En Tenerife están construyendo un hotel bastante ilegal
No se trata sólo de un hotel más o un hotel menos. La respuesta ciudadana al proyecto es un síntoma de desesperación.
Durante el año 2019 Canarias recibió 15 millones de turistas. De los cuales Tenerife se ocupó de 6 de ellos. Es la isla con más camas y más PIB. También es la isla más grande y habitada del Archipiélago.
Cuando vienen muchos turistas, los empresarios y empresarias que trabajan este sector suelen querer que vengan más aún, para poder ganar más dinero, por eso invierten millones de euros en buscar la manera de construir nuevos hoteles y establecimientos en general, por toda la geografía donde da bien el sol y hay comunicaciones aceptables.
Parece buena idea. Crecer. ¿Quién no quiere crecer? A todos les gusta crecer. Está bien hasta que te das cuenta de que hay un límite. Hay recursos limitados, espacio limitado, número de vehículos y habitantes recomendados, y demás guías para el buen funcionamiento de la vida en común.
Eso es lo que pasa en las islas. Una isla no es un continente. No cabe todo y más. En sí, lo que vivimos en Canarias es una pequeña demostración exagerada de lo que se está haciendo en casi todo el planeta: a lo que se le suma la fragilidad especial de un paisaje único, sólo propio de algunas islas más que forman la Región de la Macaronesia.
El hotel ilegal que están construyendo en Tenerife está al sur de la isla, en Granadilla de Abona, dentro de la Zona Especial de Protección de Montaña Roja, y es conocido popularmente como Hotel de La Tejita.
Durante años, las instituciones canarias y nacionales, han tratado de ignorar las múltiples trabas y obstáculos que han puesto por delante la asociación Salvar La Tejita y ATAN; la Asociación Tenerife Amigos de La Naturaleza. El proyecto no tiene plan de saneamiento, está ubicado a menos de 100 metros de la costa, está entre un espacio protegido y no goza del respaldo del nuevo Gobierno de Canarias, que ha exigido ya tres veces la paralización de las obras, en el ánimo de José Antonio Valbuena, Consejero de Transición Ecológica de Canarias, de hacer esta lucha también suya.
No se trata sólo de un hotel más o un hotel menos. La respuesta ciudadana al proyecto es un síntoma de desesperación, al comprobar que no se cumple la ley que nos iguala, eso es lo que más ha animado a dos de los activistas a subirse a las grúas que están trabajando allí, para permanecer en ellas hasta que se haga efectiva la suspensión definitiva de las obras de este hotel ilegal, ilegal por varias irregularidades técnicas, pero sobre todo por la clásica invasión del dominio público terrestre, es decir, esos 100 metros que deben ser siempre públicos desde la costa.
Los manifestantes de Salvar La Tejita se reúnen allí cada dos o tres días para exigir que se suba comida a la compañera y al compañero que están en las grúas. El sentimiento es de victoria, y de apoyo mutuo. El convencimiento común, después de varias derrotas del movimiento ecologista de Tenerife, es de que esta lucha se va a ganar, y que pase lo que pase no va a haber hotel en La Tejita.
En la opinión pública canaria hay de todo, pero cada día se hace más mayoritaria y presente una postura que entiende que los hoteles son importantes para la economía y el sostenimiento de Canarias, pero que estos deben estar debidamente ordenados en zonas muy concretas, dando especial importancia a rehabilitar lo existente, y acondicionarlo mejor para hacer más placentera la experiencia de los visitantes, dado que no parece muy razonable generar nuevas zonas turísticas en un territorio que ya soporta siete veces su población en turistas cada año.