De aspirante a "todo" a incógnita: el reto de España en la Eurocopa
Las lesiones de Alexia y Hermoso, sus dos estrellas, obligan a 'La Roja' a recomponerse de urgencia en un momento crítico. Aún así, las expertas confían en la fuerza del bloque.
A última hora del martes, los whatsapps vuelan. ”¿Lo has leído?”. “Vaya palo”. “Terrorífico”. Quedan menos de 72 horas para el debut de España y los lamentos llegan desde el interior mismo de la selección: Alexia Putellas, la capitana, líder y mejor jugadora del mundo, se ha roto el cruzado anterior. Adiós a la Eurocopa (y a muchos meses de temporada). No es solo ella, semanas atrás el equipo se quedó sin segundo gran pilar, la goleadora Jenni Hermoso.
Las peores noticias en el peor momento, cuando ‘La Roja’ aparecía por primera vez como aspirante a “todo” en una gran competición. El balón ha empezado a rodar ya en Inglaterra y a España le toca cambiar el paso, obligada por el infortunio; este viernes arranca su camino, ante Finlandia, y ya no hay lugar para lamentos.
“Si al perder a Jenni Hermoso bajamos un escalón, sin Alexia nos quitamos ya el cartel de favoritas”, comenta preocupada a El HuffPost Andrea Segura, periodista de Atresmedia y voz del fútbol femenino en DAZN. “Justo ahora, que el fútbol femenino español llegaba como un tiro a esta Eurocopa, perdemos a las dos mejores”, se lamenta Mayca Jiménez, periodista de Relevo y autora de Yo también quiero jugar al fútbol. Con todo, ella es algo más optimista que su colega y que buena parte del sector: “La selección sigue teniendo un gran equipo y yo no la descolgaría del top-5 de favoritas en esta Euro”.
Las quinielas se mueven en las direcciones de casi siempre: Países Bajos, Alemania, Suecia o Inglaterra. Los grandes nombres de una cita que debe suponer un nuevo hito en el fútbol femenino, con audiencias y aforos cada vez mayores, como se vio en el Camp Nou hace semanas, con dos nuevos récords de asistencia. En ese interés social creciente, la irrupción de España era el espaldarazo definitivo, con un gran mercado detrás. Ahora, sin sus dos grandes estrellas, a la selección de Vilda le toca agarrarse al bloque como argumento. En su entrevista con El HuffPost, hablaba del “mejor equipo de nuestra historia”, haciendo hincapié en la palabra ‘equipo’. “Nuestra filosofía y forma de jugar está por encima de los sistemas y de las jugadoras”, añade días después, aún bajo el shock de “lo de Alexia”.
¿Es posible creer en una reconstrucción exprés de un equipo tan ligado a la Balón de Oro y The Best y a su ‘número dos’? “Es que no queda otra que levantarse”, retoma Segura, que pone varios nombres sobre la mesa: “Creo que Aitana Bonmatí y las centrales Mapi (León) e Irene Paredes tendrán que echarse el equipo a las espaldas”. “Al quitarnos el cartel de favoritas que en este momento ya no tenemos, quizás España se sienta más libre de jugar y pueda sacar su mejor versión”, apunta con un tono de voz algo más encendido.
Aquí sí coincide con Mayca. Esta asume que “el puesto de Alexia es difícil (imposible, diría) de cubrir, por su valor determinante tanto en el juego como en el liderazgo del vestuario”, pero también que hay vida más allá. “Nivel para salvar el contratiempo hay e incluso puede que al equipo le venga ‘mejor’ perder esa presión de grandes favoritas. Hay que mantener la ilusión porque tenemos equipo para hacer algo grande”.
El camino comienza ya. Este viernes, ‘La Roja’ abre su torneo ante Finlandia (18:00, en La1 de TVE). Empezar ganando es obligado, no solo en lo moral sino en lo matemático. Después llegarán cotas más altas: el martes 12 espera Alemania, favorita a todo. Y el sábado 16, Dinamarca, actual subcampeona. Si se pasa el corte, en cuartos previsiblemente esperarían Noruega o la anfitriona, Inglaterra. Un reto mayúsculo.
La (r)evolución del fútbol femenino
Pase lo que pase en Inglaterra, la sola presencia de España como aspirante al torneo antes de su plaga de lesiones, ha supuesto un antes y un después. “Hemos tenido tan poquito hasta ahora, que en cuanto nos han dado motivo ya soñamos en grande, como reza el hashtag de la selección”, razona Andrea Segura.
Si este previo hubiera salida hace una semana el tono hubiera sido muy diferente. Se hablaría de cómo el seleccionar llevaba tiempo pidiendo “cautela” ante la “exigencia desmesurada”. Obviando lo sucedido con Putellas y Hermoso, para Andrea Segura “Vilda tiene razón, aún no hemos ganado nada, pero hemos dado un cambio tan radical que se entiende esa ilusión. Hemos pasado de considerar un logro llegar a las fases finales a vernos ahí”. Planteaba un top-5 que, pese a todo, aún mantiene su compañera Mayca Jiménez.
Ese crecimiento huye de un cliché: ni es un milagro ni tiene que ver con la suerte. Tiene mucha más relación con una sencilla fórmula expresada por Mayca: “Las jugadoras hoy se empiezan a dedicar 100% al fútbol y por eso rinden un 100%. Ya no tienen que ser jugadoras y abogadas en el día a día”. Inversión que se nota en sus propias vidas, pero también en cuestiones esenciales para un deportista. “Hace no tanto, no había preparadores de porteras, no había fisioterapeutas, no había dietistas...”, añade.
“Cuando das las herramientas, los recursos, la atención debida las jugadoras evolucionan. Pero no todo es tan sencillo como invertir más fondos, hay que darle mérito a las futbolistas de esta generación, que han sabido evolucionar muy rápido y situarse en los niveles más altos”, matiza Andrea Segura. Un cambio “bestial” en lo técnico, lo físico y lo táctico, sobre el que profundiza el seleccionador, Jorge Vilda.
“La de hoy sin duda es la mejor selección de nuestra historia, pero espero que la del año que viene sea mejor”. Ese es el reto y para ello se trabaja, como detalla. “La generación sub-15 que viene con España ya no tiene nada que ver: su educación deportiva, su formación futbolística, su morfología... Contamos con jugadoras adolescentes que ya disponen de nutricionistas, fisios... Cuando se ve el nivel al que juegan es también porque detrás hay un gran trabajo”.
Un trabajo y un bloque, al que ahora se agarra el fútbol femenino español para lograr el más difícil todavía en Inglaterra.