Ana Pontón: "Para la extrema derecha, su candidato es Feijóo"

Ana Pontón: "Para la extrema derecha, su candidato es Feijóo"

Entrevista a la candidata del BNG a las elecciones gallegas: "Vamos a dar la campanada".

Ana PontónMIGUEL FERNÁNDEZ

Con 16 años ya participaba en actos del BNG. “Si no te gusta lo que está pasando, la política es la herramienta que tenemos los de abajo para poder cambiar las cosas”, así recuerda Ana Pontón cómo empezó su compromiso. “Poder cambiar las cosas, la defensa de mi país, reivindicar un futuro mejor”, indica buscando entre sus recuerdos, como cantaría Luz Casal.

Pero ella ahora mira al presente con la campaña de las elecciones gallegas como candidata del BNG y al futuro. Su aspiración: ser la primera mujer que llegue a la Presidencia de la Xunta. Siempre teniendo como gran rival al todopoderoso Alberto Núñez Feijóo (PP). Pero ella cree que es posible que las izquierdas sumen -para eso pide participación- y advierte de que el jefe del Ejecutivo gallego no es igual a la imagen que se proyecta de centrado y moderado: “una operación Gallardón bis”.

Admiradora de Castelao, Rosa Parks y Mandela, Pontón confiesa que esta campaña en tiempos de Covid es “un escenario inédito”, aunque reflexiona: “hay muchas ganas de desconfinar Galicia y de confinar al PP en la oposición”. Ha sido una década de políticas grises, ahonda la ‘número uno’ del BNG, que promete tomar como primera medida si logra la Presidencia una propuesta para Alcoa. “Vamos a dar la campanada el 12-J”, vaticina Pontón.

Ha acabado  el estado de alarma y Galicia se enfrenta a las primeras elecciones en este era Covid-19. ¿Cómo las aborda con una pandemia sin precedentes?

Es cierto que es un escenario inédito, pero lo que sentimos en estos días de precampaña es que hay muchas ganas de desconfinar Galicia y de confinar al Partido Popular en la oposición. Estoy convencida de que el próximo 12-J podemos escribir una nueva página en la historia de Galicia: que por primera vez haya una mujer en la Presidencia.

En la encuesta del CIS publicada la semana pasada se reflejaba que Feijóo alcanzaría casi el 40% de votos. ¿Es imbatible en Galicia?

Creo que ya demostramos en el pasado que es posible derrotar al PP y sabemos, por los estudios demoscópicos que manejamos, que hay más gallegos que quieren cambio que los que quieren que continúe Feijóo. Esa encuesta lo que hace es confirmar esa mayoría de gallegos que piensan que este país necesita un cambio. Si el 12-J hay una gran movilización, podremos celebrar que abrimos un tiempo nuevo, que ponemos en marcha un cambio real de la mano del BNG y dar carpetazo a una década de políticas grises que están llevando a Galicia en la dirección equivocada.

Hay muchas ganas de desconfinar Galicia y de confinar al Partido Popular en la oposición

También las encuestas reflejan que el BNG se podría convertir en el principal partido de la izquierda por encima del PSOE. ¿Qué está pasando con el Bloque?

Hay que ser muy prudente con las encuestas, ya que la que vale es la del 12-J. Vamos a ver encuestas de todo tipo. Lo que nos dicen los sondeos, más allá de las cifras, es que hay una corriente de simpatía muy importante hacia el BNG, que nos ven como la fuerza que es capaz de ilusionar y poner en marcha el cambio gallego. Tenemos que superar la década gris del PP, pero también superar la visión de subordinación a Madrid y apostar por primera vez que los gallegos tengan un Gobierno que ponga por delante sus intereses. Llevamos demasiado tiempo perdiendo oportunidades y viendo cómo esa subordinación a Madrid es letal. Vamos a dar la campanada el próximo 12 de julio y es posible un Gobierno gallego liderado por el BNG. Es un sueño para nuestro país.

Habla de esa década gris, pero la imagen que proyecta Feijóo es la del PP moderado, institucional, contraponiéndose incluso con figuras como las de Isabel Díaz Ayuso o Pablo Casado. ¿Es verdad ese retrato?

Es una imagen deformante que se hace desde Madrid. Aquí hay una especie de operación Gallardón bis, ya vimos quién era Gallardón. Si uno analiza las políticas de Feijóo, están en consonancia con lo que defiende el ala más extremista del PP. La primera ley que aprobó Feijóo fue precisamente una antiabortista para financiar una red madre vinculada con el Opus Dei. Recuperó los conciertos con centros que segregan a niños y niñas, políticas de desmantelamientos a equipos de igualdad, llegó a reducir las ayudas a mujeres víctimas de violencia de género. Parece que esto se oculta, a mí me sorprende. Si alguien aupó a Casado, fue Feijóo.

Tenemos que superar la década gris del PP, pero también la visión de subordinación a Madrid

La historia de la izquierda gallega es muy complicada. ¿Está asegurado el entendimiento si dan los números entre el BNG, el PSdeG y Galicia en Común para pactar y formar un tripartito?

Primero hay que ver el resultado de las elecciones, los ciudadanos eligen los pactos. En nuestro país tenemos mucha experiencia y capacidad de diálogo y entendimiento. Todos los gallegos son conscientes de que vamos a estar a la altura y que tenemos madurez y solvencia. Además, los gobiernos de coalición son las norma en toda Europa. Lo que es extemporáneo son las mayorías absolutas, que se vuelven absolutistas e inútiles para resolver los problemas de la ciudadanía. Nosotros, con un menor impacto del Covid porque el virus llegó más tarde y las medidas de confinamiento fueron más eficaces, vimos que los recortes en la sanidad pública tienen un coste. Cumplimos el plan de desescalada porque en ese plan se contabilizan camas en hospitales que no existen, sino que habría que montarlos de campaña. Feijóo suprimió más de setecientas camas en estos diez años. Por lo tanto, no puede escribirse el futuro con las políticas de recortes sociales o de querer convertir la vejez en un negocio. Si algo nos enseñó el Covid, es que hay que reforzar los servicios públicos.

Si fuera la presidenta de la Xunta, ¿cuál sería la primera medida que aprobaría en el Consejo de Gobierno?

Aprobaría más de una en ese Consejo. Entre esas, tenemos una urgencia ahora, hay un sector estratégico como es la producción de aluminio que está en riesgo, que significa destruir industria y más de dos mil puestos de trabajo. Por lo tanto, una de las primeras decisiones sería poner una propuesta sobre la participación de la Xunta en el proceso de nacionalización de la antigua Alcoa en Galicia.

Si alguien aupó a Casado, fue Feijóo

Estamos en 2020 y ninguna mujer ha sido presidenta de la Xunta. ¿No está Galicia preparada o es que la política es tremendamente machista?

Galicia está preparada y estoy convencida de que el 12-J podemos suprimir esa página en la historia, sería un reconocimiento a la enorme aportación que han hecho las mujeres en la política y el sueño de muchas mujeres y hombres en nuestro país porque demostraríamos que somos vanguardia. Que la política tiene mucho de machista, evidentemente. Y las mujeres que estamos ahí lo sabemos, pero también estamos transformando los espacios y recogiendo esa aspiración de construir una sociedad igualitaria.

Son las primeras elecciones gallegas desde la irrupción del fenómeno de la extrema derecha de Vox. Las encuestas no le dan un buen resultado, ¿pero teme un voto silencioso? ¿Le preocupa el auge?

Me preocupa en general el auge de la extrema derecha porque viene acompañada de un discurso de ocio, racista y antifeminista, que ya vimos hace décadas en el siglo pasado. No estamos para repetir los errores del pasado y volver a caer en políticas que pudimos ver en el propio Estado español, en Italia o en Alemania. Me preocupa que para la extrema derecha su candidato es Feijóo. Aquí representan las dos caras de la misma moneda. No podemos olvidar que la extrema derecha en España es una escisión del PP. En Galicia lo están diciendo con claridad, su candidato es Feijóo.

Que la política tiene mucho de machista, evidentemente

Hablaba de Madrid y de tener una menor dependencia. Ahora mismo hay un Gobierno de coalición a nivel nacional, tiene dificultades por la aritmética parlamentaria, cada voto es decisivo. ¿El BNG está dispuesto a seguir apoyando al Ejecutivo PSOE-UP para que intente acabar la legislatura?

Tenemos un compromiso de investidura, nuestro voto a favor era un voto a favor de soluciones a los problemas de Galicia, creo que el Gobierno de Madrid tiene que cumplir con los gallegos porque tenemos una situación de emergencia social, climática y en muchos ámbitos. El Gobierno tiene que tener recorrido, pero tiene que cumplir con sus compromisos.

Hay dos gallegas más poderosas en el Gobierno central, una es la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. ¿Qué le parece su figura? ¿Le gustaría que se convirtiese en la líder del Eurogrupo?

Calviño es la cara más neoliberal de este Gobierno. En este sentido, mantenemos distancias. Hay una teoría, el hecho de que haya gallegos en el Gobierno es positivo para Galicia, pero la realidad lo que demuestra es que lo positivo es que tengamos en el Congreso a gallegos con manos libres como Néstor Rego, diputado del BNG.

Y la otra es Yolanda Díaz, una de las ministras más reconocidas. ¿Qué opinión le merece?

La conozco desde hace mucho tiempo, tengo una relación cordial. Lo que hay que valorar es cuál va a ser el resultado de su política y tenemos por delante el reto de que cumplan también alguno de los acuerdos que firmamos con el PSOE en la investidura, y uno es la derogación de la reforma laboral.

Calviño es la cara más neoliberal de este Gobierno

El grueso de los presupuestos de una autonomía van a Sanidad y Educación. Si llega a ser presidenta ¿las dos medidas principales en cada uno de estos ámbitos?

En Sanidad necesitamos reforzar la atención primaria porque está escuálida después de once años de recortes del PP, pondremos en marcha un plan dotado con 200 millones de euros. Y una segunda: activar el proceso para revertir la privatización que se hizo en el hospital de Vigo. Y en Educación, lo más urgente es cómo va a ser el inicio de curso, no puede pretenderse que las clases se inauguren como si no estuviésemos viendo un pandemia y pondremos en marcha una mesa de diálogo, contrataremos a personal de refuerzo y garantizaríamos que la brecha digital no suponga una limitación para algún alumno.

Uno de los mayores dramas ha sido el de las residencias, ¿cuál es el modelo que implantaría?

Galicia tiene 20.000 plazas en residencias y solo el 20% son públicas. En once años no se construyó ni una sola nueva residencia pública. La atención a la vejez no puede convertirse en un negocio, acabamos de ver las dramáticas consecuencias. Nuestro modelo es una apuesta por la atención a las personas mayores desde el ámbito público y con un modelo de pequeñas residencias, a escala más humana.

Si fuera presidenta de la Xunta, ¿aceptaría las donaciones de Amancio Ortega?

Creo que todas las donaciones que cualquier persona quiera realizar no tenemos por qué rechazarlas, pero no se puede esconder detrás un modelo de beneficencia ni de evasión fiscal. Necesitamos una fiscalidad justa donde Amancio Ortega no tenga acceso a pagar menos que un trabajador o un autónomo. Hay que conseguir los servicios sociales como un derecho y para eso tiene que haber una red pública potente.

Feijóo suprimió más de setecientas camas en estos diez años

¿Teme unas duras consecuencias económicas después de esos meses por el Covid?

Estábamos antes del Covid en plena crisis industrial y con una situación social en la que Galicia no había salido realmente de la crisis de 2008. Este paro hace que tengamos una situación social dramática, pero también confío en la capacidad para poder levantar al país si tomamos las decisiones adecuadas porque tenemos un enorme potencial. Es clave que no continuemos con la rutina de estos gobiernos de la derecha y abramos un tiempo nuevo.

¿Cuál es el modelo político para Galicia que quiere el BNG? ¿Una comunidad con más competencias, el mismo estado de competencias, un Estado asociado?

Como nacionalistas, aspiramos a la mayor capacidad de decisión que pueda tener nuestro país y defendemos que los pueblos tienen derecho a decidir. En este contexto concreto, aspiramos a que Galicia dé un paso adelante y tengamos un nuevo estatus político que nos reconozca como nación y nos permita tener una relación de igualdad con el Estado , que nos dote de nuevas herramientas para mejorar la vida de la gente. Necesitamos poder decidir sobre nuestros recursos, un concepto económico que impida que nuestros impuestos se recauden en Madrid y luego se repartan de una manera desigual e injusta. Necesitamos poder decidir sobre nuestra energía o sobre nuestros servicios básicos.

Si hubiera un referéndum de independencia en Galicia, ¿votaría sí o no?

Es evidente que en estos momentos en el Estado español nunca pasaría. Y lo que deben de preguntarse los ciudadanos de toda España es por qué es posible que no se quiera someter a votación cuál tiene que ser el futuro.

Si Galicia fuera una canción... The times they are a changin, de Bob Dylan.

Si Galicia fuera un libro...  Follas Novas de Rosalía de Castro.

Si Galicia fuera una película...  O que Arde de Oliver Laxe.

Si Galicia fuera una serie...  Mareas Vivas