Carla Antonelli: "Un hombre nos viola donde le da la gana, no cambia la documentación"
La exdiputada de la Asamblea de Madrid y activista trans reflexiona sobre la ley trans y los debates que se han creado en torno a ella.
Carla Antonelli (Tenerife, 1959) está de paso por su casa de Madrid. Últimamente no para de viajar por España acudiendo a diferentes actos. No es raro: es el mes del Orgullo LGTBI, se acaba de dar luz verde a la ley trans en el Consejo de Ministros y ella es, desde hace tiempo, una conocida activista, además de la primera mujer trans en acceder a un cargo de representación parlamentaria en España.
Se fue de su casa con 17 años, vivió los coletazos de la dictadura franquista y el posfranquismo, incluida la ley que perseguía a homosexuales y transexuales. Hoy se alegra y celebra la luz verde a la ley trans en el Consejo de Ministros, después de tener momentos en los que ha “llorado de dolor” durante el último año. “Ha sido indecente”, explica a El HuffPost. No puede evitar preguntarse si “para este viaje hacían falta tantas alforjas”. Pero ahora está contenta porque “la luz se abre camino frente a cualquier tipo de oscuridad”.
No ha llorado por ella -“mi identidad no me la tumba nadie”- , sino por “los niños, las niñas y les niñes que crecen, se forman y están en la edad en la que les afecta todo el entorno”. “Pues a una persona trans le afecta mucho más porque la sociedad no está aún formada ni preparada”, lamenta.
Y es que, durante los últimos meses, el debate sobre la autodeterminación de género y las identidades trans ha estado muy presente en redes sociales. “Parece que nos hemos convertido para algunas personas en el origen de todos los males, en un peligro público para la seguridad jurídica, como dijo alguien”, cuenta Antonelli. “Además, dentro de toda esta historia ha habido mucha misoginia porque la mayoría de las flechas caían solo sobre las mujeres trans”, apunta.
De hecho, el fin de semana pasado se convocaron manifestaciones en varias ciudades en contra de la ley trans que el Gobierno ha llevado al Consejo de Ministros. Pero Antonelli le resta importancia: “A la vista de todos se ha demostrado que en estas concentraciones contra el mal llamado ‘borrado de mujeres’, que debería llamarse borrado de mujeres trans, al final no eran más de 30, 40 ó 50″. ”¿Realmente piensan esto que defienden?”, se pregunta, recordando que hace dos años “el Congreso aprobó prácticamente por unanimidad una ponencia de ley registrada por el PSOE para la reforma de la ley trans” y entonces nadie “levantó la voz”.
Ella, que en 2007 participó en una huelga de hambre contra el Gobierno de su propio partido, el de José Luis Rodríguez Zapatero (y con el que ahora tiene una relación “inmensa”) lamenta que 14 años después “regresen los prejuicios”, pero le llama la atención una diferencia respecto al pasado: “Ya no viene sólo de la ultraderecha, sino de personas que se autodenominan progresistas o feministas”. Señala entre ellas a la socialista Ángeles Álvarez, que en su día fue firmante de esta ponencia a favor de reformar la ley y hoy “encabeza el movimiento del borrado de las mujeres”: ”¿Cuándo mintió? ¿Ahora? ¿Hace dos años? ¿Siempre?”, se pregunta Carla Antonelli.
″¿Cómo es posible que alguien haya pensado por un minuto que “hombres” vayan a cambiar de sexo para entrar a los baños para poder violar a mujeres?. Qué barbaridad. Mira, un hombre cuando nos quiere violar o abusar lo hace donde le da la gana. No va a cambiar la documentación del banco, del registro civil, de los papeles, la partida de nacimiento, el DNI, el pasaporte.., ¿saben el trámite que se tiene que hacer para la documentación? Pues este discurso ha cuajado, aunque parezca increíble”, se lamenta.
“Así se crea un estigma y la señalización a todo un colectivo”, asegura Antonelli.“Y de las palizas no son sólo culpables quienes nos ponen la mano encima o quienes nos vejan por la calle. Tienen la misma culpa quienes incitan a ese odio, incluso detrás de los ordenadores”, sostiene.
“La razón y el tiempo serán los encargados de desdibujar y quitarle el velo a la mentira y encontraremos lo que hay debajo”, dice Carla, que recuerda que “en Argentina llevan nueve años con una legislación parecida y no ha pasado nada”. Rechaza, además, “que se use un caso singular para hablar de lo global”, porque “eso es lo que hace el machismo y el patriarcado contra las mujeres para desacreditar el feminismo con las denuncias falsas”. Y hace una reflexión: ”¿Por diez o cien denuncias falsas entre miles y miles denuncias verdaderas vamos a derogar la violencia de género?”.
Aunque algunas de las críticas a la ley han venido de personas de su propio partido, Carla Antonelli sabe que es del PSOE de los pies a la cabeza.“Del PSOE del 39 Congreso, del que votó que se hicieran ley integrales de transexualidad en las comunidades autónomas... Mi PSOE es ese y el de tantas mujeres que no se han sumado a esta historia”, asegura. Y matiza que el rechazo a la ley no viene únicamente de su partido: “También por parte del Partido Feminista, de sectores de Podemos...”.
Pero cree que “todo este calvario se convertirá en redención y el tiempo dibujará la fotografía fija de lo que ha sucedido y de quienes hemos estado ahí desde que en 2020 apareciese un documento interno del PSOE que no me representaba y que fue el origen de muchos de mis males posteriores”, asegura.
Un texto que se mostraba contrario “a los posicionamientos que defienden que los sentimientos, expresiones y manifestaciones de la voluntad de la persona tienen automáticamente efectos jurídicos plenos”, ya que la autodeterminación de la identidad de género “carece de racionalidad jurídica”.Ya en ese momento, la entonces diputada de la Asamblea de Madrid mostró su rechazo a este documento.
Es más: Antonelli está convencida de si ya no está en la Asamblea de Madrid es “por eso mismo”, pero no parece perseguirle ese sentimiento. “Nunca he tenido la cabeza más alta, nunca he estado más segura de que estaba donde tenía que estar, estuvimos en el lado correcto y ahora el Consejo de Ministros nos ha dado la razón”.
De vez en cuanto le sale su vena activista, aunque explica que ella nunca pensó que acabaría siéndolo. “Cuando me fui de casa era muy diferente a ahora: se trataba de un acto de supervivencia, resistencia y resiliencia, pero no piensas que vas a ser activista”, explica. Tampoco le ha quedado otra: “Al final, casi sin darte cuenta, por defenderte a ti misma también estás hablando por un conjunto de personas, y eso es un compromiso que se adquiere con el tiempo”. Ahora celebra que haya “familias que aceptan a sus hijos y estos vayan al instituto o a la universidad”.
Parte de la lucha de Carla ha visto sus frutos hace unos días.“La ley es una gran victoria”, asevera, “ porque la autodeterminación de género no es más que la emancipación y que se deje de tutelarnos de por vida dependiendo de médicos y psiquiatras de turno que deciden quién eres”.
Pero no se olvida de algunas lagunas que tiene la norma, como la subida de la franja de edad de la libre autodeterminación de género de los 12 a los 14 años. De 14 a 16 se accederá a este derecho siempre y cuando vayan las personas vayan acompañadas de sus tutores legales. Así que los menores de 12 se quedan fuera de la autodeterminación. También las personas no binarias, al no haberse aprobado la opción de una casilla en blanco en el DNI. La ley no menciona a las personas migrantes con tarjeta de residencia, cosa que Antonelli cree que es un “fallo de redacción” que se arreglará en la fase de enmiendas. Por lo tanto “felicitamos, reivindicamos y celebramos pero mientras, también luchamos”. ”¿Es un paso importantísimo? Sí. ¿Es todo lo que queríamos? No”.
Carla no quiere terminar la entrevista sin una aclaración. ”Últimamente, vienen personas a explicarnos lo que es ser trans, personas que dicen cosas como que no están en contra de los transexuales, pero sí de los trans. Amiguitos, amiguitas, amiguites... Trans somos un paraguas que unifica todo y dentro de él puedes hablar de transgender, queee, no binarios, transexuales...”.
Y lanza otra mirada al futuro: “Lo único que es cierto es que sabemos quiénes nos han apoyado, quiénes nos han acompañado...Y vamos a recordar a todo el mundo, de un lado y de otro, pero especialmente a todas las mujeres no trans que nos habéis acompañado. A esas mujeres que les habéis hablado de tú a tú, porque a nosotras nos menosprecian. Sabemos quiénes nos han acompañado en este viaje”.