Estado de emergencia en Kazajistán para contener las protestas contra la subida del gas
El Gobierno ha dimitido en pleno tras unas manifestaciones que han acabado con más de 200 detenidos y 95 policías lesionados.
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha declarado el estado de emergencia para contener las protestas contra la subida de los precios de los combustibles en el país. Una medida excepcional estará en vigor desde este miércoles hasta el 19 de enero en Almaty, la antigua capital del país, y en la región occidental de Mangystau.
En un mensaje a la nación, Kasim-Yomart Tokáyev, ha pedido cordura frente a los llamamientos de quienes quieren dinamitar la estabilidad. “Los llamamientos a atacar edificios civiles y militares son completamente ilegales. Se trata de un delito, y el castigo puede llegar. El Gobierno no caerá, pero queremos confianza mutua y diálogo en lugar de conflicto”, afirmó.
Las protestas estallaron el pasado domingo un día después de que subieran los precios del gas licuado de petróleo y no han cesado a pesar de que el Gobierno prometió volverlos a bajar. Según medios locales, los manifestantes exigen reunirse con el presidente.
Tras esta declaración de emergencia, el presidente ha tenido que hacer frente a la dimisión del Gobierno kazajo. Tokáyev ha designado al viceprimer ministro, Aliján Smaílov, al que calificó de “experimentado economista” y “dirigente cualificado”, como primer ministro en funciones del Gabinete, que continuará cumpliendo su labor hasta la designación de uno nuevo.
El mandatario kazajo agradeció al anterior primer ministro Askar Mamin, quien solicitó hoy la dimisión del Gabinete, por el trabajo realizado durante casi tres años al frente del Gobierno.
“Durante su desempeño, especialmente en tiempo de pandemia, mostró una gran responsabilidad y capacidad de trabajo”, indicó en una reunión con los miembros del Gobierno saliente.
No obstante, Tokáyev responsabilizó directamente al Gobierno de la “difícil situación económico-política y social creada en el país”, y en particular, al Ministerio de Energía, así como a las compañías KazMunayGaz y Kazajgaz, informó el servicio de prensa de la Presidencia.
Las manifestaciones se reanudaron este miércoles, horas después de que las autoridades decretasen el estado de emergencia en la región de Mangystau y en la ciudad de Almaty.
Según informó el Ministerio del Interior, durante las protestas fueron detenidas más de 200 personas por “actos de violencia en contra de los representantes de la ley, vandalismo y ataques contra instituciones estatales” que ocasionaron lesiones a 95 agentes del orden y daños a 37 vehículos de la policía.
En el centro de Almaty, donde un grupo de más de 300 jóvenes lleva a cabo una marcha, la policía ha lanzado una operación de contención y ha detonado varias granadas.
En la ciudad kazaja de Aktobe, en el oeste del país, la policía se negó a reprimir a los manifestantes, informó el portal Orda.kz.
Según los medios locales, frente a la sede del Gobierno local se han concentrado más de 1.000 manifestantes que han encendido fogatas para calentarse, y exigen la comparecencia del “akim” (responsable del Ejecutivo) local.
A fin de frenar el descontento, Tokáyev ordenó implementar la regulación estatal de precios de los productos de primera necesidad, incluyendo el gas licuado, la gasolina y el diesel, por un plazo de 180 días.
Además, impuso un techo al alza de los precios de los servicios comunales por el mismo plazo y planteó la necesidad de estudiar la posibilidad de subsidiar los alquileres de viviendas para los sectores más vulnerables de la población.
Las manifestaciones se desataron desde principios de año después de que el precio del gas licuado se duplicase.