España está que arde: cómo será el "episodio de calor extremo" y cómo sobrellevarlo
"Estamos mediáticamente afectados por la cúpula de Estados Unidos y Canadá, pero no tiene nada que ver con esto", explican los meteorólogos.
La AEMET ya lo ha avisado: comienza la escalada de temperaturas, y no vendrán acompañadas de brisas agradables. Este fin de semana, una masa de aire africana llegará a la Península y elevará los termómetros hasta valores insufribles. Andalucía, Madrid, el sur de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia se llevarán la peor parte.
Sin embargo, hay motivos más que suficientes para que no cunda el pánico, aunque haya quien ya tenga activadas las alarmas porque “estamos mediáticamente afectados por la ola de calor extrema de Estados Unidos y Canadá”, explica el meteorólogo Francisco Martín León (Meteored).
En el norte del continente americano, las temperaturas de hasta 50 grados han sido mortales, y han dejado varios centenares de víctimas en Canadá y Estados Unidos. Se le ha denominado “cúpula de calor”. El científico insiste: “No tiene nada que ver. La de Canadá es extraordinaria, histórica y mortal debido a unas circunstancias muy especiales”. En España, en cambio, la latitud es inferior y el país está situado al norte del desierto más cálido y grande del mundo, el Sahara, de manera que es propenso a sufrir olas de calor.
De hecho, apunta, lo que se nos viene encima no es una ola de calor, sino “un episodio de calor extremo durante tres días, con cifras que no superan los parámetros de la AEMET para definirlo como ola de calor”, indica.
Por tanto, tres días seguidos con temperaturas muy altas que afectan a una zona amplia del país no es más que un episodio, como tantos otros del verano, porque por obvio que parezca hay que subrayar que “entramos en el periodo mas cálido del año”. Basta con echar un ojo al mapa elaborado por los expertos de Meteored, que han tenido que ampliar la escala para poder abarcar las temperaturas previstas:
El ascenso arranca este viernes, acompañado por lluvias débiles en el litoral mediterráneo andaluz, puntualmente en la costa oriental peninsular, en Galicia y las regiones cantábricas. La primera comunidad que se enfrentará a ello será Andalucía, en su mitad occidental, donde se pueden alcanzar los 40ºC.
El sábado irá a más: temperaturas por encima de los 35ºC en el interior peninsular y los 40ºC en áreas de Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura, con cielos despejados en general —una estabilidad aliada de la masa de aire africana—, tormentas en el Pirineo catalán y calima en Melilla y en la costa andaluza.
El calor sofocante tampoco dará un respiro el domingo, cuando la calima se mantendrá en el tercio sur y en el este de la península y las ciudades más afectadas tendrán mínimas superiores a los 25ºC. “Ojo con las mínimas, a ver si podemos dormir”, advierte Francisco Martín. Esa noche alcanzarán su punto más álgido.
Con todo ello, si lo del fin de semana parece de infarto, lo que se espera el lunes es de récord. Ascensos en el centro y Andalucía y valores de 45ºC en el este peninsular, donde la palma se la llevará Murcia, que podrá superar la cifra. No se alcanzaban estos valores desde olas como la de agosto de 2003, julio de 2017 o junio de 2019. El martes, en principio, comenzará el descenso.
Esta vez pronunciar “esto no es normal” no es un decir. Las temperaturas estarán entre ocho y doce grados por encima de lo habitual, “por tanto, no, no es normal, pero tampoco es raro. Si en Sevilla suelen estar a 35ºC, podrán encontrarse con 45 o más”, indica Francisco Martín.
Por qué ocurre
Según el meteorólogo, no es extraño que ocurra en prácticamente todos los valles porque se estanca el aire, es decir, Extremadura, Andalucía y el Valle del Ebro. Lo de Murcia y Alicante es otro cantar, porque a esa efectiva insolación donde “corre poco el aire, ya que Murcia y Alicante tienen zonas que focalizan estos valores tan altos, se suma la lengua de aire cálido africana, que está sobre esa zona. Es decir, el es conjunto de las características geográficas y el origen de la masa de aire”, añade. O lo que es lo mismo: tiempo anticiclónico, baja térmica peninsular, aire africano muy cálido y fuerte insolación diurna. Esa es la ecuación al completo.
Por su parte, su compañero Víctor González indica que “es difícil que España alcance los 50ºC, pero no imposible”. Porque si hay tres factores que coinciden, se puede batir el récord de las máximas.
1. Una potente dorsal africana en altura
La presencia de una masa de aire procedente del Sahara —suficientemente estable como para llevar el calor a la superficie—, que puede bloquear además las masas de aire procedentes del Atlántico.
2. Máxima irradiación solar y calor en continentes y océano
Llegamos al período más propenso para que se dé esta situación, el mes de julio y la primera quincena de agosto, debido al calor acumulado tras el solsticio.
3. Las brisas suavizan las temperaturas
Así es, las brisas marinas suavizan las temperaturas, pero, en verano, las brisas aumentan su propia temperatura cuando superan las cordilleras. Así ocurre en la vertiente mediterránea con las corrientes del oeste.
Respecto a si este calor responde o no al calentamiento global, José Miguel Viñas, de Meteored, explica que “aunque las olas de calor ya se producían antes de que el calentamiento global se empezara a manifestar, en el marco climático actual tanto su frecuencia como su magnitud están aumentando. Las anomalías cálidas dominan claramente sobre las frías y están asociadas en muchos casos a episodios de calor extremo como el que tendremos”.
¿Será un episodio aislado?
Según Francisco Martín, en general el verano de 2021 va a ser más cálido de lo habitual, pero es imposible prever olas de calor a más de 8 días: ”¿Habrá ola de calor en agosto? Probablemente sí, pero no se sabe con qué intensidad”.
En definitiva, “tenemos África muy cerca. África estornuda y nos llega de resoplido”, detalla, porque la Península es “un pequeño continente en verano”. Pero, una vez más recuerda que “no va a existir esa cúpula térmica sobre España”.
Consejos para sobrellevarlo
Lo primero y lo más básico es evitar una exposición prolongada al sol durante las horas solares de mayor intensidad. Aunque si fuese necesario, “hay que hidratarse con frecuencia, sin esperar a que nos dé sed, porque ese es uno de los primeros síntomas de la deshidratación”, explica Sergio Nieto, médico de Urgencias de la UME y del Hospital Virgen de la Arrixaca (Murcia).
Nieto incide también en la importancia de tener una botella de agua siempre a mano, “está demostrado que es útil visualizarla para recordar beber de manera periódica”.
Por supuesto, no hay que olvidar la protección solar, tanto por el peligro de la deshidratación como por los riesgos nocivos del sol, así como vestir ropa cómoda, clara y holgada, de tejidos como el algodón, y utilizar sombrero o gorra y gafas de protección.
Para quienes tengan que estar expuestos por el trabajo, “es importante que no estén solos o que alguien sepa dónde se encuentran, por si sufre una patología por calor en un nivel más grave”, indica el médico.
La patología por calor, explica, “engloba todo, son como los niveles”: “Deshidratación, agotamiento, calambres, sensación de sed... El golpe del calor es un estado más avanzado”. Además, hay patologías muy graves “que pueden poner en riesgo la vida de una persona. Un paciente vulnerable puede llegar al coma”, subraya el médico de la UME.
En ese sentido, detalla, existen “síntomas premonitorios iniciales como la sed, no orinar de manera frecuente o que la orina sea muy concentrada, dado que el riñón es uno de los órganos más sensibles a la deshidratación”. En el caso de que se detecten síntomas leves, es importante hidratarse y buscar un espacio fresco. “Si los síntomas son graves, como cefalea o confusión, hay que llamar al 112″, recomienda Sergio Nieto.
El médico sugiere que si se está en un ámbito con compañeros de trabajo se tome la iniciativa de recordar que todos beban agua y hagan descansos periódicos. De la misma forma pide que nadie se olvide de “las personas con especial sensibilidad, como ancianos, niños o gente con patologías de déficit mental, ya que no tienen tanta concienciación”.
Para conseguir conciliar el sueño en noches tan calurosas, los expertos recomiendan ventilar la habitación en las primeras horas del día y luego aislar el cuarto y mantenerlo en la sombra bajando las persianas; limitar el tiempo de la siesta; humedecer las sábanas en el congelador media hora antes de dormir; darse una ducha antes de irse a la cama sin que el agua esté demasiado fría —para no aumentar el gasto energético y que no suba la temperatura corporal— y dejar pasar dos horas desde la cena hasta el momento de acostarse.