España se incorpora al proyecto franco-alemán para un futuro caza europeo
Es el “programa de la aviación militar más decisivo para las próximas décadas”, que podría dejar además empleos en nuestro país por la construcción y el ensamblaje.
España se ha incorporado formalmente este lunes al proyecto franco-alemán, en el que están implicados Airbus y Dassault, para un futuro caza europeo que en el horizonte de 2040 vendría a sustituir al Eurofighter y al Rafale de esos dos fabricantes.
La entrada de España la concretó la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, con un acto de firma en el Salón Aeronáutico de Le Bourget, al norte de París, junto a sus homólogas de Francia, Florence Parly, y Alemania, Ursula Von der Leyden, y en presencia del presidente francés, Emmanuel Macron.
En declaraciones a la prensa, Robles subrayó “el compromiso de España de ser un socio y un aliado fiable y serio con liderazgo en un proyecto tan importante que va a suponer un cambio fundamental desde todos los puntos de vista: desde el de las Fuerzas Armadas y también de la industria española”.
Las ministras rubricaron un acuerdo marco para el denominado Futuro Sistema de Combate Aéreo (NGWS/FCAS), que establece el programa de trabajo hasta 2030 y que incluirá en particular la construcción de demostradores.
También estipula un primer contrato de dos años por 65 millones de euros para los dos socios industriales, Airbus y Dassault, que deberán determinar la arquitectura y el concepto de este caza, del que se descubrió una primera maqueta en Le Bourget.
Todo ello es la consecuencia de una carta de intenciones que las tres ministras acordaron el pasado 14 de febrero y que, según el Ministerio español de Defensa, supone el inicio de las negociaciones para la integración de la industria española en las actividades de investigación y desarrollo (I+D) y en los demostradores.
Un tercio del proyecto
Preguntado sobre cuál será su participación, el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, respondió que “la aspiración de España” es tener un 33,3 %, “a partes iguales con Francia y Alemania”. Olivares precisó que “otra cuestión diferente serán los programas de ensamblaje y de construcción” de esos aviones de combate, algo que se decidirá en 2026.
Hasta la fabricación propiamente dicha, el programa supondrá en conjunto en torno a unos 8.000 millones de euros de aquí a 2030.
Según el Elíseo, el futuro caza es una pieza clave para “la soberanía europea” en el terreno de la defensa frente a la fuerte competencia de Estados Unidos.
El problema es que en Europa el FCAS tiene otro competidor, el Tempest de la británica BAE Systems y la italiana Leonardo. Dos empresas que, paradójicamente, forman parte del Eurofighter junto a Airbus.
Precisamente, Airbus dio la bienvenida a España al programa del futuro caza, que calificó como “el programa de la aviación militar más decisivo de Europa para las próximas décadas”.
En un comunicado, el responsable de Aviación Militar dentro de Airbus Defensa y Espacio, Alberto Gutiérrez, señaló que la integración española es “un paso adelante creíble hacia la prevista europeización del FCAS”.
“No sólo es España uno de los países fundadores, sino también un bastión industrial para las aeronaves militares en nuestra compañía. El país es un colaborador clave a las capacidades de defensa europeas así como un socio experto y fiable en programas conjuntos de defensa”, señaló.