¿Eres parte del problema o de la solución?
Si existe el lado de los buenos y el lado de los malos, estoy seguro de que si en cualquier momento de la historia y en cualquier rincón del planeta parásemos a un ser humano para preguntarle en qué bando se encuentra, casi todos dirían «El bando bueno es aquél en el que yo me encuentro. Ellos son los malos». Lo más curioso es que si habláramos con el bando opuesto, la respuesta sería exactamente la misma.
Dado que todos consideramos que somos parte de la solución y nadie parte del problema, con este Peldaño buscaré disfrazarme de rey Salomón para ayudar a resolver la duda y saber cuál de los bandos tiene razón de forma fehaciente.
Cada vez que te quejas sin hacer nada al respecto de aquello de lo que te quejas, cada vez que no votas y luego te lamentas de los políticos elegidos, cada vez que repruebas algo sin dar alternativas, cada vez que reprochas sin aportar ideas, cada vez que frenas iniciativas no tomando las tuyas ni apoyando las de otros, cada vez que no te pronuncias ante un problema, cada vez que lo ves y lo ignoras, cada vez que esperas a que sea otro el primero en resolverlo, cada vez que buscas apagar el fuego con gasolina y acabas haciéndolo más grande... estás siendo parte del problema.
En cambio, eres parte de la solución cada vez que en cuanto tienes delante un problema que afecta a muchos, lo primero que piensas no es «¿cuándo se pondrán a resolverlo?», sino «¿cuándo me pondré a resolverlo?»; no «deberían resolverlo otros», sino «voy a resolverlo yo».
Ser parte de la solución consiste en contribuir a su consecución, bien creándola o bien apoyando a aquellos que la crean.
Quizá sea bueno para cada uno de nosotros pensar en qué lado se encuentra nuestro país y, más importante, en qué lado dentro de él estamos cada uno de nosotros. El colectivo que critica son aquellos que toman el éxito tuyo como una amenaza para ellos. Ven que tu lado de la balanza es el que está alzado y en lugar de tratar de equilibrarla subiendo el suyo, la intentan equilibrar bajando el tuyo. Entienden erróneamente que si tu vida empeora, automáticamente la de ellos mejora.
Es el grupo de los odiadores (parte del problema).
No sólo no corrigen el problema, sino que lo perpetúan.
Nadie se considera miembro de este grupo, pero «ojo», cada vez que hacemos una crítica destructiva a la iniciativa de alguien, sin cuidado, sin empatía, sin análisis y sin sugerir soluciones, hemos pisado su tobogán de entrada, con el peligro que eso conlleva.
El segundo grupo no sólo no ve el éxito ajeno como una amenaza, sino que se da cuenta de que apoyar la iniciativa de uno es fomentar un futuro mejor para nosotros, ya que de la iniciativa de ése nos beneficiamos todos.
Es el grupo de los alentadores (parte de la solución).
Cuando tienen ante sí el trabajo y la iniciativa de alguien, no piensan en a qué áreas pueden sacarle punta, sino en las horas de trabajo que les habrá costado llegar hasta ahí y el mérito que eso tiene. No qué pueden criticar, sino qué pueden aplaudir. Este grupo tiene como lema el siguiente: «Apoya la iniciativa primero. Cuestiónala después».
Una lección que 8Belts como empresa me ha enseñado es a no permitir que ningún miembro del 8Team me presente un problema sin traer consigo dos posibles soluciones. Puede que las usemos o puede que no, pero al menos estaré consiguiendo que no sean parte del problema, sino parte de la solución.