El trabajo de Melania Trump como primera dama al margen de su marido
Aunque hasta ahora sus tareas y sus apariciones públicas hayan sido escasas, quizá es todo lo que puede hacer dada su situación.
Este lunes, la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, ha presentado en la Casa Blanca una nueva iniciativa dirigida a los niños. El proyecto se llama Be Best (Sé el mejor) y su objetivo es "educar a los niños sobre los muchos problemas y cuestiones a los que se enfrentan en la actualidad", según ha señalado la primera dama ante los reporteros.
Esta aparición pública para anunciar un conjunto de propuestas aparentemente modestas sirve como recordatorio de los desafíos a los que se ha enfrentado Melania Trump como primera dama, desempeñando un papel poco visible y cargado de estereotipos de género y una falta de definición, debido a la actitud extremadamente divisiva y la desmesurada afición por el caos de su marido.
Aunque no estaba previsto que acudiera en un primer momento, el propio presidente se unió a su mujer en el atril, un día después de que The Washington Post informara de que la pareja pasaba la mayoría del tiempo en la Casa Blanca separada, y que llevaban vidas muy diferentes.
Al comienzo del mandato de Trump, la primera dama hizo un alegato para dar prioridad a la lucha contra el acoso virtual, y hasta ahora ha dedicado varios discursos y eventos de la Casa Blanca a este asunto. Como era previsible, sus esfuerzos a menudo han recibido burlas, teniendo en cuenta los múltiples ataques ad hominem y las invectivas en Twitter de su marido.
"Tengo claro que mucha gente se muestra escéptica respecto al hecho de que hable sobre este tema", reconoció Melania Trump en marzo. "He recibido críticas por mi compromiso con este problema y sé que no van a parar, pero eso no va a impedirme hacer lo que sé que es correcto", añadió.
Antes del evento del lunes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, criticó la pregunta de un reportero sobre la aparente hipocresía de la primera dama al interesarse por el ciberacoso en vista de las múltiples rabietas que ha protagonizado el presidente en Twitter. "Desde mi punto de vista es bastante ridículo que echéis la culpa al presidente de la existencia del ciberacoso", apuntó Sanders en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Melania también ha manifestado interés por otros problemas, como la crisis de opiáceos del país y el efecto que tiene en los niños y en las familias.
El anuncio de este lunes ha sido la culminación de esas primeras incursiones como primera dama, al establecer tres áreas de la política en las que pretende centrarse: bienestar, redes sociales y abuso de opiáceos.
Es extraño que una primera dama no hubiera definido claramente sus iniciativas hasta ahora, a estas alturas del mandato de su marido, según Kate Nadersen Brower, autora de First Women: The Grace and Power of America's Modern First Ladies.
Y, sin embargo, Melania Trump "ha sido, a su manera, la mejor primera dama que ha podido ser", dado que se enfrenta a una "situación imposible", asegura Brower. Y al distanciarse de su marido, puede estar reinventando el papel de la primera dama y trastocando las expectativas públicas que se tienen sobre ella, incluso en otras tareas más tradicionales.
Hasta ahora, la principal labor de la primera dama ha sido participar en ceremonias, como el mes pasado, cuando recibió la primera visita de Estado a la Casa Blanca por parte del presidente francés y su esposa, Emmanuel y Brigitte Macron.
Brower también señala que Melania Trump ha actuado en las tragedias como "consoladora", esto es, visitando a los supervivientes de huracanes y representando al gabinete de su marido en el funeral de Barbara Bush, la que fuera primera dama. Estos escenarios permiten a Melania ser "realmente empática y simpatizar con la gente de un modo que no hace su marido", añade Brower.
Además, contrasta con su marido en la forma en que trata de evitar participar en ataques, ya sean de índole personal o política. Muchos observadores políticos han apuntado que la primera dama no ha respondido a los escándalos personales de su marido, incluida la presunta aventura extramatrimonial con la actriz porno Stormy Daniels y la modelo de Playboy Karen McDougal. Hubo una excepción durante la campaña electoral, tras salir a la luz la cinta de Access Hollywood en octubre de 2016, en la que el presidente se jactaba de abusar sexualmente de mujeres. En este caso, Melania defendió a su marido diciendo que sus alegaciones eran "una forma de hablar propia de los chicos".
"Creo que ha sido muy inteligente por su parte mantenerse al margen. Está aprendiendo que lo mejor que puede hacer es centrarse en asuntos bipartidistas y no polémicos, acudir a las cenas de estado y hacer su trabajo lo mejor que pueda", comenta Kate Nadersen Brower.
Al igual que otras primeras damas, Trump ha estado sujeta a escrutinio y especulación sobre su forma de vestir y su vida personal. Su matrimonio con este presidente ha desatado fascinación y se ha analizado exhaustivamente su lenguaje corporal durante sus interacciones.
Brower afirma que Trump sigue siendo "un jeroglífico", al contrario que algunas de sus predecesoras, que se mostraban más accesibles para la prensa.
Curiosamente, Trump ha provocado simpatía en lugares un tanto inesperados, en concreto en representaciones de la cultura pop y en memes en las redes sociales. En el programa de Stephen Colbert, la actriz Laura Benati define a Trump como una persona desesperada y desafiante.
El pasado fin de semana, en el programa Saturday Night Live se habló sobre el escándalo de Stormy Daniels. Cecily Strong representó a la primera dama, en un papel en el que se la veía feliz de poder testificar en contra del presidente en sus debacles legales.
En la vida real, el "silencio" de Trump respecto al caso Daniels y su "negativa a estar junto a su marido" muestra hasta qué punto ha desafiado las expectativas de una primera dama, de acuerdo con Brower.
"Creo que, en cierto modo, se trata de un acto feminista: no hacer lo que se espera de ella", apunta Brower. "La gente la subestima", añade, al igual que sucede con muchas mujeres que son juzgadas por su apariencia.
"Se ha negado a hacer muchas de las cosas que se esperan de ella y parece no importarle lo que pensemos como país. Yo creo que eso es algo bastante novedoso", zanja la experta.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.