Él se enamora nada más ver la imponente belleza de su cita pero Lidia Torrent sonsaca un secreto que pone todo en peligro
El chaval desvela que se tiene que marchar seis meses al Caribe: "Pues no me hace ninguna gracia".
"He sentido un flechazo...". El vuelco que le ha dado el corazón a Iván, un mallorquín de 22 años, cuando ha visto a Yaiza, una barcelonesa también de 22, no se podía ocultar. "Ufff, me gustas gustas mucho, mucho físicamente, y me pareces interesante", ha declarado el chico a su cita, al poco de verla en el restaurante de First Dates.
La chica tampoco podía ocultar que el mallorquín le había hecho tilín, así que de primeras todo parecía perfecto. Pero la vida tiene sus contratiempos, y el de esta pareja ha hecho acto de aparición a las primeras de cambio, cuando la camarera del programa Lidia Torrent ha llegado a tomar nota sobre lo que querían tomar. Entonces, ha aflorado un secreto que podía echarlo todo por tierra.
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"Ella quiere un 'Sueño tropical al aire atlántico'", ha afirmado el chico, quien aprovechando al toque caribeño del plato ha aprovechado para desvelar que se tenía que marchar al Caribe durante seis meses.
Ante la cámara, el chaval aseguraba que él es "muy de contacto, pero si te gusta mucho la persona, aunque no se pueda en ese momento, pues se intenta".
En ese momento, llegó el bajón. Yaiza cambio el gesto y reconoció que eso de que se fuese no le hacía "ninguna gracia".
Entonces, en ese punto, el amor lo inundo todo... y el chaval, tonto, no era: "Si me haces esa pregunta es que te planteas algo", ha puntualizado el chico, ante la sonrisa pícara de Yaiza.
"Me subieron las mariposillas", reconocía ante la cámara la joven que, sobre música de violines, contó su triste historia infantil: "A mí desde pequeña me detectaron una cardiopatía congénita, la sangre llega más lenta al corazón, y te limita. No puedes hacer muchas cosas. Me hicieron una operación a corazón abierto con 19 meses...".
Con las cartas ya sobre la mesa, ambos se fueron a tomar el postre fuera y el chaval quiso más. "El momento en el que ha ido a darme el beso y yo le he hecho la cobrilla, le quería decir estamos en la primera cita, espérate", reconocía ante la cámara la chica, quien le dijo al chaval que no quería un beso, porque le gusta ir "poco a poco".
Con el Caribe de fondo, y el amor flotando en el aire, la sentencia final tenía buena pinta... pero con muuuuuchos matices: "La cita ha estado muy bien. Ha sido brutal en general desde que has entrado", reconocía Iván.
Ella, más racional, le preguntaba entonces qué hacían: "¿Qué hacemos con tu intermedio?".
El chico, sensato y enamorado, le propuso entonces: "Podríamos vernos de momento los fines de semana... Yo iré a Barcelona".
"Hecho", respondió ella.
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