El trabajo autónomo también reivindica el 1º de Mayo
Necesitamos que se aborde sin dilaciones la prometida reforma del sistema de cotización para que sea justo y solidario.
Un año más, cuando el calendario nos trae al 1 de mayo, en la memoria se enciende la huella de tantas y tantas luchas para conquistar avances sociales y derechos para la inmensa mayoría de la sociedad: quienes vivimos de nuestro trabajo y con él, sostenemos la creación de riqueza y bienestar colectivo. Es un momento, además, en el que junto a esa mirada por el retrovisor, se convocan reflexiones, preocupaciones, reivindicaciones y anhelos desde el presente y hacia el futuro. De todo ello no puede excluirse un colectivo tan importante como el de los 3,2 millones de autónomas y autónomos de nuestro país. También somos trabajadores y soportamos una elevada precariedad estructural.
La pandemia ha marcado de manera cruda los últimos meses y tampoco el trabajo autónomo ha sido ajeno a este duro impacto. La Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2021, publicada esta misma semana, indican que se han perdido 12.300 autónomos respecto al trimestre anterior y 29.900 en el dato interanual. Y, aunque mes a mes, las altas de la Seguridad Social parecen ir cogiendo una senda de crecimiento del autoempleo, la realidad es muy asimétrica por sectores y sabemos que la tendencia de los últimos años ha sido la de que el trabajo autónomo se vaya convirtiendo en una extensión de la precariedad, al erigirse como refugio de muchas personas expulsadas del mercado laboral, y en muchas ocasiones como coartada para el fraude de los falsos autónomos.
Pero, además, y precisamente con motivo del 1º de Mayo de este 2021, la pregunta no es cuántas y cuántos trabajadores por cuenta propia hay, sino cómo y en qué condiciones desarrollan su actividad. Hace poco más de dos meses analizaba en esta misma tribuna cómo los autónomos tenemos una pensión media un 40,6% inferior a la que cobran quienes han cotizado como asalariados, una brecha que es producto de una red de protección social con prestaciones y coberturas claramente insuficientes y con pies de barro, asentada sobre criterios regresivos.
Necesitamos que se aborde sin dilaciones la prometida reforma del sistema de cotización para que sea justo y solidario, ajustado a los rendimientos netos reales de quien aporta, para que quien más tiene contribuya con un esfuerzo mayor a mejorar la protección de todas y todos. En este sentido, la negociación con el ministro José Luis Escrivá está abierta y reclamamos agilidad para que podamos decir lo antes posible que hemos salido de los márgenes del estado del bienestar.
La realidad del mundo del trabajo ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. El mercado laboral y sus dinámicas y el impacto de profundas transformaciones tecnológicas sobre el tejido productivo y el consumo han sacudido lo que antes habían sido certezas.
Mientras tanto, el marco normativo que nos afecta a los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia nos sigue relegando al furgón de cola del Derecho del Trabajo, a pesar de que el autoempleo es un fenómeno cada vez más extendido. Necesitamos, como es compromiso de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se camine hacia un nuevo Estatuto del Trabajo que nos incluya en pie de igualdad y nos reconozca derechos para poder contribuir en mejores condiciones, con nuestro talento, nuestro compromiso, nuestra creatividad y nuestra profesionalidad, a los retos que este país encara.
Asistimos a debates emergentes muy interesantes sobre la reducción de la jornada laboral, o su flexibilización, sobre cómo responder con mejor conciliación al reparto social de los cuidados, sobre el teletrabajo o sobre cómo universalizar derechos sociales más allá de la vida laboral —la renta básica—. Son cuestiones llamadas a ocupar un papel central en la agenda social y política del siglo XXI, pero a la hora de abordarlas debemos asegurar que todas y todos partimos hacia ese futuro con los menores agravios y la mayor igualdad en el punto de partida.
Por eso, este 1º de Mayo, las autónomas y autónomos nos reivindicamos, como siempre, trabajadoras y trabajadores imprescindibles para que el mundo se mueva y comprometidos con el espíritu de lucha y avance social que nos ha impulsado hasta hoy. El futuro no nos es ajeno, sencillamente porque sin nosotras y nosotros no podrá escribirse.