España y la incógnita epidemiológica de la Semana Santa
"A ver qué pasa, de nosotros dependerá que haya cuarta ola u olita", ha explicado Fernando Simón.
“A ver qué pasa en Semana Santa”. La frase de Fernando Simón es el reflejo de la situación de incertidumbre en España. El virus crece desde hace semanas, aún lentamente, pero su futuro, metidos en tiempo de vacaciones, nadie lo puede prever. “De nosotros dependerá que haya cuarta ola o cuarta olita”, explica el doctor.
El presagio es que la actual ‘fase valle’ epidemiológica torne en un crecimiento sostenido en los próximos 7-10 días. “Pero está en nuestras manos controlarlo”, confía ¿o advierte? Simón, que como Carolina Darias insiste en no repetir los “errores” vividos en Navidad por relajar las restricciones antes de tiempo. Más allá de ese plazo, no se atreven con un diagnóstico.
Habla de incertidumbre tras confirmar que España ya roza el riesgo alto, con una incidencia de 149 casos sobre 100.000 habitantes (el límite es 150), aunque Madrid, Navarra y Melilla y Ceuta ya superan el nivel extremo (más de 250 positivos de promedio). Son los peores puntos de una fotografía con muchos matices al alza. Hasta 12 comunidades, ha detallado, ven sus curvas otra vez apuntar hacia arriba. Desde el fin de semana se han sumado 15.501 positivos, el peor dato en cuatro semanas (sin contar la del puente de San José por ser un día más).
Desde entonces, Sanidad venía advirtiendo de un “cambio de tendencia” a peor. Sin embargo, y a pesar del crecimiento de varios indicadores, ministerio y las comunidades descartaron nuevas restricciones para blindarse por Semana Santa. El plan de marzo se mantiene en el confinamiento autonómico y un toque de queda nocturno, con una única variación, la recomendación de cerrar el interior de bares en territorios con una incidencia superior a 150 casos en 14 días.
Con los datos del 29 de marzo esto supondría cerrar en siete regiones (País Vasco, Cataluña y Asturias, además de las cuatro en situación extrema). Darias habla de un “plan de mínimos” que podría endurecerse si la situación empeora. Pero es solo una recomendación y, por ahora, nadie da un paso más allá.
Lo bueno, en palabras del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), es que “cada semana que pasa es una semana que ganamos a la pandemia” por el efecto de la vacuna.
Letalidad “controlada” por los efectos de la vacuna
La previsión del director del CCAES, aunque no llega a optimista, tampoco rezuma el pesimismo de otros análisis. La letalidad del virus en la futurible cuarta “ola u olita” no debería de ser alta, al estar inmunizada buena parte de la población de mayor riesgo (ancianos y trabajadores esenciales). A Lunes Santo, ya son 2,6 los millones de inmunizados con las dos dosis y casi 7,6 millones los viales administrados.
Con la decisión de retomar la vacuna de AstraZeneca se ha reactivado la ‘curva’ de vacunados en España. El Gobierno cuenta con incluir en unos días un cuarto medicamento, el de Janssen, el único de una sola dosis. El Ministerio espera que se triplique entonces el ritmo de vacunación, lo que podría acercar el objetivo de un 70% de inmunizados adultos para el verano planteado por la UE.
Junto con la baja letalidad, el otro factor que mejor evoluciona es el de la ocupación hospitalaria. Apenas un 6,52% de las camas en planta están reservadas a pacientes con covid y en las UCI la tasa es del triple, un 18,76%. “Demasiado alto para una sola enfermedad, pero mucho mejor que hace semanas”, remarca Simón, que ha venido informado de porcentajes cercanos al 50% en cuidados intensivos, al límite del temido colapso sanitario.
El riesgo viene (también) de fuera
Pero de puertas afuera la preocupación se hace más evidente. La situación en Francia se agrava, con los hospitales cada vez más llenos y poblados de pacientes jóvenes, una de las razones por las que anunció el confinamiento un mes de 23 millones de personas. Alemania, tras un baile de medidas, amenaza con restricciones masivas de movimientos de no mejorar el panorama.
“En los países vecinos están peor que nosotros. Francia tiene una incidencia superior a 600; Italia, de 500; en Alemania están en 227... Solo Reino Unido y Portugal bajan, aunque cada vez más lentamente”, expone Simón.
Por eso habla de “preocupación, sin exageraciones, por la llegada de turistas en los últimos días” a Madrid, Baleares y otros puntos. “El riesgo no es mayor por ser franceses, ingleses o españoles si cumplen las normas una vez aquí, pero si no las cumplen es lógico inquietarse”, ha comentado.
Más lejos, EEUU sigue a la cabeza de víctimas y tragedias por la pandemia. “Sé que quieren que esto termine. Estamos casi ahí, pero aún no. Así que les pido que aguanten un poco más”, confesaba este lunes la directora del Centro para la Detección y Control de Enfermedades estadounidense, Rochelle Walensky, al borde las lágrimas. Tal es la situación de un país que supera los 30 millones de casos y roza los 550.000 muertos.
Más calmado, Fernando Simón lo tiene claro. De cómo se despeje la incógnita de la Semana Santa puede depender el futuro sanitario en España.