El rey Carlos III y su hijo, el príncipe de Gales, Guillermo, han aparecido por sorpresa en los alrededores de la Abadía de Westminster, donde miles de personas hacen cola desde hace horas para entrar a la capilla ardiente de la reina Isabel II, fallecida el pasado jueves 8 de septiembre.
El nuevo monarca ha ido dando la mano uno a uno a las centenares de personas que se agolpaban junto a las vallas para saludar al rey.
Ayer hizo lo propio en Cardiff, Gales, donde el rey puso punto y final a su gira como nuevo soberano del Reino Unido.
Durante su visita, vivió un momento divertido cuando una mujer le regaló un bolígrafo “por si acaso”, recordando el mosqueo que se agarró el monarca cuando se manchó por una pluma que perdía tinta.
La cara del rey, que no respondió y prefirió darse la vuelta, era todo un poema.
El féretro de Isabel II llega a Westminster
A las puertas del palacio Buckingham, todo preparado para despedir a la reina.
El féretro con los restos de la reina ha sido cubierto con la corona de Escocia, la pieza más antigua de Reino Unido, el estandarte real y una corona de dalias y rosas blancas.
Los cuatro hijos de la reina Isabel II —de izquierda a derecha—: el rey Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo.
Tras los hijos de la reina caminaban el príncipe Guillermo y el príncipe Harry, junto a Peter Philips, el hijo de la princesa Ana.
La princesa Ana durante el solemne desfile. La hija de la reina no se ha separado del cuerpo de su madre desde que falleció el pasado jueves.
El rey Carlos III y su hijo Guillermo, desfilando hacia Westminster.
El tercer hijo de la reina Isabel II, el príncipe Andrés, y tras él, el príncipe Harry. Ellos son los dos únicos miembros del cortejo principal que no lucían uniforme militar.
La reina consorte, Camilla, y la princesa de Gales, Kate, han hecho el recorrido desde el palacio de Buckingham hasta el de Westminster en coche.
Soldados del The Life Guard, el regimiento más antiguo del ejército británico, han custodiado el féretro de Isabel II.
Miles de personas han abarrotado las calles de Londres para seguir el desfile y decir adiós a su monarca.
El féretro de Isabel II entra en el palacio de Westminster.
El ataúd de la reina Isabel II llega al Salón de Westminster donde ha quedado instalada la capilla ardiente hasta el lunes 19, cuando se celebrará el funeral de estado.
El ataúd de la reina Isabel II en el salón de Westminster donde se ha instalado la capilla ardiente.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, y los duques de Sussex, Harry y Meghan, en un momento del oficio religioso celebrado por el arzobispo de Canterbury.
La familia real al completo entra en el salón de Westminster donde se ha instalado la capilla ardiente.
El príncipe Harry no ha podido evitar emocionarse en el acto religioso celebrado en honor de su abuela.
Camilla, Kate, Sofía y Meghan durante la celebración del oficio religioso.
La princesa de Gales y la condesa de Wessex, mujer del príncipe Eduardo, dirigen una mirada triste al féretro de la reina.
Harry y Meghan presentan sus respetos ante el féretro de la reina.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, abandonan la capilla ardiente al terminar el oficio religioso.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, abandonan la capilla ardiente al terminar el oficio religioso.
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Los hijos y nietos de la reina saludan al féretro a su paso. El rey Carlos III, la princesa Ana y el príncipe Guillermo, con saludo militar; el príncipe Andrés y Harry, vestidos de civil, inclinan la cabeza en se&ntil...
El féretro con los restos de la reina ha sido cubierto con la corona de Escocia, la pieza más antigua de Reino Unido, el estandarte real y una corona de dalias y rosas blancas.
El tercer hijo de la reina Isabel II, el príncipe Andrés, y tras él, el príncipe Harry. Ellos son los dos únicos miembros del cortejo principal que no lucían uniforme militar.
El ataúd de la reina Isabel II llega al Salón de Westminster donde ha quedado instalada la capilla ardiente hasta el lunes 19, cuando se celebrará el funeral de estado.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, y los duques de Sussex, Harry y Meghan, en un momento del oficio religioso celebrado por el arzobispo de Canterbury.