España jugará otra final del Mundial de Baloncesto tras un partido épico ante Australia (95-88)
Marc Gasol lidera la victoria tras dos prórrogas de los de Scariolo, que jugarán el domingo por el título.
Nadie daba un duro por ellos. Ni antes del Mundial ni durante gran parte de este partido. Nadie salvo ellos. Y han demostrado una capacidad de lucha extraordinaria, superando desventajas que parecían insalvables y volverán a luchar por lo más grande.
La selección española de baloncesto estará el domingo en la final del Mundial de Baloncesto de China tras un partido heroico ante Australia que tuvo que resolverse en dos prórrogas (95-88).
Los australianos eran un rival durísimo, un auténtico equipazo, uno de los favoritos antes y durante el torneo. Con jugadores que en la NBA no están entre los más grandes, pero que han demostrado ser estrellas mundiales.
Mills (34 puntos) lideró a los australianos en un encuentro que comenzó muy igualado, con España siempre remando por detrás y que comenzó a decantarse por los rivales de España en el segundo cuarto, cuando lograron superar a los de Scariolo por 8 puntos.
Muy mal en el rebote defensivo
España sufría en el aspecto que ya señaló Scariolo antes del torneo: el rebote defensivo.
Los australianos disfrutaban de muchas segundas oportunidades y anotaban con facilidad. A España, sin embargo, le costaba un mundo hacer canasta. Malos porcentajes de tiro, especialmente desde la línea de tres, hicieron que los rivales gozaran de una cómoda ventaja durante casi todo el encuentro.
Al menos, al descanso España sólo perdía por cinco puntos (32-37).
Los de Scariolo parecían haber reaccionado tras el descanso, con una buena defensa de los hombres ‘bajitos’, que acercaron al equipo a tres puntos.
Pero fue tan sólo un espejismo, ya que los australianos ampliaron la ventaja a diez puntos, castigando la falta de rotundidad de España bajo el aro.
Sin embargo, los rivales dejaron viva a la selección española y, a final del tercer cuarto, España sólo perdía por cuatro puntos.
Gasol, decisivo
Y llegó el último cuarto, en el que los de Scariolo lograron remontar una desventaja de 8 puntos gracias a un excelso Marc Gasol (33 puntos), que se echó el equipo a las espaldas anotando por dentro y por fuera. Parcial de 10-4 y España que lograba ponerse a un punto a un minuto y medio para el final.
Un final agónico en el que España se llegó a poner por delante y en el que Mills tuvo dos tiros para ganar, pero falló uno y dejó las cosas en empate (71-71). A la prórroga.
En el tiempo extra, España tomó el mando hasta que quedaron 14 segundos para el pitido final. Mills adelantó a Australia y Gasol tuvo la responsabilidad de poner la igualada desde la línea de tiros libres. 80-80 y otra prórroga por delante.
Aquí ya no perdonó España. Mejorando en el tiro y en la defensa, cerrando los rebotes defensivos y metiendo intensidad en la zona, los de Scariolo se pusieron con 8 puntos de ventaja.
Una ventaja que ya no pudo ser recortada por los australianos, que perecieron por 95-88 y que tendrán que ver por la tele cómo España luchará por su segundo Mundial para seguir agrandando su leyenda.