vetos migratorios. El primero de ellos, justo después de su toma de posesión, contra siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Siria, Somalia, Sudán y el Yemen), y más recientemente, en enero pasado, a ciudadanos de Nigeria, Eritrea, Birmania y Kirguistán, al tiempo que excluyó a Sudán y Tanzania del programa de visados de diversidad.

A cambio, Biden promete:

- Modernizar el sistema de inmigración de modo que abarque no solo a los latinos sino a 1,7 millones de inmigrantes indocumentados de Asia, así como “cientos de miles de Europa, Oriente Medio, África y el Caribe”.

- Una hoja de ruta para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados.

- Cambios en el sistema de visas temporales para personas altamente cualificadas.

- Facilitar la legalización de la situación de trabajadores agrícolas.

- Conservar el sistema de lotería de visas de diversidad.

- Crear una categoría de visas otorgadas a solicitud de los consejos municipales, los condados o ciudades.

- Poner fin a los centros de detención privados y con fines de lucro.

- Restablecer el límite anual de admisión de refugiados a 125.000 desde los 18.000 actuales.

- Abordar la migración junto a los gobiernos de Canadá, El Salvador, Guatemala, Honduras y México, entre otros.

La campaña de Trump llama a la violencia armada “una pandemia de salud pública”, aseguraba.

Biden ha insistido en que prohibirá la fabricación y venta de armas de asalto y cargadores de alta capacidad y exigirá controles de antecedentes penales a todos los compradores de armas.

También pondrá fin a la venta online de armas de fuego y municiones, e incentivará a los estados a invocar leyes de alerta que permitan a la policía confiscar armas temporalmente a personas que puedan ser “potencialmente peligrosas”.

Menos encarcelamientos y más programas de rehabilitación. Biden propone replantear el sistema penal actual, suprimir la pena de muerte que todavía sigue vigente en algunos estados y dar el paso hacia la legalización de la marihuana.

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