El Senado de EEUU confirma a Christopher Wray como nuevo director del FBI
Sustituye a James Comey, destituido por Trump tras pedirle "lealtad" en la investigación sobre la injerencia rusa.
El Senado de Estados Unidos ha confirmado a Christopher Wray como nuevo director del FBI en sustitución de James Comey, despedido por Donald Trump en mayo. El nuevo líder de la agencia cuenta con el respaldo de una amplia mayoría de senadores, con 92 votos a favor y sólo 5 en contra.
No se esperaban sorpresas en la votación, ya que la oposición demócrata había dado su respaldo a Wray. "Es realmente importante que tengamos a un director del FBI fuerte. No puede haber manipulación", ha dicho Dianne Feinstein, la senadora demócrata de más rango en el Comité Judicial de la Cámara Alta.
Durante las audiencias de confirmación, el nuevo director del FBI ha defendido su independencia y respeto a la Constitución. "Mi lealtad es a la Constitución y al imperio de la ley, y seguiré respondiendo ante ellos", ha suybrayado el nuevo jefe del FBI.
"Nunca permitiré que el trabajo del FBI sea conducido por algo más que los hechos, la ley y la búsqueda imparcial de la justicia. Punto", ha añadido Wray ante los senadores en referencia a la polémica suscitada por Trump, quien pidió "lealtad" a Comey poco antes de despedirlo.
Wray asume el cargo en un momento difícil para el FBI, clave en la inteligencia de EEUU, en plena investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 y los posibles vínculos entre Moscú y la campaña de Trump, entonces candidato republicano.
La investigación de la trama rusa está a cargo del fiscal especial Robert Mueller, exdirector del FBI que fue nombrado por el Departamento de Justicia.
UN ABOGADO CRIMINALISTA MUY AMIGO DE CHRIS CHRISTIE
Nacido en una familia de abogados en Massachussetts, Wray, de 50 años, es licenciado en Derecho por la Universidad de Yale y fue fiscal del Departamento de Justicia durante la Administración de George W. Bush, donde tuvo tuvo un papel clave tras los atentados del 11-S, supervisando las acciones legales.
El nuevo jefe del FBI está casado con Helen Wray, a quien conoció cuando ambos eran estudiantes en Yale, y tiene dos hijos actualmente en la universidad.
En 2003 llegó a fiscal general asistente a cargo de la división criminal, donde supervisó investigaciones por fraude, incluyendo el gigantesco caso Enron, la compañía texana de energía que se vio envuelta en un sonado escándalo con miles de millones de dólares en pérdidas ligadas a la corrupción.
En 2005 entró en el bufete de abogados King & Spalding, de los más prestigiosos de EEUU en derecho internacional privado, con oficinas en todo el mundo, más de 900 empleados y clientes internacionales como la petrolera rusa Rosneft, algo que ha generado suspicacias dada la polémica sobre Moscú y Trump.
Sus credenciales republicanas no están en duda, ya que ha sido donante habitual de las campañas de diversos candidatos presidenciales del partido conservador, entre ellos John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012, aunque curiosamente no aportó fondos para la campaña electoral de Trump.
Wray tiene fuertes vínculos con el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, cercano a Trump. Inicia un mandato de diez años al frente del FBI, un tiempo inusualmente largo para blindarle de presiones.