El rey traidor
Todos los gobiernos de nuestra democracia han sido cómplices de la Corona.
En la serie británica The Crown los escándalos de estado son cometidos por personajes “reales ” basados en hechos reales. En uno de sus capítulos aparecen los “archivos Marburg”. Unos documentos que demuestran la conspiración del no coronado Eduardo VIII con el régimen nazi para volver al trono de Inglaterra. El gobierno y la casa real británica se ven obligados a la publicación de la verdad. Pero no por transparencia política, sino porque los americanos habían recibido de los propios ingleses una copia al finalizar la guerra y pensaban desclasificarlo todo. En el Reino Unido lo siguen llamando “el rey traidor”.
En nuestro país existe una ley vigente desde 1968 que impide desclasificar ciertos documentos.
Esta ley es anterior a la muerte de Franco en 1975 y no se modificó en la constitución española de 1978. Las comisiones de investigación, todas vetadas por el PSOE, PP y Vox, de poco servirían sin conocer la verdad sobre el monarca español como jefe de estado.
En 1978 se funda Alkantara Iberian Exports y se constituye en Londres para evitar las haciendas españolas y saudí. Manuel Prado es nombrado por Juan Carlos I presidente de la compañía y Adnan Khashoggi es delegado de la empresa por Arabia Saudí. Sigan las miguitas. En 1998 Khashoggi es relacionado con las ventas de armas a Irán para la Contra de Nicaragua. En 1990 se disuelve la compañía exportadora de armas.
Todos los gobiernos de nuestra democracia han sido cómplices de la Corona. Las migas doradas nos dan pistas inevitables, pero las arenas del desierto camuflan la verdad de los negocios de la jefatura de estado. La falta de transparencia es absoluta, y me temo que jamás mandamos una copia de los documentos clasificados a los americanos.