España e Italia sellan su alianza para lograr una respuesta económica contundente de Europa
Sánchez y Conte escenifican la intención de ambos países de ser "osados" para que no se "rompa el mercado único".
El coronavirus ha engrasado la relación entre España e Italia. Ambos países, que llevan seis años sin celebrar una cumbre bilateral, han sellado este miércoles en Madrid su alianza para lograr una respuesta económica contundente de Europa a la crisis desatada por la pandemia.
El presidente Pedro Sánchez y el primer ministro Giuseppe Conte, quienes también se han encontrado días antes con el portugués Antonio Costa, se han reunido en Moncloa y han lanzado un mensaje contundente a los socios europeos más reticentes a abrir sin contraprestaciones la puerta del fondo de 750.000 millones pactado por Alemania y Francia: sin solidaridad el mercado único se rompe y toda Europa sufrirá y perderá competitividad en el mundo.
Ambos dirigentes han querido dejar claro a los países llamados frugales —Holanda, Dinamarca y Suecia—, partidarios de una fuerte condicionalidad al fondo de recuperación, que la crisis económica provocada por la Covid-19 romperá el equilibrio entre las economías europeas.
“La trágica experiencia del coronavirus ha unido más a nuestros países y nos ha dicho que hay que trabajar juntos en sintonía para relanzamiento de nuestras sociedades y nuestra economía”, ha reseñado el primer ministro italiano, quien ha empezado su intervención transmitiendo el pésame de Italia a las víctimas españolas de la epidemia.
“Europa fue la respuesta a la gran crisis tras la Segunda Guerra Mundial y Europa debe ser la respuesta a la gran crisis de la pandemia”, ha asegurado Sánchez. El presidente español planea rematar su actividad diplomática con encuentros con la canciller alemana Angela Merkel y con los primeros ministros de Suecia y Holanda, Stefan Löfven y Mark Rutte respectivamente, antes de que los 27 socios comunitarios intenten cerrar el acuerdo sobre el fondo.
“Tenemos que enviar un mensaje fuerte. No podemos ser demasiado cautos, sino osados, es la única manera de defender el interés de todos. Cuando hablamos del interés común no nos referimos al de Italia o al de España, sino a la defensa del mercado único. Europa sería menos competitiva a nivel mundial si se rompen todas las cadenas económicas”, ha explicado Conte.
Tanto Conte como Sánchez han incidido en comparar el plan de reactivación económica de Bruselas para paliar los efectos del virus en la economía con grandes hitos de la Unión, como su propia fundación o el nacimiento del euro. “Estamos hablando de un paso inédito en la construcción de este proyecto común que es Europa”, ha dicho Sánchez.
Sánchez ha lamentado la ausencia de encuentros entre España e Italia al máximo nivel, provocada por la creciente competencia entre ambos países para erigirse como altavoz del Mediterráneo en Bruselas. Y, por eso, ha emplazado a Conte a celebrar un encuentro bilateral este año “si la pandemia lo permite”.
“No ha habido estos años traslación de la afinidad de nuestras sociedades a la política y es voluntad reforzar nuestras relaciones. Llevamos desde 2014 sin hacer una cumbre bilateral. Esperemos celebrar una cumbre bilateral entre gobiernos antes de que acabe el año”, ha comentado Sánchez.
Conte ha agradecido a Sánchez su “calurosa bienvenida”. Y ha asegurado que la experiencia del virus “va a permanecer en la historia común” de ambos países. Para Conte, España e Italia están desde ya unidas en la tristeza. “Pero no solo en la tristeza, también en el corage con el que hay que afrontar este desafío histórico”, ha lanzado Conte.
Sí hay condicionalidad
Ambos dirigentes han apremiado a sus socios europeos a alcanzar este mes de julio “sí o sí”, en palabras de Sánchez, un acuerdo para liberar el fondo. En caso de que se llegue a ese pacto, el dinero europeo comenzaría a llegar en enero del año que viene. Antes, en otoño, los países que acudan a él deberán remitir a las instituciones europeas un memorándum en el que expliquen cómo van a invertir el dinero europeo.
La mayoría del fondo europeo, del que España se puede recibir cerca de 140.000 millones, está supeditado a inversiones para digitalizar la economía y para lograr una transición energética y ecológica justa, en línea con los planes estratégicos de la Comisión Europea encabezada por la conservadora alemana Ursula Von der Layen.
El fondo de reconstrucción está anclado al presupuesto común de la UE, con máxima calificación de solvencia en los mercados, algo que no aumentará los intereses de financiación a los países con menor nota crediticia, como la propia Italia o España.